Por la puerta más grande

Ya les dije el jueves que la Real dependía de sí misma, pero únicamente por lo que pudiera pasar en su partido. No se podía esperar nada de otros campos. Las victorias de Villarreal, primero, y Granada después estaban más que cantadas de antemano, por lo que los nuestros solo dependían de su resultado. No podían fallar. Y no lo hicieron.

Lo tuvieron complicado, como siempre que enfrente está el Atlético y un gol en el primer remate a puerta de los de Simeone puso otra vez el partido cuesta arriba.

Imanol cambió la forma de jugar, y al final el resultado le dio la razón. Tardó en llegar el gol salvador, el que no solo metía a los nuestros en Europa, sino que les daba la sexta plaza, pero antes, Odegaard y Portu debieron marcar en las mejores opciones que tuvieron los nuestros, que desbarató Oblak.

La temporada, por tanto, termina de la mejor manera, con un sobresaliente más que merecido. Un diez para todos por su empeño y determinación pese a lo que han tenido que pasar en este mes y medio.

Durante más de dos tercios de la Liga la Real ha destacado por su juego ofensivo, por su ambición, por sus goles. Los de Imanol engancharon a sus aficionados y en cada partido el Reale Arena era una fiesta un día sí y otro también. Cuando llegó el parón la Real había encadenado nada menos que siete victorias consecutivas en su campo, sumando las de Liga y Copa. El pase a la final de este último torneo había despertado todavía un poco más la euforia. Pero lo que vino a continuación no nos lo esperábamos. La Real volvió mal, pero ha terminado mucho mejor, sumando cinco puntos en ese dificilísimo final de Liga contra Villarreal, Sevilla y Atlético.

Y, de verdad, que si por alguien me alegro especialmente, es por Imanol, que ha hecho de este grupo de jugadores un gran equipo, pero sobre todo ha conseguido que el compromiso de todos sea total. Es un orgullo ver a un cedido como Odegaard jugarse el pellejo sin estar en condiciones. Lo es ver a hombres lesionados como Zaldua, el propio Januzaj y alguno más salir a aportar lo que se puede. Ver el sacrificio de Oyarzabal, el empuje imparable de Merino, el carácter de Le Normand... La afición tiene motivos sobrados para la celebración –en casa por favor– y para sentirse orgullosa de todos los que defienden el escudo de nuestra Real, que la próxima temporada jugará en Europa en una competición en la que, además, tiene bastante que decir.

Y no me olvido tampoco de Aperribay, que sé que ha sufrido de lo lindo en estos partidos viendo la gran cantidad de injusticias que se han cometido en contra de su club. Pero al final tanto sufrimiento tuvo la recompensa merecida. La Real es sexta, señores. La está en Europa. Muy grandes