
Una nueva realidad más diversa
La sociedad guipuzcoana y sus diferentes tipos de familia han evolucionado en las últimas nueve décadas, y ahora una de cada cuatro viviendas son ya unipersonales

El envejecimiento de la población, la baja natalidad, la soledad y el incremento previsto en la llegada de inmigrantes seguirán cambiando la cara del territorio en los próximos años.

L
a lazkaotarra María Jesús Garmendia mira de frente los 90 años y actualmente vive sola en su casa familiar de Donostia después de una vida llena de bullicio a su alrededor. Creció en un hogar de siete hermanos y, tras formar su propia familia, criar a cuatro hijos y enviudar hace tres décadas, en los últimos años se ha dedicado a ser una abuela dispuesta a echar una mano en la crianza de sus cuatro nietos. El periplo vital de María Jesús encaja como un guante en la realidad social de la Gipuzkoa del último siglo y dibuja en varias pinceladas lo mucho que ha cambiado nuestra sociedad desde que este periódico publicó su primer número en 1934. Hoy las familias con siete hijos son una 'rara avis', la esperanza de vida ha aumentado en más de 30 años (de los 52 a los 83 años) y los hogares unipersonales ya representan uno de cada cuatro en el territorio, en una tendencia que no para de crecer. María Jesús se conserva bien y se mantiene totalmente autónoma, pero es habitual que las personas de edad avanzada requieran de la ayuda de asistentes para desarrollar su vida cotidiana; en muchos casos, inmigrantes que llegan a Gipuzkoa para labrarse un futuro mejor.
La evolución demográfica que ha marcado Gipuzkoa en las últimas décadas –que se resume en un envejecimiento progresivo de la población por el aumento de la esperanza de vida y el descenso en la natalidad, y que solo ha podido ser compensada en parte por una llegada de población extranjera nunca antes registrada– ha cambiado radicalmente la cara del territorio. Donde a mediados del siglo pasado encontrábamos nutridas familias numerosas en las que podían convivir tres generaciones (abuelos, padres e hijos), en la actualidad el tamaño medio de los hogares está formado por 2,34 personas. Y la previsión es que en los próximos años esa cifra siga bajando hasta llegar a los 2,16 integrantes en 2039. No es una cuestión meramente numérica, ya que los nuevos rostros de los hogares también han evolucionado. La familia tradicional de padre y madre con varios hijos pierde terreno en favor de otros modelos con un solo progenitor o con dos progenitores del mismo sexo. También va en aumento el mestizaje de las familias al calor del mayor peso de la población inmigrante, que ya supone cerca del 12% del total en Gipuzkoa.
«Gipuzkoa va a ser un poco más vieja en los próximos años, pero también más diversa. Vamos a necesitar a los migrantes, que seguirán llegando en un número importante»
Diego Ramiro
Director del Instituto de Demografía del CSIC
La pirámide poblacional del territorio presenta un fuerte desequilibrio generacional que le da forma de pirámide invertida, donde el grupo de los mayores de 65 años crece hasta suponer el 23,8% de los habitantes. Y el Eustat proyecta que serán el 29,3% en 2036, casi seis puntos más. En contraste, los menores de 20 años apenas llegan actualmente al 17,8% y bajarán hasta el 15,3% en 2036. José Antonio Oleaga, presidente de la Asociación Vasca de Sociología y profesor de la UPV durante 30 años, avanza que «esa descompensación se va a mantener por lo menos durante las dos próximas décadas, hasta que los 'babyboomers' empecemos a desaparecer. Entonces, la pirámide de población que ahora se ve como una copa de vermú irá cambiando hacia un formato barril».
Diego Ramiro, director del Instituto de Demografía del CSIC, señala que «vamos a una población cada vez más envejecida porque la esperanza de vida va a seguir subiendo, aunque a un ritmo más lento de lo que se preveía hace unos años, y la fecundidad seguirá siendo baja, incluso aunque se pueda registrar un leve repunte en los próximos 15 años». El Eustat prevé que la tasa de fecundidad pase de los 1,2 hijos por mujer actuales a 1,5 hijos, pero Ramiro recalca que «lo único que permitirá un reemplazo generacional es que los saldos migratorios sigan siendo positivos».
Oleaga, que durante casi una década fue director de Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración, asegura que en los próximos 15 o 20 años «no solo vamos a seguir teniendo una importante llegada de personas de origen extranjero, sino que además el mercado laboral las va a necesitar. En Euskadi se prevé una llegada media de 20.000 migrantes anuales. No es un tema solo demográfico, es también de equilibrio de la estructura ocupacional».

