Bar El Bombín y Kai Sushi Bar, una esquina gastronómica especial

El de hoy es un caso especial, hoy es el primer día en el que hablo de dos restaurantes a la vez, dos negocios que comparten espacio y pasión por el buen comer y beber, con el objetivo de hacer feliz a todo aquel que decide acercarse a visitarlos. Hoy hablamos del Bar El Bombín y Kai Sushi Bar.

Reservamos una mesa del interior y es curioso ver como cada uno cuenta con su propio espacio, en un local que no es muy grande. Nos atendió Eduardo Vergara, alma mater de El Bombín, mientras que a Sebastian Pincheira le veíamos concentrado en su mundo culinario.

Comenzamos con sushi, con los dos maki especialidad de la casa. Por un lado, el Parrillero Maki, en medio un langostino rebozado en Panko y aguacate, envueltos en salmón y terminado con una salsa aji panca y chimichurri que sopletea al final, una conexión con la parrilla, delicioso. Por otro lado, el Idiazabal Maki, partiendo de la misma idea, el langostino y el aguacate los envuelve en vieira y termina con un el toque de Idiazabal, que es pura explosión en boca, un bocado espectacular.

Segundo pase de la cena: los mejitxako, uno de los aperitivos referencia de El Bombín. Es un guiño a la chorrillana chilena, ese plato de patatas fritas con chorizo y huevo frito. En esta ocasión, una versión más sofisticada, a las patatas fritas los acompañan mejillones al vapor, con una reducción de txakoli, puerro y perejil, ideal para acompañar con un buen trago de vino.

Dejamos en mano de Sebastián que nos recomendara dos nigiris. Así es como nos deleitamos, primero con la vista y luego con el gusto, con el nigiri de carabinero y de 'toro' (ventresca de atún). Dos piezas perfectas, de bocado, hay que meterlos en la boca y saborearlos tranquilamente, disfrutar cada momento. Con el nigiri de carabinero, que viene con la cola de carabinero cruda sobre la bola de arroz y la cabeza asada, yo apreté la cabeza para sacar los jugos y los eché por encima de la cola, para potenciar el sabor. Y el de 'toro', sin mayor misterio, una lámina de ventresca de atún cruda por encima de la bola de arroz. Dos manjares.

Terminamos compartiendo uno de los bocadillos de El Bombín, su punto fuerte. Nos tocó probar el pastrami, un señor bocadillo, porque de tamaño es generoso. Un buen pan payés bien relleno de pastrami acompañado de queso provolone fundido, mostaza con miel y pepinillos encurtidos. Un bocadillo para darte un señor homenaje, muy bueno, el punto final ideal para una velada gastronómica de muchos kilates.

El Bar El Bombín abrió sus puertas hace 4 años de la mano de Eduardo Vergara. Un chileno apasionado de los vinos que, tras pasar por El Lagar y Super Amara, decidió emprender su propia aventura hostelera, dando relevancia a los vinos. Cada mes ofrece unas 5 referencias en copas que siguen una temática y que se sumna a las 80/90 referencias en botella con los que cuenta hoy en día. No nos olvidemos de más de sus 10 tipos de vermouths. Culinariamente, el concepto ha ido evolucionando, pasando de ofrecer conservas junto con los vinos, a esta selección de bocadillos maravillosos como el de costilla con salsa barbacoa casera, el de pecho de vaca o el de calamares con una salsa tártara de ají amarillo, sin olvidarnos de sus opciones de picoteo como el crujiente de pollo y los langostinos&chip.

Kai Sushi Bar vio la luz en verano del 2019 como un 'pop-up'. El objetivo, estar abierto durante el verano para luego dar el salto, pero la pandemia trastocó los planes de Sebastian. Un cocinero que lleva entre fogones desde los 19 años, empezando por su Chile natal, pasando por Australia y Japón, dónde ayudó en la apertura del restaurante Ki Niseko de Shinichi Maeda en Niseko. Llegó a España y tras trabajar en dos referencias de la cocina japonesa como son Kabuki y Koy Shunka, aterrizó en Donostia, para ofrecer su interpretación de la cocina japonesa. Partiendo del respeto al producto y las técnicas japonesas, ofrece una mirada exterior, su visión personal, manteniendo la esencia del producto, visión que ejecuta en sus propuestas, como la degustación de 10 nigiris o el sashimi Moriawase, una variedad de 16 o 24 cortes de pescado fresco de temporada, aunque si pedís con antelación podéis disfrutar del Sashimi Moriawase Deluxe, un lujo.

Andad rápidos, porque Kai Sushi Bar cierra temporalmente sus puertas el próximo sábado 2 de octubre, para, dentro de un tiempo, que esperemos no sea largo, abrir su propio proyecto gastronómico. Estaremos atentos, mientras tanto, seguiremos disfrutando de las propuestas del Bar El Bombín. On egin!