Fútbol de calle vs. academia

En uno abunda la anarquía, los desajustes, el desorden ordenado... En otro el juego posicional, el aprovechamiento de espacios, jugar con terceros... Hace tiempo escuché a un psicoanalista argentino decir que «ante las dialécticas no trates de borrar un polo». Son compatibles, como Isak y Willian; como Illarra y Zubeldia... Ahora mismo, viendo jugar a la Real Sociedad podríamos decir que las diferencias enriquecen. Existe una lista subjetiva donde podemos instalar a cada uno de los jugadores, debate que os dejo encima de la mesa. Y aunque dudo mucho que los que están hayan bregado por las aceras de sus pueblos, parece asomar en algunos la herencia genética de sus ancestros. En cuanto a los entrenadores, me mojo... Imanol (calle), Escribá (academia). No os lo toméis al pie de la letra. Intuyo que a los dos les encaja más el equilibrio entre ambos. Es posible que la idea más extendida y aceptada sea la de estar súper ordenados en defensa y permitir cierta anarquía cerca de la portería rival. Y en estas... los dos clubes se han encargado del buenrollismo, fijando el precio de las entradas a 25 euros tanto en 'Abanca' Balaídos -ahora se llama así-, como en Donostia (no me acostumbro al nuevo nombre).

El Celta partía como decimoséptimo clasificado con nueve puntos. La Real... todos sabemos dónde. En escenarios comprometidos los jugadores tendemos a tirar de lo emocional. Y hablando de emociones, no quería dejar pasar esta oportunidad para comentar lo que vivimos, allá por el año 2003, en tierras gallegas. Sólo citaré que salir a calentar a un campo rival lleno de aficionados txuri-urdin, con un «bat, bi, hiru, lau, bost, sei, zazpi... Real», es como intentar explicar qué se siente al ser padre o madre a alguien que no lo es.

Al lío. La propuesta de Imanol en cuanto a bagaje ofensivo es clara: salida 'Lavolpiana' (centrales relativamente abiertos y pivote defensivo entremedias). Contra dos puntas como Aspas y Mina, interesa pasar esta línea cuanto antes. Por esto no se vio tanto a Zubeldia meterse tanto entre centrales. Una vez que encontraron el hombre libre por dentro (normalmente Merino), este se gira y/o conduce para dividir o balón a extremo abierto (normalmente lado opuesto), para terminar de profundizar en un dos para uno. Partir con dos hombres mediapunta por dentro (extremo de lado fuerte más Odegaard) creaba incertidumbre a sus marcas. Y esto, aprovechando que los laterales ocupan puestos muy avanzados, hace que en tres cuartos de campo los jugadores de la Real se encuentren en superioridad, a veces numérica y otras posicional.

Esta ocupación de espacios intermedios y partiendo de muy amplios y profundos (laterales) hace que cualquier pérdida de balón (si no están muy acertados) derive en mucho espacio para recorrer del equipo rival. Cuestión que aprovechó el Celta para tener una ocasión muy clara de Santi Mina a centro lateral. Ante equipos como el Celta, que hacen bien la transición defensa-ataque, bien corriendo con balón o buscando jugadores que se queden descolgados, los encargados de estas vigilancias (Llorente, Le Normand, Zubeldia y uno de los dos laterales) solventaron con mucho criterio y anticipación (importantísimo). Y por supuesto, con la ayuda inestimable de un Merino que está que se sale (ofensiva-defensivamente). Pasaban los minutos y tras la expulsión, creyéndose más equipo, la Real Sociedad fue a por el partido de manera coherente, sin locuras. Y así, terminando la contienda, mientras Willian arrasaba con todas las botellas de agua que salían a su paso, Isak perdía la bota después de hacerse un hueco entre la defensa y terminar con su interior de la pierna izquierda de manera implacable. Destacar a todos en general, pero en particular a Le Normand (cumple siempre) y, por supuesto, a Oyarzabal (está en todas partes). Que siga la magia. Ninguna propuesta garantiza la felicidad, aunque según Frank Marshall: «Un mal plan es mejor que no tener ningún plan».