Saldo migratorio
en Gipuzkoa
2035
4.500
2024
2021
1.700
Ese saldo migratorio positivo conseguirá mitigar un saldo natural (nacimientos menos defunciones) que continuará siendo negativo. Las proyecciones del INE apuntan a que Gipuzkoa ganará cerca de 20.000 habitantes hasta 2037, con una población dos años más envejecida, con una edad media de 47,5 años. Las proyecciones del Eustat son aún más altas y prevén un aumento de la población de 37.800 habitantes en los doce próximos años, con lo que el territorio superaría los 756.000 habitantes, cuando hoy cuenta con poco más de 720.000. En lo que ambos institutos estadísticos coinciden es en que el incremento poblacional se deberá exclusivamente al saldo migratorio positivo.
2024
2024
1,22

Saldo migratorio
en Gipuzkoa
2035
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Ese saldo migratorio positivo conseguirá mitigar un saldo natural (nacimientos menos defunciones) que continuará siendo negativo. Las proyecciones del INE apuntan a que Gipuzkoa ganará cerca de 20.000 habitantes hasta 2037, con una población dos años más envejecida, con una edad media de 47,5 años. Las proyecciones del Eustat son aún más altas y prevén un aumento de la población de 37.800 habitantes en los doce próximos años, con lo que el territorio superaría los 756.000 habitantes, cuando hoy cuenta con poco más de 720.000. En lo que ambos institutos estadísticos coinciden es en que el incremento poblacional se deberá exclusivamente al saldo migratorio positivo.

Saldo migratorio
en Gipuzkoa
Ese saldo migratorio positivo conseguirá mitigar un saldo natural (nacimientos menos defunciones) que continuará siendo negativo. Las proyecciones del INE apuntan a que Gipuzkoa ganará cerca de 20.000 habitantes hasta 2037, con una población dos años más envejecida, con una edad media de 47,5 años. Las proyecciones del Eustat son aún más altas y prevén un aumento de la población de 37.800 habitantes en los doce próximos años, con lo que el territorio superaría los 756.000 habitantes, cuando hoy cuenta con poco más de 720.000. En lo que ambos institutos estadísticos coinciden es en que el incremento poblacional se deberá exclusivamente al saldo migratorio positivo.
2035
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Ese saldo migratorio positivo conseguirá mitigar un saldo natural (nacimientos menos defunciones) que continuará siendo negativo. Las proyecciones del INE apuntan a que Gipuzkoa ganará cerca de 20.000 habitantes hasta 2037, con una población dos años más envejecida, con una edad media de 47,5 años. Las proyecciones del Eustat son aún más altas y prevén un aumento de la población de 37.800 habitantes en los doce próximos años, con lo que el territorio superaría los 756.000 habitantes, cuando hoy cuenta con poco más de 720.000. En lo que ambos institutos estadísticos coinciden es en que el incremento poblacional se deberá exclusivamente al saldo migratorio positivo.
Saldo migratorio
en Gipuzkoa
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4.500
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«Gipuzkoa va a ser un poquito más vieja en los próximos años, pero también más diversa», vaticina Oleaga, que alerta de que el problema actual de la vivienda en Euskadi tiene su incidencia no solo en los jóvenes que desean emanciparse, sino también en aquellas personas que llegan desde fuera para trabajar. «Si van a venir 20.000 personas al año, ¿dónde van a vivir? La vivienda es un tapón que afecta a otras cuestiones, como la integración de los migrantes, la cohesión social o la segregación escolar».
Una de las consecuencias directas del aumento de la esperanza de vida es que cada vez habrá más hogares unipersonales: más de 80.000 guipuzcoanos vivirán solos dentro de 12 años. Si en la actualidad este tipo de hogares habitados por una sola persona suponen el 26,6% del total, las previsiones del INE apuntan a que para 2037 ascenderán hasta el 27,7%. Lo que, según los expertos, requerirá de un reforzamiento de los servicios sociales. Diego Ramiro indica que «se va a producir un incremento de los hogares unipersonales formados por mujeres, fundamentalmente, y tiene que haber una red de servicios sociales que pueda atender a ese tipo de población». Oleaga afirma que el hecho de que «cada vez haya más personas que viven solas y durante más tiempo nos obligará a seguir algunos modelos del norte de Europa orientados a alargar la estancia en el hogar antes de ir a una residencia, para lo que habrá que fortalecer esa atención en el hogar».
En cualquier caso, las personas mayores que viven solas, por ejemplo después de enviudar, no son las únicas que empujan hacia abajo el tamaño medio de los hogares de Gipuzkoa, que actualmente está en 2,34 personas por hogar. Ramiro advierte de que, «como la edad de la maternidad se retrasa cada vez más, lo que ya está ocurriendo es que muchas parejas acaban su periodo reproductivo sin tener descendencia. La última encuesta de fecundidad del INE apuntaba a que alrededor del 25% de las parejas acaban sin descendencia». Por su parte, Oleaga aporta que «cada vez es más habitual que haya parejas, sobre todo de mediana edad, cuyos dos miembros tienen casa propia y deciden seguir residiendo cada uno en la suya, sin llegar a convivir». Añade que «la tendencia en la reducción de los modelos familiares se va a mantener en el futuro».

