«Me asomé a la ventana y pensé que el agua se iba a llevar por delante mi casa»
Un vecino del barrio de Altzo Azpi narra cómo vivió la riada que ha destrozado su casa y confiesa que «temió» que se derrumbara
«Me asomé a la ventana y pensé que el agua se iba a llevar por delante mi casa». Es el testimonio de Dámaso Zubeldia, ... un altzotarra que vivió momentos de verdadera tensión durante la riada que inundó por completo su casa. «Acosté a mi madre en el piso de arriba y luego me fui a dormir. Yo vivo abajo y de pronto empecé a escuchar mucho ruido. En cuestión de minutos todo comenzó a desbordarse. Salí a la entrada y el agua me llegaba a las rodillas».
Se dice que el ser humano se adapta rápido a las situaciones extremas, y Dámaso confirmó esta teoría. «El agua entró a la casa y en pocos minutos subió muchísimo. Entonces pensé que si creaba una corriente podría salir por otro lado y liberar un poco la presión. Abrí la terraza y enseguida se formó una corriente que hizo que el agua saliera por el otro lado», recuerda el altzotarra.
Aunque esta técnica improvisada sirvió para reducir los daños, el destrozo ha sido considerable. Los muebles, la maquinaria y las herramientas apiladas en la entrada del domicilio dejan entrever que su inquilino no ha podido salvar gran cosa. «He perdido todo. El agua entró a todas las habitaciones y voy a tener que reformar toda la casa».
Los restos de barro en el interior dibujan la trayectoria que siguió el agua. «La cocina está destrozada, voy a tener que cambiar toda la maquinaria. Después llegó a la sala de estar, que también está muy afectada. He tenido que tirar todos los sillones y los muebles. La televisión era nueva, apenas tenía un par de meses y tampoco la he podido salvar, igual que los ordenadores y otro dispostivos electrónicos que tenía». La riada dañó la madera que tenía guardada en la entrada de la casa. «La tenía cortada en el portal y he perdido casi todo».
«Al menos he salvado el coche»
Entre tantas desgracias, Dámaso tuvo un pequeño golpe de suerte. «No sé por qué pero antes de que sucediera todo decidí dejar el coche en el jardín de debajo de la casa. El agua desbordó y llegó hasta la hierba, pero no se llevó el coche. Si lo hubiera dejado arriba, junto a la entrada, lo habría arrastrado. Por lo menos he salvado eso».
Este altzotarra quedó sorprendido por la potencia de la corriente. «Debajo tenemos otro piso donde guardo maquinaria y lo he perdido todo también. En un momento pensé que el peso y la fuerza del agua iba a derrumbar mi piso y, por tanto, toda la casa con mi madre en el piso de arriba». Dámaso admite que llegó a temer por su vida. «Estoy contento por poder contarlo. Los daños materiales se pueden reparar y con el tiempo puedes sobreponerte. Fue un susto tremendo».
El barrio de Altzo Azpi está situado en la parte baja del municipio y la carretera que desciende del principal núcelo urbano ha quedado muy dañada. Los arcenes de la vía cedieron a la presión del agua y los surcos creados en el asfalto dificultan el tránsito de vehículos. En el prado junto a la carretera que divide el barrio todavía se aprecian restos de la fuerte tormenta. El agua arrastró contenedores de basura, residuos y ramas que los servicios de limpieza se están encargando de recoger.
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