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Olasagasti corre hacia la portería rival ofreciendo una línea de pase a sus compañeros. ARIZMENDI
El oxígeno no se ve, se respira
En seguimiento a Olasagasti

El oxígeno no se ve, se respira

El canterano donostiarra presionó como un delantero arriba, tapó huecos en la medular y ayudó en defensa durante una hora

Gaizka Lasa

San Sebastián

Domingo, 9 de marzo 2025, 23:26

Como el oxígeno, que no se ve pero se necesita, que pasa desapercibido porque se da por hecho que está ahí –por todas partes–, ... que se consume todo el tiempo para que el organismo funcione. Así fue Jon Ander Olasagasti. Invisible y omnipresente al mismo tiempo. Presionó la salida de balón sevillista más arriba incluso que Óskarsson, tras lo cual emprendió siempre su sólida zancada hacia la medular para seguir tapando huecos. Atravesó metros y metros de verde deshabitado para llegar a los núcleos poblados que necesitaban refuerzos. Y llegó con energía para robar, forzar el error o realizar la falta táctica en el peor de los casos.

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