Edad media de las madres
2024
33,06
2035
32,90
Tasa de fecundidad
en Gipuzkoa
2035
2024
1,51
1,22
Mari Jose Iñarra es ginecóloga de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Donostia y constata que «en los últimos años hay menos mujeres, menos parejas en edad reproductiva». Pese a que pudiera parecer lo contrario por los avances en las técnicas de reproducción asistida, «el porcentaje de pacientes que recurren a este tipo de técnicas apenas ha aumentado, de hecho tenemos menos pacientes intentando embarazarse». Actualmente, el 12,3% de los bebés nacen tras un proceso de reproducción asistida y la previsión es que ese porcentaje no varíe demasiado en los próximos años. Sin embargo, Iñarra apunta que «lo que sí que apreciamos en la consulta es un cambio en el modelo de familias. Ahora vemos muchísimas mujeres solas y mujeres cuya pareja es otra mujer, cuando hace unos años nuestros pacientes eran casi en exclusiva parejas con problemas de esterilidad o con dificultades para concebir».
Los modelos de familia se han «diversificado» en los últimos años y ya están plenamente integrados en la sociedad, por lo que Oleaga no ve mucho margen para que se puedan generar nuevos, aunque no tiene duda de que «una sociedad más diversa conllevará unas familias más mestizas», con miembros de diferentes orígenes. Es decir, que cada vez será más difícil encontrar ciudadanos que puedan acreditar ocho apellidos vascos.

Edad media de las madres
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Tasa de fecundidad
en Gipuzkoa
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Mari Jose Iñarra es ginecóloga de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Donostia y constata que «en los últimos años hay menos mujeres, menos parejas en edad reproductiva». Pese a que pudiera parecer lo contrario por los avances en las técnicas de reproducción asistida, «el porcentaje de pacientes que recurren a este tipo de técnicas apenas ha aumentado, de hecho tenemos menos pacientes intentando embarazarse». Actualmente, el 12,3% de los bebés nacen tras un proceso de reproducción asistida y la previsión es que ese porcentaje no varíe demasiado en los próximos años. Sin embargo, Iñarra apunta que «lo que sí que apreciamos en la consulta es un cambio en el modelo de familias. Ahora vemos muchísimas mujeres solas y mujeres cuya pareja es otra mujer, cuando hace unos años nuestros pacientes eran casi en exclusiva parejas con problemas de esterilidad o con dificultades para concebir».
Los modelos de familia se han «diversificado» en los últimos años y ya están plenamente integrados en la sociedad, por lo que Oleaga no ve mucho margen para que se puedan generar nuevos, aunque no tiene duda de que «una sociedad más diversa conllevará unas familias más mestizas», con miembros de diferentes orígenes. Es decir, que cada vez será más difícil encontrar ciudadanos que puedan acreditar ocho apellidos vascos.

Edad media de las madres
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Tasa de fecundidad
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Mari Jose Iñarra es ginecóloga de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Donostia y constata que «en los últimos años hay menos mujeres, menos parejas en edad reproductiva». Pese a que pudiera parecer lo contrario por los avances en las técnicas de reproducción asistida, «el porcentaje de pacientes que recurren a este tipo de técnicas apenas ha aumentado, de hecho tenemos menos pacientes intentando embarazarse». Actualmente, el 12,3% de los bebés nacen tras un proceso de reproducción asistida y la previsión es que ese porcentaje no varíe demasiado en los próximos años. Sin embargo, Iñarra apunta que «lo que sí que apreciamos en la consulta es un cambio en el modelo de familias. Ahora vemos muchísimas mujeres solas y mujeres cuya pareja es otra mujer, cuando hace unos años nuestros pacientes eran casi en exclusiva parejas con problemas de esterilidad o con dificultades para concebir».
Los modelos de familia se han «diversificado» en los últimos años y ya están plenamente integrados en la sociedad, por lo que Oleaga no ve mucho margen para que se puedan generar nuevos, aunque no tiene duda de que «una sociedad más diversa conllevará unas familias más mestizas», con miembros de diferentes orígenes. Es decir, que cada vez será más difícil encontrar ciudadanos que puedan acreditar ocho apellidos vascos.

