«¿Cuántas veces cambiáis la portada de la web? ¿A qué hora cerráis el periódico?»

La curiosidad es el rasgo común de Juan de Prado, Carmen Echeverría, Francisco Javier Gallego, Maite Oñativia, Agustín Morate, Iñaki Martixa y Gabriel Narzabal, los siete suscriptores que aceptan la invitación de este periódico. Comienzan visitando DV Gunea, el espacio de encuentro abierto a la ciudadanía en el que este diario organiza diferentes eventos y foros, convertido incluso en una grada gigante en la que los aficionados pudieron seguir los partidos que la Real jugó fuera de Anoeta en la Champions la pasada temporada. Las puertas están abiertas a lo largo de todo el año. Los alumnos de los colegios participantes en Gure Eskola, la iniciativa de DV en la que los escolares ejercen de periodistas, ya han arrancado por ejemplo la temporada.

Arantxa Aldaz, jefa de Información, guía a los suscriptores por la instalación mientras se pone al otro lado y responde a las preguntas que le van lanzando, metidos ya casi en su papel de periodistas. «¿Desde cuándo sale todo el DV en color?», pregunta Agustín Morate. «Desde 2009, coincidiendo con el 75 aniversario», apunta Aldaz.

La exposición de las principales portadas que DV ha publicado a lo largo de estos 90 años y que perimetran la sala atrae la atención de los invitados, que escrutan una a una las primeras que ilustran la historia de Gipuzkoa al recoger los principales acontecimientos de estas nueve décadas, así como la evolución del periodismo y del diseño. «Leo DV desde que era un chaval», confiesa Francisco Javier Gallego. «En mi casa recuerdo tener el periódico desde que era un niño. Yo lo leía el último porque el primero siempre era mi padre. Había un orden», recuerda Iñaki Martixa con cariño.

Todos comparten que en los últimos años se han ido adaptando a los nuevos tiempos y que casi leen más el diario en su versión digital que en papel, aunque «donde esté un café con el periódico de papel...», apunta Martixa. «Yo suelo leer en digital, pero el fin de semana me gusta leer tranquilamente el periódico en papel», indica Maite Oñativia, hija de Txomin Oñativia, el que fuera crítico taurino de este periódico en los años setenta. «Nosotros comprábamos el periódico antes de ir al colegio», recuerda.

Cada persona es un mundo y por eso cada uno tiene su ritual a la hora de leer el diario. Y todos válidos. Las hay como Carmen Echeverría, que lo lee «en orden. Empiezo por la primera página y hasta la útlima»; como Gabriel Narzabal, que comienza «por las esquelas»; o como Martitxa, que primero lee « las páginas de Tolosa y luego la Real y la pelota, que me gusta mucho». Como el axioma de Pitágoras, el orden de los factores no altera el producto.

La visita a la redacción es uno de los momentos más esperados por nuestros suscriptores. Todos han visto series y películas donde la redacción de un periódico es la protagonista, pero hay mucha curiosidad por comprobar si lo visto en la pequeña pantalla tenía algo que ver con la realidad. David Taberna, director de EL DIARIO VASCO, les explica el proceso de creación de la edición del día. Se sorprenden varios de nuestros invitados por la distribución de las diferentes mesas, un hecho que no es casual y que explica al detalle el director antes de ceder el testigo a Alexis Algaba, jefe de Edición Digital, que precisa los pormenores de la página web. «Intentamos priorizar nuestros contenidos, las informaciones que nos afectan en el día a día», dice. Hay quien se interesa por el «porcentaje de variación de la venta de periódicos en papel» desde la aparición de la página web. «El papel ha ido poco a poco perdiendo peso, pero todavía es importante, al menos en Gipuzkoa», explica Algaba. «Es que el papel tiene que existir, sobre todo en los bares», le dice Martixa. La periodista Lara Ochoa enseña a los suscriptores el proceso de creación de una noticia, el envío de las alertas a los suscriptores y la forma de trabajar en un medio digital donde la inmediatez es tan importante como la rigurosidad.

A las diez de la mañana, nuestros suscriptores asisten a la reunión de jefes donde se proponen los contenidos del día en las diferentes plataformas, su importancia y su tratamiento, unas previsiones que bailan al ritmo de la actualidad. Hay interés por conocer el criterio por el cual se le da más importancia a una noticia o a otra, y hasta preguntaron por cómo se tratan los contenidos de un influencer. «Nosotros tenemos una línea clara entre lo que es periodismo y lo que no lo es», contesta el director. «Trabajamos con responsabilidad para nuestros lectores, con información rigurosa y con prioridad para las noticias propias exclusivas», afirma.

«Me ha sorprendido la forma en la que se prepara la reunión, lo ordenado que está todo», señala Agustín Morate. «Y la fluidez que ha habido», apostilla Iñaki Martixa. «El periodismo es una labor difícil y comprometida. Aquí todo está perfectamente organizado. Por algo es el periódico más leído», señala Gabriel Narzabal.

La mañana va consumiendo sus horas mientras los redactores van y vienen. El plan de acción ha quedado establecido en una reunión que no será la última que se realice en esta jornada. Habrá dos más para introducir los temas que hayan podido ir surgiendo con el paso de las horas y para terminar de perfilar aquellos más complejos o que hayan podido sufrir alteraciones. Y si pasa algo a última hora, ahí está el equipo de Cierre para recoger todo lo que suceda y repasar el trabajo realizado. Nada se deja al azar.

La visita finaliza invitando a cada uno de los suscriptores a que imagine y elija cuál sería la portada que le gustaría ver en los próximos años.

Carmen Echeverría se decanta por temas mundanos como las obras del metro de Donostia: «La he elegido porque con el tiempo que llevan las obras y todas las molestias que están generando tengo ganas de que acaben ya para poder movernos con libertad».

Juan de Prado también mira a Gipuzkoa, pero en su caso a la Real Sociedad, a la que le gustaría ver ganar otra Liga: «Soy de la Real, desde pequeño me hicieron socio y desearía verle ganar la Liga otra vez. Estaría bien».

Agustín Morate elige el Bidasoa: «Ojalá volviera a ser campeón de Europa. Repetir aquella hazaña sería fantástico». Maite Oñativia anhela ver una primera en la que se le diera carpetazo definitivo al cáncer: «Entre tantas malas noticias que hay cada día me gustaría ver una buena como que han encontrado una cura contra el cáncer. Además sería una noticia que afectaría positivamente a muchas personas y de todas las edades», explica sin perder la esperanza.

La preocupación de Iñaki Martixa y de Francisco Javier Gallego son las diferentes guerras: «Son una lacra», dice Martixa. «En este momento estamos sufriendo tanto la guerra en Ucrania como la invasión israelí en Palestina, por no hablar de otras guerras latentes que hay en muchos otros sitios. A ver si algún día conseguimos que al igual que existe el día sin coche, haya un día sin guerras y podemos llegar a tener paz en el mundo».

El conflicto en Oriente Próximo preocupa especialmente a Javier Gallego, que desea su final cuanto antes: «Es insoportable, quiero que acabe ya», clama.

Finaliza la visita de nuestros suscriptores pero el corazón del DV sigue latiendo con fuerza. Todavía queda trabajo por hacer para seguir teniendo a los lectores puntualmente informados, como cada día desde hace noventa años.

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