Mujeres del mundo de la cultura: «Siempre se nos exige más a nosotras»
Aitziber Garmendia, Ana Pérez, Garbi Losada y Olatz Beobide hablan de discriminación, igualdad, políticas para la mujer y posibles soluciones
Las cuatro tienen una dilatada experiencia como actrices, directoras, empresarias, autoras y otros trabajos esenciales de la escena. Todas están de acuerdo en que queda ... mucho por hacer para ograr una igualdad entre hombres y mujeres a la hora de llevar adelante sus carreras profesionales. El punto de partida del debate es un reciente estudio encargado por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco sobre programas y políticas de género en el teatro, la danza, el libro y la música que resalta diferencias tanto en la creación como en la industria cultural.
La experiencia de estas artistas aborda directamente todo tipo de cuestiones relacionadas con la diferencia entre sexos. La actriz, y licenciada en Derecho, Aitziber Garmendia, reconoce sentirse discriminada como mujer en su trabajo: «Lo he vivido en varias ocasiones y no siempre son acciones palpables, muchas veces son gestos tan sibilinos que resulta difícil detectarlos».
Ana Pérez, cofundadora de Legaleón Teatro, actriz, directora y coordinadora pedagógica y profesora del Taller de Artes Escénicas de Donostia, cuenta que «como mujer y en todos los aspectos de la vida, he aprendido a sobrevivir a base de estrategias». Por su parte Garbi Losada, dramaturga, guionista, directora y responsable junto a José Antonio Vitoria de la compañía Ados Teatroa, no ha sentido esa discriminación «ni con actrices, ni actores, equipo artístico o técnico». Olatz Beobide, actriz, productora y directora, tampoco la ha vivido como tal, «pero sí que he sentido que había muchas obras en las que los roles principales eran para hombres. Creo que de ahí nació mi deseo y el impulso de producir o crear mis proyectos teatrales».
Aitziber expresa un ejemplo: «Trabajo mucho en comedias y es un campo que parece terreno reservado en exclusiva a los hombres. Parece que una mujer no resulta tan cómica o graciosa como un hombre. Hace años tuve una discusión con un compañero guionista, según él, un sketch iba a quedar más gracioso si lo hacían dos actores en vez de un actor y una actriz, o sea, yo. No cedí, y al final lo pude grabar. Me cansa tener que demostrar que estoy y estamos capacitadas. Y me enfada que sólo por el hecho de nacer hombre o mujer partamos de puntos distintos».
Más directores que directoras
El informe señala que la presencia de mujeres y hombres es bastante paritaria en el teatro vasco, pero no tanto en puestos de alta responsabilidad. Ana Pérez va más allá, apuntando a la situación en general cuando dice que «responsabilidades y riesgos los asumimos todos, no desde un concepto de industria, sino de subsistencia». Beobide «afortunadamente» viene de una generación de profesionales «en la que ha habido y hay mujeres directoras y productoras ejecutivas. Me gustaría creer que las siguientes generaciones tienen modelos a seguir y que contarán con el amparo económico y social para que más mujeres puedan desarrollar su creatividad».
Garbi Losada entiende que aún no existe esa presencia en puestos de dirección porque «aunque hay cada vez más mujeres, la mayor parte de los teatros están dirigidos por hombres. En las compañías, aunque hay varias lideradas por mujeres, o con un liderazgo mixto, aún son más las dirigidas por hombres».
¿Se valora menos el trabajo de las profesionales del teatro que el de los colegas masculinos? Olatz resalta «la precariedad en la que nos movemos y eso no ayuda a que las artistas puedan siempre tener las condiciones mínimas para crear, producir y vivir de su profesión». Losada es rotunda: «Nunca me he sentido menos valorada con mis compañeros de trabajo». Aitziber Garmendia «después de mucho trabajo y esfuerzo» dice haber conseguido «el respeto de la profesión y del público. Ahora no siento que mi trabajo se valore menos que el de los compañeros, pero hay mucho por hacer para que no nos veamos menos valoradas».
Jóvenes, bellas y correctas
La brecha de género se reduce poco a poco y Ana Pérez pone el acento en el esfuerzo que ello supone: «Nosotras nos formamos, actuamos, escribimos, dirigimos y a la vez formamos. Sostenemos compañías, empresas de producción, las administramos y arriesgamos». Una mejoría que Garbi losada reconoce, «aunque no suficiente. Creo que es un reflejo de la sociedad en general. Hay puestos en los que claramente las mujeres tenemos que ir ganando espacio».