Edad media de las madres
2035
2024
32,90
33,06
Tasa de fecundidad
en Gipuzkoa
2035
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1,51
1,22
Mari Jose Iñarra es ginecóloga de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Donostia y constata que «en los últimos años hay menos mujeres, menos parejas en edad reproductiva». Pese a que pudiera parecer lo contrario por los avances en las técnicas de reproducción asistida, «el porcentaje de pacientes que recurren a este tipo de técnicas apenas ha aumentado, de hecho tenemos menos pacientes intentando embarazarse». Actualmente, el 12,3% de los bebés nacen tras un proceso de reproducción asistida y la previsión es que ese porcentaje no varíe demasiado en los próximos años. Sin embargo, Iñarra apunta que «lo que sí que apreciamos en la consulta es un cambio en el modelo de familias. Ahora vemos muchísimas mujeres solas y mujeres cuya pareja es otra mujer, cuando hace unos años nuestros pacientes eran casi en exclusiva parejas con problemas de esterilidad o con dificultades para concebir».
Los modelos de familia se han «diversificado» en los últimos años y ya están plenamente integrados en la sociedad, por lo que Oleaga no ve mucho margen para que se puedan generar nuevos, aunque no tiene duda de que «una sociedad más diversa conllevará unas familias más mestizas», con miembros de diferentes orígenes. Es decir, que cada vez será más difícil encontrar ciudadanos que puedan acreditar ocho apellidos vascos.
El avance de la ciencia también arroja algunas incógnitas respecto al futuro. Ofrece su vertiente positiva en adelantos como el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), que permite utilizar la técnica para tener hijos libres de algunas enfermedades genéticas, una técnica en la que el Hospital Donostia es el centro de referencia en Euskadi. «Desde 2022 hemos tratado a 103 parejas y hemos hecho 172 ciclos en total, con una tasa de embarazo del 38%», explica la ginecóloga Mari Jose Iñarra. De cara al futuro, avanza que «la genética está evolucionando muchísimo y se conocen muchos más genes y enfermedades, por lo que es probable que haya más enfermedades susceptibles de esta técnica».
Estos avances en la genética también pueden generar dudas éticas sobre dónde están los límites de la ciencia. ¿En el futuro próximo será posible diseñar bebés a la carta? «Con el diagnóstico genético preimplantacional no solo se puede estudiar y evitar la transmisión de enfermedades, sino que se pueden elegir determinadas características de esos embriones, como la predisposición o no a tener una enfermedad», señala Iñarra. «Todo lo que sea avanzar hacia estas funciones más personalizadas estará sujeto a un debate ético muy importante y a una regulación que todavía no está desarrollada», indica. Al final, tocará debatir sobre un concepto como la «eugenesia», la aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientadas al perfeccionamiento de la especie humana, «sobre los niños 'perfectos' o sobre la desigualdad social que generarían. Porque, ¿quién podrá acceder a estos tratamientos? Solo accederá el que tiene dinero, lo que plantea cuestiones muy importantes éticas, legales, sociales... Habrá que poner unos límites porque la ciencia avanza», advierte la especialista del Hospital Donostia.
También existe un debate sobre la edad máxima en la que las mujeres podrán tener hijos gracias a las técnicas de reproducción asistida. Iñarra prefiere no fijar una edad concreta «porque no existe un límite legal como tal», aunque puntualiza que en Euskadi «tenemos una especie de acuerdo para no hacer técnicas por encima de los 50 años, tanto en centros públicos como privados». Pero admite que «si se busca en internet, se ven casos de mujeres que han tenido hijos por encima de esa edad».
El retrato social mostrado en estas páginas podría dar a entender que nos encaminamos hacia una sociedad cada vez más individualista, pero el sociólogo José Antonio Oleaga considera que «eso dependerá de los valores que imperen en el futuro próximo». Asegura que la nueva configuración de los hogares, cada vez más reducidos, «también está provocando situaciones solidarias novedosas, como las personas mayores que, para alejarse de la soledad no deseada, se abren a programas de vivienda compartida en los que acogen en su casa a jóvenes que quieren emanciparse». A juicio de Oleaga, «ese tipo de proyectos desmentiría que estamos yendo hacia una sociedad más individualista, sino todo lo contrario, más solidaria y con más entrega comunitaria».
El presidente de la Asociación Vasca de Sociología tampoco comparte la idea de que la juventud actual sea menos comprometida que la de hace unas décadas. «Los jóvenes de ahora han cambiado la forma de relacionarse y de participar en sociedad. Quizá ya no lo hacen tanto de forma presencial, pero sí se comprometen por otras vías».
Créditos
-
Ilustración Paula Estévez
-
Gráficos Izania Ollo
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