Familias y empresas se afanan en la reparación a la espera del balance de daños por las riadas
Diputación y ayuntamientos afectados activan hoy una mesa de trabajo para evaluar las tareas pendientes y analizar medidas
Miguel Ángel Mata, Amaia Núñez y Josu Zabala Barandiaran
San Sebastián
Martes, 17 de junio 2025, 00:00
Vehículos escacharrados en cunetas. Sendas y caminos aún impracticables. Empresas que no pudieron retomar la actividad tras el fin de semana al amanecer inundadas y ... con la maquinaria estropeada. Vecinos que seguían sacando barro, lodo y piedras de sus caseríos, viviendas, garajes y locales... El corazón de Gipuzkoa seguía volcado ayer en tareas de reparación, recuperación y limpieza de los estragos que causó la tromba de agua que descargó sobre Tolosaldea y Goierri entre las 21.00 y las 23.00 horas del viernes y que provocó esa madrugada riadas descontroladas que ocasionaron cuantiosos daños materiales que aún están por cuantificar. No ha trascendido que se hayan producido daños personales.
Tras la desgracia de esa fatídica noche ayer el cielo despejado y la ausencia de precipitaciones facilitó esas labores, así como las de los peritos y gremios que acudían a algunos de los puntos afectados para evaluar daños y reparar los desperfectos más urgentes.
También la de la ayuda externa que ha llegado a esos lugares a echar una mano. Como la de un equipo del servicio de limpieza de San Sebastián formado por un conductor (Juan José Mateo), un peón de baldeo (Alejandro Núñez) y una cisterna de 16 metros cúbicos de capacidad que el Ayuntamiento donostiarra envió el domingo y de nuevo ayer para participar en la limpieza de lodo en la calzada y las aceras de Alegia, la localidad donde la tormenta descargó con más virulencia dejando 75 litros por metro cuadrado en apenas una hora, la segunda concentración más alta de este siglo en Euskadi, según la agencia estatal de meteorología (Aemet).
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Hoy las instituciones prevén arrojar algo más de luz sobre el impacto de la tormenta y las riadas, el trabajo que hay por hacer y posibles medidas a adoptar. La Diputación activa una mesa de trabajo junto con los alcaldes de los municipios más afectados. En principio Alegia, Amezketa, Ataun, Belauntza, Berrobi, Ibarra, Ikaztegieta, Irura, Lazkao, Lizartza, Tolosa y Zaldibia.
El caserío del alcalde
Algunos de ellos avanzaban ya ayer a DV sus impresiones. Especial mención al primer edil de Belauntza, Iñaki Telleria, cuyo caserío es el más perjudicado del pueblo. La regata que pasaba por las inmediaciones se taponó con la acumulación de piedras y lodo, de modo que el agua buscó otras vías y las rocas acabaron entrando a su vivienda. Más de un metro de tierra y pedruscos cerraban todavía ayer la parte trasera del edificio y ocupaban una habitación.
Dejando en segundo plano su situación particular, Telleria continuaba ayer contabilizando daños y reabriendo caminos. La carretera principal estaba abierta, pero los daños se veían al pasar. En el polígono Okobio un coche permanecía cubierto de lodo y bajo un quitamiedos desprendido de la carretera que pasa por arriba y de un árbol que le cayó encima. La carretera que sube del cementerio tiene graves daños ya que se ha desprendido parte de la tierra debajo del asfalto.
El alcalde de Berrobi, Aitzol Izquierdo, apunta que en su municipio las complicaciones por las riadas se vieron agravadas por el cierre de la Autovía de Leitzaran (A-15) el fin de semana, lo que provocó que mucho tráfico hacia Navarra se dirigiera por Ibarra y su pueblo. «Llamamos al 112 para pedir que cerraran la carretera y así poder trabajar mejor, por el riesgo que había para vehículos y voluntarios. Anduvimos bastante mal hasta las 16.00 horas, cuando al fin la cerraron», explica. A esa hora se reabrió la A-15, mucho antes de lo previsto, las 6.00 horas del lunes.
«No llegó maquinaria»
Izquierdo asume que «en otros sitios también tenían necesidades y entendemos que hay prioridades», pero echó en falta más maquinaria. «Veíamos que llegaba a Ibarra y pensábamos que también llegaría a Berrobi, pero no», recalca antes de agradecer el esfuerzo de sus convecinos y de los voluntarios que llegaron para ayudar desde Berastegi y Elduain.
Su mayor preocupación son las cuatro regatas que cruzan el pueblo. «Están las canalizaciones y tuberías totalmente obstruidas». Por ello, en la reunión con la Diputación va a solicitar ayuda para dar respuesta a estos problemas.
En Ikaztegieta «cuando comenzaron las lluvias vimos que lo más afectado eran algunos garajes y portales del centro. Pero por la mañana vimos desprendimientos y muchos más daños», comenta la alcaldesa, Alba Garmendia. «Todavía hay un camino sin acceso, el que lleva a Larrunbe, la carretera está rota y una regata se ha salido de su cauce».
