Fortaleza 1786: Un menú 5 estrellas en Oiartzun

Un tradicional restaurante oiartzuarra, ubicado en pleno bidegorri de Arditurri, que el 21 de marzo comenzó una nueva andadura de la mano de Mikel López, ese inquieto hostelero al que conocí en ese pequeño tesoro gastronómico que es Xiri, en pleno centro de Donostia. Mikel se aventuró en este nuevo proyecto, para darle la vuelta y actualizar este restaurante de toda la vida, con un espacio más amplio que en el Xiri, lo que le permitía apostar por una amplia oferta gastronómica.

Al frente de los fogones se encuentra Gonzalo Busto, un cocinero de muchos kilates que pone al servicio del cliente todo su buen hacer y sus conocimientos, muchos de ellos adquiridos durante sus años de andadura en ese templo de la gastronomía que es Arzak. Para dirigir la sala, Mikel reclutó a su hermana Ainhoa López, que aterrizó en el Fortaleza 1786 directamente desde el otro templo gastronómico de nuestra ciudad, el Akelarre, aportando su saber estar y experiencia para que la experiencia gastronómica sea completa. Esas son las tres patas del proyecto que cuenta con el apoyo de un gran equipo, una gran familia, la familia de Fortaleza 1786.

El menú del día es un menú 5 estrellas, un menú de una calidad y precio más que interesante. En mi visita, me senté y dejé en manos del equipo que me sirvieran lo que les apeteciera y su apuesta fue por el menú del día, lo cual, a primera vista me sorprendió. El menú lo cambian semanalmente y ofrecen entre 5-6 opciones en cada apartado, primeros, segundos y postres. Una opción rápida y rica. Apuestan por una cocina con mucho sabor, de horas de cocinado, partiendo de un recetario tradicional, con productos locales y de temporada, aportan su propio punto de vista, su sello, su personalidad, un toque moderno junto a todos esos conocimientos y experiencia adquiridos, todo para ofrecer platos que son goce y disfrute para nuestro paladar.

Al cambiar semanalmente el menú, os contaré lo que probé en mi visita, para que os hagáis una idea de lo que os vais a poder encontrar en vuestra visita a Fortaleza 1786. Como aperitivo, la CROQUETA. Sublime. Una croqueta de jamón y carne elaborada a partir de una receta del histórico Zalacaín madrileño, traída a nuestro tiempo y aportando su visión. Ejemplo de cremosidad, no es fácil conseguir esa bechamel, más bien líquida, fina y elegante. Fue partir la croqueta por la mitad y quedarme anonadado. Y en boca, con mucho sabor, donde el jamón y la carne se unen para convertir cada bocado en un festival. Indispensable probarlas.

Dos medias raciones de dos primeros platos del menú. Primero, una sopa de pescado acompañada de unas buenas almejas. ¡Vaya sopa! En la familia de mi padre cuentan con una receta que para mí es algo mágico; pues la de Fortaleza 1786 me trajo recuerdos de esa receta familiar. Una sopa que te transporta directamente al mar, donde se nota el cariño y el mimo con el que ha sido cocinada, y también conocimiento y respeto por nuestra tradición. Fui feliz en cada cucharada y para mí no hay mejor regalo. Le siguió un rico risotto de ibéricos, trigueros y parmesano, un plato con personalidad, con potencia de sabor, cada bocado estaba lleno de matices, con cada ingrediente buscando su protagonismo. Muestra de que su cocina va más allá y también le abre las puertas a la imaginación del chef.

De segundo, otras dos medias raciones. Primero, el pescado, unos maravillosos chipirones en su tinta, acompañados de arroz blanco. Recetario clásico, pero actualizado, con un toque de vinagreta que le aporta frescura y un toque más que interesante al plato. Un plato de esos de toma pan y moja, porque la salsa lo merecía. Le siguió la carne, el chorizo criollo a la brasa con champiñones en salsa y pequeños pimientos verdes fritos, un plato especial, no recordaba haber comido chorizo criollo y me gustó, me recordó a la butifarra.

Para terminar, el postre estrella de la casa, el Pastel Fortaleza, una especie de bizcocho ruso, presentado en formato sándwich, con un esponjoso bizcocho relleno de crema pastelera y cubierto el borde con frutos secos, que venía acompañado de helado de avellana. Me pareció un postre original, ligero y que se comía muy fácil. Para digerir el homenaje gastronómico, un fresco y maravilloso sorbito de mojito.

Un lugar especial, con una amplia terraza donde poder picotear de una reducida selección de platos de la carta, donde comer a la carta basada en producto y tradición y una oferta de cocktails para poner la guinda a una gran experiencia gastronómica, sin olvidarme de la cuidada selección de vinos. Además, los jueves, música en directo y pintxopote. Todo eso es Fortaleza 1786. On egin!

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