Cambian los tiempos, se mantiene el fin: Periodismo, contar lo que pasa

Hoy un flamante edificio en el parque tecnológico de Miramon acoge la nueva Redacción de DV: se sigue realizando un periódico diario de papel, como resumen cada 24 horas de lo que pasa en el mundo y en nuestro mundo, pero la información se actualiza cada minuto por todos los medios disponibles. La web palpita cada segundo al ritmo de la actualidad y la información se difunde por las redes sociales y cualquier lenguaje tecnológico que se sume a un oficio en perpetua evolución.

El cambio vivido por El Diario Vasco es el mismo que ha experimentado el periodismo a lo largo del último siglo. El objetivo, antes y ahora, es el mismo: contar lo que pasa. Iñaki Gabilondo, el donostiarra que sigue siendo referente del oficio, ya sentenció que periodismo es contar lo que pasa y contar también lo que nos pasa: narrar las guerras, las elecciones o los partidos de la Real, sí, pero también los nuevos usos sociales, las obras en la calle más próxima o los últimos tratamientos para el lumbago.

En la Redacción de El Diario Vasco de los años 80 se decía que el objetivo de este periódico era «contar lo que pasa en Irun y lo que pasa en Irán». La frase continúa siendo válida porque en Irun y en Irán sigue estando la mirada de DV. Entonces con una cita diaria con el lector, con ese ejemplar de papel que llegaba a los kioskos cada mañana, y ahora, además de con ese papel que continúa siendo buque insignia, por todos los medios disponibles, con un equipo de profesionales cada vez más multidisciplinar. Cerca de 150 personas trabajamos desde hace dos años en la moderna sede central de DV de Miramon, que consta de tres plantas, con un total de 3.500 metros cuadrados, dotada con los medios más avanzados. Sustituyó a la histórica sede de Ibaeta tras una complicada mudanza en la que no se dejó de informar un segundo a través de la web ni de visitar diariamente los kioskos en su formato de papel.

Pocos oficios han reflexionado tanto sobre sí mismos como el periodismo, y muchas veces de manera tan autocrítica: nadie habla peor del periodismo que los propios periodistas, aunque a la vez pocos hacen tanta literatura sobre lo suyo. Pero el cumpleaños de El Diario Vasco es una buena excusa para viajar por el tiempo en una profesión siempre en transformación.

Imaginemos una de esas redacciones al estilo de 'Primera plana', la mítica película de Billy Wilder, donde nació este periódico en 1934. El primer ejemplar de El Diario Vasco fue publicado el 27 de noviembre de 1934 por la Sociedad Vascongada de Publicaciones, con Pedro Pujol Martínez como primer director. La Redacción estaba en el número 34 de la calle Garibai, en Donostia.

El mayor desarrollo llegó con el traslado a la sede de la calle Miracruz, tan recordada por los más veteranos. A mediados de la década de los 70 llegó otro gran salto con el paso a Ibaeta, en un moderno edificio para la época diseñado por el arquitecto donostiarra Carlos Casla Echarri en 1973 y que empezó a funcionar cuatro años más tarde. En 1986 esa sede de DV crecería aún más con un edificio añadido donde se instaló la nueva rotativa Rockwell Visa, que introdujo el color. Y en 1995 nació la web: El Diario Vasco fue también pionero en apostar por nuevas tecnologías que nacían, y que pocos sospechaban entonces que cambiarían el mundo tanto y de manera tan rápida.

Son los datos fríos. En la piel de los periodistas y del personal del periódico quedan los acontecimientos vividos en esa sede de Ibaeta, desde los títulos ligueros de la Real hasta el susto del 23-F o los zarpazos del terrorismo, con el terrible día en que fue asesinado por ETA nuestro compañero Santi Oleaga, director financiero. En Ibaeta se potenció la web y empezó a imprimirse el periódico a todo color. Luego la impresión se trasladaría a las instalaciones de Zamudio, donde se sigue imprimiendo hoy el periódico, y hace dos años llegó el nuevo salto de la Redacción y la Administración a Miramon, en unas instalaciones preparadas para el desafío tecnológico que supone hoy hacer El Diario Vasco, con equipos para la realización de vídeos y atención a una web en actualización continua, además del periódico diario.

Tal como remarcaba la dirección del periódico en el momento del traslado, el cambio a Miramon suponía la mejora tecnológica «y acentuar aún más la conexión del periódico con los guipuzcoanos desde esta nueva base en San Sebastián».

Así ha cambiado la forma de trabajar. Antes un redactor y un fotógrafo se desplazaban al lugar donde ocurrían los hechos, volvían a la Redacción, se escribía la crónica y se revelaban las imágenes en los vetustos laboratorios del propio periódico. Hoy hay veces que a la noticia se desplaza un equipo formado por redactores, fotógrafos y videocámaras para trasladar la información al lector por todos los medios.

Terminamos con Iñaki Gabilondo otra vez, veterano profesional y veterano lector diario de este periódico, que elogia la veracidad de los medios de proximidad, como el nuestro, «porque si el periodista dice que llueve sabe que el lector puede asomarse a la ventana para comprobar si llueve de verdad».