En Irura la mayoría de los daños se sitúan en las pistas de montaña, explica el alcalde, Gorka Murua. El municipio se vio afectado por el paso del lodo que se desplazó de arriba abajo. Ayer la brigada municipal continuaba limpiando las calles y los representantes municipales comenzaron el recuento de los daños en las pistas.
Otra localidad que trata de recuperar la normalidad es la goierritarra Lazkao. Ahí los daños han sido notables y han requerido una movilización extraordinaria de medios técnicos y humanos. Mikel Zabala, cabo de la Policía Municipal, hizo ayer un primer balance de daños.
Un generador desde Bilbao
Uno de los principales problemas se produjo en el barrio de Areso, así como en San Ignacio y en la zona de Empaundi, donde se produjo una importante avería eléctrica: «El transformador se llenó de agua y cayó, dejando a todos esos barrios sin luz», explica. La situación obligó a trasladar, desde Bilbao y en trailer, un generador de grandes dimensiones para restablecer el suministro eléctrico. Este grupo comenzó a dar servicio hacia las 14.30 horas del sábado. Mientras tanto, los trabajos de reparación del transformador afectado continúan.
Además del apagón, los efectos del agua fueron devastadores para los locales situados por debajo del nivel de la carretera que une la zona de Empaundi. En el origen de esta situación está el desbordamiento de un regato que, en su tramo final, discurre soterrado antes de desembocar en el río Agauntza. Este pequeño cauce se taponó justo en su parte enterrada, lo que hizo que el agua buscara salida por la carretera, transformando la calzada en un río que se precipitó hacia Areso y San Ignacio. «El paso bajo la carretera GI-2120 en sentido Navarra se llenó completamente de agua, provocando que el caudal y los materiales arrastrados entrasen directamente en las viviendas del caserío Empaundi», señala Zabala. Otra zona especialmente afectada fue el polígono industrial de Zubierreka.
Zabala valora que las obras preventivas realizadas en zonas como en San Prudencio y en el camino hacia Olaberria han dado resultado. «Las nuevas rejillas funcionaron y no se registraron desbordes ni daños en esa zona». En paralelo, se han realizado intervenciones en otros puntos críticos del municipio, como los regatos que bajan desde Lazkaomendi hacia el Euskaltegi Maizpide y el barrio de Sempere, donde se han reforzado cauces y rejillas.
Los mayores esfuerzos del sábado se centraron en restablecer el suministro eléctrico en las zonas afectadas y en liberar el lecho del río en el tramo obstruido. Ante la previsión de nuevas lluvias, se buscó evitar que el cauce volviera a desbordarse.
Los trabajos se focalizaron en alcanzar el otro lado del túnel de Empaundi mediante el uso de motobombas, con el objetivo de acceder con maquinaria al punto exacto donde se había producido el desbordamiento del riachuelo. Las labores se prolongaron hasta las 22.00 horas del sábado. Con estas actuaciones, además, se garantizó el acceso a los caseríos que habían quedado incomunicados.
«20% más de partes»
Al tiempo que se sigue limpiando y reparando, las personas, empresas e instituciones afectadas van dando cuenta a sus respectivos seguros de los daños sufridos. Aunque aún es muy pronto para cuantificar la cantidad de partes de siniestro que puedan presentarse y el monto económico de los daños producidos, en Seguros Lagun Aro ya estimaban ayer a primera hora de la tarde que «por la mañana habremos recibido un 20% más de llamadas y partes que lo habitual», recalca Bernard De la Ossa, responsable de siniestros de la aseguradora vasca del Grupo Mondragon.
De la Ossa anima a los afectados a no «complicarse» con las reclamaciones al seguro privado y al Consorcio de Compensación de Seguros. Recuerda que las compañías aseguradoras pueden presentar al Consorcio en nombre de sus clientes el parte de los daños que corresponde indemnizar a este organismo, por lo que «lo más sencillo, rápido y eficaz es que hablen con su seguro y que este se encargue de todo».
«En el caso de Lagun Aro ya teníamos el mismo fin de semana peritos y reparadores atendiendo los casos más urgentes que nos habían comunicado», recalca.
Este profesional del ramo explica que como concepto general comprensible para el gran público «las compañías de seguros nos hacemos cargo de los daños causados 'de arriba abajo' (lluvia, granizo, viento...), mientras que el Consorcio se responsabiliza de los estragos ocasionados 'de abajo arriba' como riadas, inundaciones...
Quiere esto decir que en este caso los daños causados por el impacto directo del aguacero, como tejas rotas o desplazadas que generan daños en el interior de la vivienda es responsabilidad de la aseguradora, pero los ocasionados por las riadas son a cuenta del Consorcio.
De la Ossa subraya que lo primero que debe hacerse es «sacar fotos de todo. Nos sirve para evaluar los daños y como prueba». Una vez retratados los siniestros «no hace falta guardar nada. Se puede tirar todo lo deteriorado o roto».
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