De la tradición a la competición
Desde las labores ancestrales hasta los pasatiempos lúdicos. Todo es convertible en modalidad competitiva en un territorio con ADN deportivo

La sociedad guipuzcoana soltó sus lastres políticos y económicos en la primera mitad del siglo pasado para universalizar la práctica del ejercicio físico y ensalzar a sus campeones. Oros olímpicos, campeones del mundo, títulos ligueros, récords... además del gran triunfo social del siglo XX: el empoderamiento de la mujer, protagonista estelar de los logros de los próximos cien años.

U
na mujer, descendiente de la universalización del deporte como forma de ocio saludable, evolucionada hacia el alto rendimiento y ensalzada por el impacto de las redes sociales y comerciales configurará el perfil prototípico de deportista guipuzcoano dentro de cien años. La elucubración se sustenta en el recorrido del mundo del deporte en Gipuzkoa durante el último siglo. Su origen y desarrollo, junto al progreso de la sociedad que la practica y la alienta, marcan esa hipótesis. Apuntan asimismo hacia un tipo de actividad vinculada con la última tecnología, que encaja en formatos ágiles y espectaculares como reclamo de un nicho de mercado de éxito.
La imaginación, aliñada con una pizca de lógica, perfila diferentes campeonas: una ciclista conquistadora del Tour de Francia de bicis espaciales, una remera de naves supersónicas o una aizkolari capaz de talar bosques con hachas de láser. Manteniendo siempre el componente de las habilidades físicas y técnicas, el añadido de los adelantos técnicos aportará la vistosidad y el catálogo para un potente mercado. La intuición apunta hacia una mujer por la pura inercia histórica. Desde que en los años del Desarrollismo el género femenino empezó -a cuenta gotas- a salir del ostracismo deportivo, la velocidad de su incorporación al sector ha ido creciendo sin parar. Cristina Patús, integrante del Medina Gipuzkoa que ganó la Liga Nacional de Balonmano en 1973 y 1975, valora ahora orgullosa que «pusimos una pequeña semilla y vemos que ha crecido, tal y como nos demuestran ahora las jugadoras del Bera Bera». El empuje de aquellas pioneras derivó en la participación olímpica. Las atletas Blanca Lacambra (Donostia, 1965) y Maite Zuñiga (Eibar, 1964) fueron las primeras en la edición de Seúl, en 1988. Y a partir de ahí, de la cantidad ha surgido la calidad. Maider Telleria, Nagore Gabellanes y Teresa Motos subieron a lo más alto del podio en Barcelona 1992 con las bautizadas 'chicas de oro', Maialen Chourraut conquistó el oro en los Juegos de Río de 2016, la plata en Tokio 2020 y el bronce en Londres 2012, Leire Olaberria se colgaría el bronce en la prueba de puntuación de Pekín en 2008... El fenómeno avanza y hoy el número de licencias femeninas en Gipuzkoa está a punto de llegar a 20.000 en una treintena de modalidades. Y subiendo.

