«El domingo no fue a trabajar porque era su cumpleaños y se encontró con esta desgracia»
Los tres hijos del vecino de Errenteria fallecido tras una agresión piden a la Policía que «encuentre al asesino»
Rotos de dolor, los familiares de José Luis Lancha, el vecino de Errenteria que falleció el lunes tras haber sufrido una agresión ... en Donostia el día anterior, acudieron a la concentración de repulsa convocada por el Ayuntamiento de San Sebastián y en la que participó la corporación municipal y numerosos vecinos. Una reunión que se convirtió en un pequeño homenaje a la víctima, un hombre de 61 años de quien aquellos que le conocían decían que era «muy trabajador y que nunca se metía en problemas». El destino quiso que se encontrara en el momento equivocado con la persona equivocada, un individuo que al parecer inició una discusión con él y que acabó forcejeando y empujando al suelo a José Luis, quien sufrió un fuerte golpe que le acabó causando la muerte. La Ertzaintza y la Policía Municipal de Donostia cuentan con la imagen del agresor, aunque no han conseguido dar con él hasta el momento.
Fue la viuda de la víctima quien animó a sus hijos y a otros familiares a que participaran en la concentración de repulsa convocada por el Ayuntamiento donostiarra. Así, a las 12.00 del mediodía de este martes en Alderdi Eder se reunieron los representantes de todos los partidos que forman el Consistorio y numerosos vecinos. Entre ellos se encontraban los tres hijos de José Luis: Uzuri, Joaquín y Berex. Los minutos de silencio que se dedicaron al fallecido solo se rompían con los llantos de sus hijos, abrazados en todo momento. Un aplauso final de todos los asistentes a la concentración cerró el homenaje al errenteriarra, cuyo funeral se celebrará este miércoles a las 19.00 horas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad.
La familia de la víctima participó este martes en la concentración de repulsa que se celebró en Donostia
«Le han tenido que golpear con un objeto contundente, un cráneo no se rompe así por una caída»
Tras el acto, los hijos del fallecido tomaron la palabra para explicar algunos pormenores de los hechos y para pedir a la Policía «que encuentren al asesino; ¡por favor, encuéntrenlo!». Según narraron, José Luis salió esa mañana de su casa en Errenteria para ir caminando hasta San Sebastián. Ese día era, casualmente, su 61 cumpleaños. «Todos los santos domingos va a trabajar a su empresa, pero como era su cumpleaños dijo 'me voy andando de Errenteria a Gros a sellar la Bonoloto'», explicó su hija Uzuri.
José Luis era calderero de profesión y dueño del taller Talde ubicado en el polígono industrial Egiburuberri de la localidad de Oarsoaldea. Un hombre muy activo al que no le quedaba mucho para jubilarse. Sus hijos aseguran que ya planeaba dejarle las acciones del taller a su hijo Joaquín, para poder así tener más tiempo «para disfrutar de su nieto».
Además de su trabajo como calderero, al que le dedicaba mucho tiempo, formaba parte del grupo de 'Caminatas de Errenteria', que se reunía los domingos. Tenía tres hijos y un nieto.
Sus allegados aseguran que era «muy trabajador» y que incluso iba al taller el fin de semana. «Todos los santos domingos iba a trabajar a su empresa de calderería, pero decidió ir a Donostia y se encontró con esta desgracia», se lamentaba este martes su hija.
Asimismo, señaló que era habitual que su padre se acercase hasta Gros para sellar la Bonoloto. El domingo, al llegar al barrio, en vez de acercarse a la playa de La Zurriola y continuar su caminata por ahí, como acostumbraba a hacer, decidió acercarse a la única administración que en ese momento -a las 10.00 de la mañana- encontró abierta, situada en la plaza Vasconia. Esta plaza está situada entre las calles Miracruz y Gran Vía, junto al paso de cebra en el que sucedieron los desgraciados hechos.
«Le dio por detrás»
Los familiares de la víctima también se refirieron a las circunstancias que habrían provocado la muerte de José Luis. Uzuri explicó que el domingo le llamó para felicitarle el cumpleaños y se extrañó de que no cogiera. La mujer vive en Madrid, donde trabaja como anestesista en un hospital. Fue su madre quien le dio la noticia. «Íbamos a venir este fin de semana para celebrarlo, pero como ya son las vacaciones del niño decidimos ir el viernes siguiente», explicó. La intención era dejar a su hijo con sus abuelos.
Sus hijos cuentan que cuando su padre paseaba por la calle Miracruz de Gros, a la altura del cruce con la calle Gran Vía, «se encontró con ese desgraciado que le dio por detrás». Según aseguraron a los medios de comunicación, «los testigos dicen que le iba siguiendo y que mi padre le decía: 'Déjame en paz, no me sigas', y le dio por detrás». Uzuri, la hija del fallecido, aseguró que su padre era «fuerte, deportista y atlético», y que por ello creen que si se hubiera encontrado con su agresor «de frente» los hechos no se hubiesen producido de esa manera.
En ese sentido, la familia cree improbable que José Luis muriera a causa de un golpe contra el suelo. Joaquín, otro de sus hijos, afirmó este martes que «le han tenido que golpear con un objeto contundente. Mi hermana es médico y asegura que un cráneo así no se parte con una caída». Asimismo insistió en que su padre era «muy deportista», por lo que consideran que «tuvo que ser un ataque por detrás y con un objeto contundente, porque sino él no hubiera caído así».
Tras la agresión, la víctima fue trasladada al Hospital, donde entró en estado de muerte cerebral al poco tiempo del ingreso. Su hija explicó este martes entre lágrimas que fue ella quien tomó la decisión de desconectar a su padre. «Los médicos se quedaron asustados de que tardara 15 minutos en vez de 30 segundos en morir», señaló su hermano Joaquín.
Además, también dieron detalles acerca de la investigación que están llevando a cabo conjuntamente la Policía Municipal de Donostia y la Ertzaintza para dar con el agresor, que sigue huido. «Está identificado porque hay vídeos. No tienen el nombre y apellidos, lo que tienen son unas imágenes perfectas, se le ve perfecto, yo misma las he visto», aseguró su hija, quien reconoció que tenía la imagen del agresor «grabada en la cabeza». La familia señaló que «confían» en la Justicia «para que lo atrapen».
Noticias relacionadas
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión