Moyá vino a la Real Sociedad para jugar finales como esta

Pero Moyá saltó al terreno de juego concentrado en su tarea de contener a un ataque atlético que ayer contaba con hombres como Morata, Costa, o Vitolo. Casi nada. Era la segunda vez que el canterano del Mallorca visitaba el Wanda Metropolitano como txuri-urdin, la primera la selló con una derrota por 2-0 en octubre de 2018, pero ayer tocó sonreír. Protegido por una defensa con tres centrales y dos carrileros, Moyá no tuvo apenas trabajo en una primera mitad en la que las ocasiones brillaron por su ausencia.

No se complicó en absoluto con el balón en los pies a la hora de jugar el balón, preferentemente para darlo en corto. Salió rápido en el minuto 18 a los pies de Morata en una acción en la que el delantero madrileño ya estaba dentro del área listo para rematar. Pero nada pudo hacer en el gol que abrió marcador, obra de Koke, en el minuto 30. Le Normand se quedó clavado y facilitó el control de Morata, que fue quien dio el pase definitivo.

En la portería rival estaba el hombre que le relegó a una suplencia infinita en su etapa como colchonero, el esloveno Jan Oblak.

En la segunda mitad la Real Sociedad dio un paso adelante y eso se notó atrás, donde había más espacios para los delanteros rojiblancos. Antes del minuto 60 tuvo que salir, valiente, en dos ocasiones del área para despejar de cabeza. En el minuto 53 salió muy rápido para tapar una peligrosísima internada de Costa dentro del área.

Con el encuentro roto, llegó su intervención más destacada. Un centro de Trippier en el 61 impactó en Zubeldia, y el rechace de este lo recogió Correa, que quiso apuntillar a los realistas con el segundo tanto de la noche, pero el meta balear, muy atento a la acción, salió para atajar el chut del argentino en una acción parecida a la que salvó a Ocampos. Una parada que vale oro.

Pero su homólogo en la portería rival le respondió con una parada espectacular a Portu en el minuto 82. Solo dos minutos después Moyá cometió un grave error que sirvió en bandeja el segundo tanto a los locales, pero se rehizo bien y detuvo en una buena estirada el disparo de Yannick Carrasco. Villano... y héroe.

La alegría de los minutos finales fue enorme. Ahora, queda la duda de saber si Moyá estará el 14 de agosto en el inicio de la pretemporada. Él quiere seguir, y con tres competiciones por delante, hay motivos para creer que continuará en Donostia. Veremos.