Parecida opinión expresa Garmendia, que además destaca «la valentía para afrontar ciertos proyectos como la obra 'El enjambre/Erlauntza', en la que participo y donde hay seis mujeres muy alejadas de esa imagen de 'mujer bien' que se nos ha inculcado. Ellas son irreverentes, no correctas, y auténticas. Nunca agradeceré lo suficiente a Kepa Errasti, autor de la creación, que retrate a una mujer más real de lo que la sociedad nos obliga a ser».
Otra creadora que destaca Garmendia es Mireia Gabilondo, «una directora que casi sin pretenderlo asienta bases de feminismo en escena, siempre lo ha hecho. Y me remito, por ejemplo, a 'Mujeres en sus camas', una obra de hace 12 años. Siempre he tenido la sensación de que Mireia va tres pasos por delante del resto de la sociedad».
Pero, ¿en qué circunstancias suele concretarse esa aludida discriminación? Ana Pérez señala que «no hay historias para ser representadas por mujeres protagonistas. La edad puede ser un condicionante. Y necesitamos más tiempo para hacernos creíbles». Aitziber pone el espejo a la profesión de actriz: «Siempre se nos exige más a nosotras que a ellos en cuanto a la apariencia física. Envejecer está mucho más castigado en las mujeres. El error es que con nosotras muchas veces se prioriza la belleza física y se relaciona directamente con la juventud».
Garbi Losada dirige el foco a la maternidad. «Una actriz amiga tuvo que ir a juicio para que le reconocieran la peligrosidad que suponía ir de gira con un espectáculo en un estadío avanzado de su embarazo. Por cierto, ganó». En la búsqueda de soluciones Ana Pérez sitúa a la cabeza «la igualdad de oportunidades. En cuestiones como el salario no existe una brecha de género, pero la situación laboral es tan frágil en estos momentos que se están revisando condiciones salariales y esto nos afecta a todas y todos».
Los remedios los ve Losada «como en la sociedad en general. Son necesarias sensibilización, visibilidad y paridad en los puestos de responsabilidad». Aitziber entiende que encontrar remedios es complicado. «El cambio tiene que partir de una sociedad sana, que es lo que nos falta, luego vendrá el resto. Si nos quieren jóvenes, bellas y correctas en escena, muchas de nosotras quedaremos fuera en algún momento. Por no hablar de la maternidad o la conciliación familiar. A partir de cierta edad aparece el fantasma y es muy complicado. ¡A mí me lleva persiguiendo desde que cumplí los 30! Pero es una decisión que te da mucho vértigo porque sé que no estaré protegida de todo eso que temo».
La conciliación familiar surge con fuerza en el debate. Olatz Beobide no se atreve a asegurar que sea el obstáculo principal, «pero seguro que es un problema serio. El peso de los roles de cuidadoras también cae de nuestro lado».
Ayudas públicas para mujeres
El informe del Gobierno Vasco propone una discriminación positiva en las subvenciones y premios, así como la obligatoriedad de cláusulas de paridad en las ordenes y subvenciones. Beobide ve positivo que «se preserve, se cuide y se fomente la presencia de mujeres en todos los ámbitos. Y las ayudas públicas son un buen espacio para favorecer la igualdad y la paridad. Hoy por hoy es difícil encontrarte con mujeres escenógrafas, diseñadoras de iluminación o autoras. Todo paso e impulso viene bien para dar más visibilidad y espacio a las mujeres creadoras».
Para Ana Pérez no es tan necesario «reivindicar derechos básicos en el ámbito de las artes escénicas. Me parecería bien apoyar la escritura dramática sobre textos donde las historias las desarrollaran mujeres. Esto ofrecería más oportunidades de trabajo para nosotras. En el TAE, la escuela que coordino, cada año es un problema elegir una obra. Tenemos mayoría de actrices y no hay textos. Pero esto a su vez nos da la oportunidad de trabajar y elaborar nuevas dramaturgias contemporáneas». Favorecer la paridad le parece a Aitziber «imprescindible, pero es verdad que para poder alcanzarla no solo se trata de que nosotras demos un paso adelante, para reducir esa brecha es importante que ellos den un paso atrás, y eso no gusta, da miedo».
Actriz
Aitziber Garmendia
«Con las actrices se prioriza la belleza y eso se relaciona con la juventud»
Directora, actriz, profesora
Ana Pérez
«Sostenemos compañías, las administramos y arriesgamos»
Directora, productora
Garbi Losada
«Hay puestos en los que las mujeres tenemos que ir ganando puestos»
Actriz, productora
Olatz Beobide
«Ojalá las siguientes generaciones tengan modelos a seguir»
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