El valor de lo mudable

No sabemos si Imanol marcará una época o no en la Real. Lo que sí me atrevo a decir es que el oriotarra no comulgaría con la filosofía de Revie. Sí por otro lado con la de Brian Clough, que tan solo duró 44 días en el banquillo de los 'whites'. Su estrepitoso fracaso en Leeds condicionó la carrera del técnico de Middlesbrough. Para bien. Cogió al Nottingham Forest en Segunda y no contento con guiarlo a Primera, lo hizo campeón de Inglaterra y conquistó dos Copas de Europa. No hay nada como encontrarte con un entrenador motivado. Clough lo fue e Imanol lo es.

Januzaj era un jugador que iba a camino de moverse en la insustancialidad futbolística y solo el empeño de Alguacil le ha conseguido reconducir. En 2018 le hizo seleccionable para un Mundial y ahora, tras el confinamiento, ha vuelto a demostrar su utilidad. Ayer el belga devolvió esa confianza con un gol que vale Europa. Nadie se acuerda ya del escaso rendimiento hasta febrero ni de la lesión ante el Celta en el Reale Arena. Januzaj, como Juanmi en 2016, siempre permanecerá en la memoria txuri-urdin para bien. En un curso con final feliz, a pesar de todo.

Porque la temporada de la Real iba camino del sobresaliente. Sólo parecía que podía estropearla una plaga de lesiones que afectase a toda la plantilla, una pandemia mundial o una apocalipsis zombie. No se debe de desafiar a la suerte. Hubo que esperar hasta los últimos minutos de la última jornada, pero no hay discusión en que el sexto puesto es el mínimo premio que merecía la Real.

Los realistas han desplegado uno de los mejores juegos del campeonato. Quizás el más armonioso. El final de Liga no debe empañar la trayectoria de Champions a mediados de marzo. Como no existe la justicia en el fútbol, la Real ha tenido que esperar más de la cuenta para verse recompensada. Su fútbol ha estado casi siempre por encima de los resultados. Por eso era conveniente que la falta de Januzaj acabara con el balón en el fondo de las redes.

Imanol no solo ha hecho jugar como los ángeles a la Real. Le ha empoderado para enfrentarse a situaciones engorrosas. Eusebio implantó un estilo de juego que Imanol ha reforzado y enriquecido. Imanol se ha cargado la ortodoxia y le ha dado a la Real el valor de lo mudable. ¿Nuestro Brian Clough? Ojalá.