Total de inscritos
en federaciones guipuzcoanas de deporte
71.166
2023

Total de inscritos
en federaciones guipuzcoanas de deporte
71.166
2023

Total de inscritos
en federaciones guipuzcoanas de deporte
71.166
2023

Total de inscritos
en federaciones guipuzcoanas de deporte
71.166
2023
Nada que ver con aquellos primeros ejemplos de guipuzcoanos que a inicios del siglo XX desafiaron la forma de vida estandarizada en su entorno para divertirse a costa de un ejercicio físico. De forma rudimentaria, dieron un nuevo cauce a una actividad laboral o a una tradición de carácter más lúdico. El remo, por citar la disciplina con competiciones documentadas más antiguas -en 1879 se disputó la primera edición de la Bandera de La Concha-, procedía de la competencia de los pescadores por llegar antes al puerto para vender más caro. El aizkolari nace del trabajo con los troncos del bosque y el harrijasotzaile, del que se hacía en las canteras. El ciclismo o el atletismo derivan de usos de movilidad.
El componente olímpico, con su punto extra de nivel, se introdujo en Gipuzkoa a través de Irun en las dos primeras décadas del siglo pasado. Así lo asegura el doctor Xabier Leibar, médico del Centro de Perfeccionamiento Técnico de Fadura y exdirector de Deportes del Gobierno Vasco, autor de una tesis doctoral que censa a los 270 deportistas de la Comunidad Autónoma Vasca que han tomado parte en los Juegos. «La influencia de Francia es manifiesta. Desde la muga entra el conocimiento de los Juegos. Las primeras pruebas de atletismo se hacen en Irun, y no es casualidad que la zona con mayor incidencia de deportistas olímpicos es el corredor Irun-San Sebastián. En Bizkaia, en cambio, la entrada es por Getxo, por la gente de dinero que mandaba a sus hijos a estudiar a Inglaterra».

Las federaciones con más deportistas en 2023
Montañismo
18.287
Caza
11.074
10.059
Fútbol
6.328
Golf
2.408
Balonmano
2.076
Baloncesto
1.907
Surf
1.797
Remo
1.415
Pádel
Fútbol sala
1.197

Las federaciones con más deportistas en 2023
Montañismo
18.287
Caza
11.074
10.059
Fútbol
6.328
Golf
2.408
Balonmano
2.076
Baloncesto
1.907
Surf
1.797
Remo
1.415
Pádel
Fútbol sala
1.197

Las federaciones con más deportistas en 2023
18.287
Montañismo
11.074
Caza
10.059
Fútbol
6.328
Golf
2.408
Balonmano
2.076
Baloncesto
1.907
Surf
1.797
Remo
1.415
Pádel
1.197
Fútbol
sala

18.287
Las federaciones con más deportistas en 2023
Montañismo
20.000
15.000
11.074
10.059
Caza
Fútbol
10.000
6.328
Golf
1.197
2.408
2.076
1.907
1.797
5.000
1.415
Fútbol
sala
Balonmano
Baloncesto
Surf
Remo
Pádel
0
El germen del deporte brotó en Gipuzkoa, un territorio donde encontró un campo abonado por el tipo de practicante, por cultura y por apoyo social. Entre la multitud de datos que maneja Leibar, uno resulta revelador de lo que supone el fenómeno deportivo en el territorio. «Con menos del 33% de la población de Euskadi, Gipuzkoa tiene más del 52% de representación olímpica desde 1904». Esgrime sus motivos. Primero, la polipráctica. La actual política foral del 'multikirola' hunde sus raíces en la idiosincrasia de la historia del deporte guipuzcoano. «La gente llegaba al deporte que mejor se adaptaba a sus condiciones más tarde, después de hacer otras modalidades, de manera que su motricidad era mejor. Hacer más tipos de ejercicios les daba mejor riqueza motora», explica Leibar.
