Da Filippo, Trattoria donostiarra
Los platos son virgueros y es difícil cocinar con mejor sentido estético y de la suculencia, con unas pastas deliciosas para el paladar
El amigo Paulo Airaudo es un astronauta argentino que desembarcó en Donostia hace algunos años y se ha dedicado a revolucionar la gastronomía local metiéndose como paja en ojo ajeno, para asombro de los palmeros que llevan toda una vida vitoreando a los Jesucristos locales. Hay que reconocer que el chaval ofrece titulares de infarto en cuanto abre su boquita de piñón y a campeón del mundo no le gana ni la selección brasileña de fútbol de los tiempos de Pelé, Jairzinho, Tostão, Gerson y Rivelino. Arrancó sus aventuras en la calle Prim y poco a poco colonizó algunos locales de la ciudad, ofreciendo propuestas dispares para un público variopinto y morro fino que busca confort y buen papeo.
Hay que reconocerle al chef su dedicación, esmero, constancia y obstinado empeño por currar y abrirse al mundo. Ahí está Airaudo siempre presente, reconozcámosle de una vez el mérito de adelantar siempre por la izquierda a la competencia de su 'segmento de edad', como diría mi compañero de periódico maese Guille Viglione. Muchos muermos jóvenes y que no lo somos tanto llevamos toda una vida vendiendo nuestros fuegos de artificio sin haberles prendido mecha. Ante la decrepitud de la gastronomía vasca, bienvenidos sean los vaqueros 'malotes' y malencarados que permiten que la ruleta de la buena cocina siga girando en nuestro territorio.
Datos del Da Filippo
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Dirección Prim 34 (Donostia)
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Teléfono 943 84 06 97
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Contactos www.da-filippo.com @dafilippo.donosti
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Con quién Amigos / Pareja
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Estilo Tasca modernita
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Platos Tartar de gamba roja con remolacha 23 euros / Huevo escalfado con espuma de patata y pan 20 euros / Pasta larga con hongos y confit de huevo 23 euros / Pasta rellena de queso ricota y espinacas 21 euros Pasta rellena de pato con mantequilla y tomillo 25 euros / Pichón, berenjena y cavolo nero 26 euros
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Monedas 5
Vivimos un cambio de ciclo y los que vienen detrás lo tienen crudísimo. El terremoto social, la carestía de la vida y el cambio de paradigma del disfrute y del consumo están dibujando un panorama gris. Cada vez levantamos mejores hoteles y nuestra hostelería de calidad languidece, apagándose muchas estrellas. La administración no ayuda y se sigue poniendo medallitas, premiando y subvencionando la ostentación y la fantasmada y castigando al empresario que arriesga su pellejo generando conocimiento, riqueza y empleo.
El truco del almendruco
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A por las pastas Organicen el menú alrededor de las fabulosas pastas y rellenen los huecos de su hambre con el resto de propuestas de la carta.
Pero centraré de una vez mis pesquisas en esta trattoria de Paulo Airaudo que hoy nos entretiene. Se come de fábula, no cabe duda. Los platillos son virgueros y es difícil cocinar con mejor sentido estético y de la suculencia, porque Paulo y sus muchachos saben deslizarse por la ola y estofan y guisan de pelotas. Es importantísimo recrear y parir los espacios dotándolos de vida y puesta en escena calurosa. Su trattoria tendría que parecerlo y ser menos hermética, más festiva y dicharachera. Los platillos y el equipo son excelentes y tienen madera pero falta brío, meneo y que aquello centellee y se convierta en una casa de comidas del siglo veintiuno. Consiguen lo más difícil y estoy seguro de que relajarán los hombros y se lanzarán al fango en un pispás. La carta atesora formulaciones extraordinarias, recreadas y dibujadas sobre la vajilla con mucho gusto y esmero. Es una belleza el tártaro de gamba roja con remolacha y mostaza encurtida, con un jugo natoso verdoso. Sabrosísimo el tártaro de vaca guarnecido con una focaccia para mear y no echar gota. Las pastas son tan virgueras que las raciones se antojan cortísimas y uno desearía papearse el doble de cantidad de una sentada. Es paposísima la pasta larga con hongos, huevo confitado y queso y un alarde de finura los rellenos de requesón y espinacas o de pato con mantequilla y tomillo. Las piezas al dente y transparentes, de farsas delicadas, nadan en jugos ligeros brillantes y estirados con el agua de cocción de las pastas. Pueden rematar el festival con chicha en forma de pichón asado con berenjena, lomo de ciervo con cebollas y espinacas o lubina con espárragos y salsa de limón. Se echan de menos guarniciones más sólidas para los platos principales. Los postres son delicados. Panna Cotta con miel, tiramisú casero poco dulce y helado de vainilla con café expresso. Da Filippo tiene madera de ganador. Como dicen los periodistas gastronómicos más casposos, 'habrá que seguirle la pista'. Disfruten, que nos quedan dos telediarios.