Ha habido otros factores favorecedores. «En Gipuzkoa el deporte es un sector económico, con una capacidad organizativa reseñable -alberga las mejores competiciones de España en muchas disciplinas siendo un enclave de 700.000 habitantes en el conjunto de 47 millones del Estado-, infraestructuras dignas aunque siempre se quiera más y una enorme adaptación social. Yo, si hubiese nacido en Cuenca, no habría vivido de la Medicina del Deporte», explicita el doctor oiartzuarra.
Una mujer ganadora del Tour de bicis espaciales, una remera de naves supersónicas o una aizkolari de hachas láser; así será el prototipo de deportista en 100 años
Entronca este aspecto sociológico con el impulso mediático, muy particularmente el que EL DIARIO VASCO ha prestado al deporte a lo largo de toda su vida. «Hay que reconocerlo. En otros territorios, para que una noticia fuera del fútbol tuviera algo de resonancia, tenía que ser algo realmente impactante, cuando en las páginas de la prensa guipuzcoana ha habido cabida para muchos deportes».
Explica especialmente bien la idiosincrasia de ese guipuzcoano familiarizado con la actividad física el apartado de la montaña. De la sana relación con la naturaleza prendió también el gusano competitivo. Valga como estandarte Adolfo Beristain, tres veces campeón de España de saltos de esquí (1956, 1961 y 1966), dos veces recordman español y campeón de España de Slalom gigante de veteranos (1982). Recuerda bien su caso el periodista Iñaki Sagastume, cronista de aquel despegue del deporte guipuzcoano. «Yo era socio del Eguzki y por aquel entonces había tres esquiadores que eran de lo mejor: los hermanos Azkarate y Adolfo Beristain. Me hice secretario de la Federación vasco-navarra de esquí. Hay varios hitos que demuestran el peso específico que teníamos en el sector. Inauguramos en Navacerrada el edificio de Educación y Descanso, también fue la gente de aquí la que fundó Candanchú porque había muchas personas del entorno de Tolosa que iban a Aralar a hacer fondo, pero no siempre había nieve. Por otra parte, yo mismo organicé el primer congreso de la Federación Española de Esquí en junio de 1966. En Donostia, dónde si no.
Un año más tarde llegaría la famosa expedición vasco-navarra a Los Andes, con los guipuzcoanos Paco Lusarreta y Rodolfo Kirch entre los montañeros, y con la organización de Pedrotxo Otegi desde la Federación, célebre por el logro deportivo y por la exposición de la ikurriña en tiempos aún de censura. Nunca han faltado herederos, algunos de ellos encumbrados por sus hazañas. Edurne Pasaban se convertiría en la primera mujer del mundo en escalar los 14 ochomiles y los hermanos Iñurrategi, Félix y Alberto, marcarían la línea de la ejemplaridad y la elegancia en retos de máxima dificultad.

Deporte escolar
más practicado en Gipuzkoa
CHICAS
47%
Baile
31%
Fútbol
22%
Baloncesto
CHICOS
73%
Fútbol
24%
15%
Baloncesto
Pelota
mano

Deporte escolar
más practicado en Gipuzkoa
CHICAS
47%
Baile
31%
Fútbol
22%
Baloncesto
CHICOS
73%
Fútbol
24%
15%
Baloncesto
Pelota
mano

Deporte escolar
más practicado en Gipuzkoa
CHICAS
47%
Baile
31%
Fútbol
22%
Baloncesto
CHICOS
73%
Fútbol
24%
15%
Baloncesto
Pelota
mano

Deporte escolar
más practicado en Gipuzkoa
CHICAS
CHICOS
73%
Fútbol
47%
Baile
31%
24%
15%
Fútbol
22%
Baloncesto
Pelota
mano
Baloncesto
La montaña dio cauce al deportista que el guipuzcoano llevaba dentro en un contexto en el que, tal y como recuerda Sagastume, «había, además del fútbol, cuatro deportes y sin mucha competición. En el remo se hacían cuatro regatas al año y recuerdo ediciones de La Concha con tres participantes (Santa Justina de San Sebastián, Lequeitiana y Ondarroa inauguraron la prueba en 1879) cuando ahora la organización tiene que limitar a 24 las traineras de la Clasificatoria. Los remeros no sabían nadar y la Federación impuso cursos para aprender. Había algunos partidos de pelota y carreras ciclistas, pero organizadas de aquella manera. El ciclo-cross de Gros de 1959, por ejemplo, se topó el día de su celebración con que no podían repetir el circuito habitual porque se estaban edificando casas».
Fue el empuje de la masa creciente del deporte, pasado la mitad del siglo pasado, lo que empezó a pedir escenarios para desarrollar aquello que nunca había sido una actividad prioritaria. Porque en aquella sociedad en la que nació DV, como revela Xabier Leibar «quien hacía deporte era la gente con posibilidades económicas que dio como resultado el biotipo conocido como 'gentleman'. Un atleta que a su vez jugaba a fútbol y corría en bici». Con el crecimiento de la clase media se incrementó la población deportista y se empezaron a poner los medios. Porque Sagastume recuerda que «el hockey sobre patines se jugaba en el viejo edificio del Kursaal, el balonmano se practicaba sobre el asfalto, en Anoeta, o en los cuarteles de Loiola, y había un campo de tierra en Amara que era el único para jugar a fútbol al margen de Atotxa, donde a su vez se hacía hockey y atletismo». En 1950 surgió el complejo deportivo de Anoeta, formado por un albergue juveni de 100 plazas, dos pistas descubiertas de baloncesto, otras dos de balonmano, una de hockey, una piscina de 33,3 metros con trampolín olímpico y otra infantil, gimnasio, campo de fútbol de grava, pista de tenis y una pista atlética de ceniza, que en los años setenta fue sustituida por otra de material sintético cuyo interior albergaba un campo de fútbol utilizado también para la práctica del rugby. Aunque Donostia marcaba el ritmo a mitad de siglo, Leibar recuerda que Tolosa contó con la primera pista de atletismo de 400 metros en la península, construida en Berazubi en 1923.
La inclinación natural a practicar deporte de la que hablaba Leibar, unido al reconocimiento social, ha desembocado en un siglo de éxitos que han copado un sinfín de portadas de DV en sus 90 años de vida. Fue una vez dejados atrás los años más complicados a nivel económico y político, en los 60, cuando el deporte gana protagonismo en los titulares y en la calle. De hecho, en 1961, EL DIARIO VASCO inauguró una sección para elegir al mejor deportista de cada modalidad en cada temporada. Para entonces, se informaba -porque había protagonistas para ello- de atletismo, baloncesto, balonmano, boxeo, ciclismo, esquí, fútbol, golf, hockey, natación, pelota, pesca submarina, tenis, tenis de mesa, tiro de pichón y herri kirolak. El donostiarra Luis Felipe Areta, experto en triple salto, participante en los Juegos Olímpicos de Roma, Tokio y México, fue el preferido en las cuatro primeras ediciones de 'Los mejores deportistas guipuzcoanos'. Imposible ser exhaustivo en la lista de figuras que llegó con el boom del deporte. El popular boxeador Urtain, el portero blanquiazul Esnaola -antes del gran Arconada-, el navegante Julio Villar, el ciclista Txomin Perurena, el baloncestista 'Shegun' Azpiazu, el remero Korta, el harrijasotzaile José Manuel Aguirre 'Endañeta'… Para los coleccionistas, puede que aún perviva alguna baraja de cartas de las editadas por DV en 1999 con los mejores deportistas guipuzcoanos del siglo XX. Otro indicador de la relevancia social del fenómeno deportivo. Como la creación en 1984 de Organizaciones Deportivas EL DIARIO VASCO, que proyectó a todo el mundo la imagen de Gipuzkoa a través del ciclismo.
Los títulos en disciplinas de equipo de la Real Sociedad, el Bidasoa, el Bera Bera o el Txuri Urdin han llegado como consecuencia natural del empeño colectivo, pero más revolucionario aún ha sido el auge del deporte paralímpico. El nadador Richard Oribe obtuvo dieciséis medallas en los Juegos Paralímpicos de Verano entre los años 1996 y 2012, y Sara Carracelas suma otras diez entre 1996 y 2008. Su sucesor Iñigo Llopis ha sido oro en los Juegos de París. Irati Idiakez está asentada en la élite del snowboard. Suma y sigue. Pero por encima del resultado se eleva el gen guipuzcoano para acercar el deporte a todo tipo de públicos. «¿Quién diría en 1934 que se podría competir en silla de ruedas?», se pregunta Sagastume. Hoy hay cursos de estimulación, de iniciación, de tecnificación... Gipuzkoa y el deporte, por los siglos de los siglos, amén.
Créditos
-
Ilustración Iker Ayestaran
-
Gráficos Izania Ollo