Turistas pasean por el malecón zarauztarra en un día de marea alta.Félix Morquecho
Zarautz se suma a Donostia en la defensa de una tasa turística gestionada por los ayuntamientos
Turismo. ·
A la espera de que el Gobierno Vasco se pronuncie, aprueba pasado mañana un Plan Estratégico de Turismo que comparte la postura de la capital guipuzcoana
Donostia no es el único municipio guipuzcoano que espera una reconsideración del Gobierno Vasco, a la mayor brevedad posible, acerca del modelo de impuesto turístico a implantar en el futuro. Zarautz se suma a la capital a la hora de reclamar una tasa que se recaude, se gestione y se dirija en beneficio de los ayuntamientos. El consistorio zarauztarra aprueba pasado mañana el Plan Estratégico del Turismo y, en uno de sus puntos, se recoge la determinación para incorporar una tasa en términos similares a los planteados en San Sebastián.
Dicho Plan no concreta las características de esta medida recaudatoria en tanto en cuanto es el Gobierno Vasco el que debe autorizarla y dar forma al futuro tributo. Al igual que Donostia, Zarautz –también con alcalde del PNV– se mantiene expectante ante el próximo pronunciamiento del departamento dirigido por el socialista Javier Hurtado. Hasta ahora, el Ejecutivo autonómico ha venido defendiendo que la aportación de los turistas no se quede en exclusiva en los municipios visitados sino que se traduzca en un impuesto que redunde en las políticas del sector en general, para mejorar su competitividad, por ejemplo, o para promocionar emplazamientos alternativos. También que el dinero sea ingresado y distribuido por el propio Gobierno Vasco, algo que no comparten los ayuntamientos interesados.
Hace cuatro meses que se constituyó la comisión de trabajo en la que administraciones y asociaciones del sector debaten esta cuestión y las discrepancias no se han disipado entre quienes defienden un impuesto autonómico con repercusión en el sector del turismo vasco y quienes priorizan una tasa cien por cien municipal. Mientras tanto, los plazos corren y ya se descarta que este mismo año el canon se pueda empezar a aplicar. La esperanza de Donostia y Zarautz, como ayuntamientos que lideran en Gipuzkoa el grupo de pueblos con la misma postura, es salvar la campaña de 2026.
En primer lugar, el Ejecutivo de Vitoria debe dictaminar si el cobro se canaliza a través de un impuesto autonómico o, por el contrario, autoriza a las Juntas Generales de los territorios para que aprueben sus respectivas normas forales, habilitando a los ayuntamientos a gestionar su propia tasa. La elaboración de esa ley foral conlleva varios meses en el mejor de los casos –atajar la cuestión de la seguridad jurídica es una prioridad– y los municipios abordan entre octubre y noviembre sus debates acerca de las tasas. Es en ese proceso que tiene lugar en otoño cuando se deberían aprobar los tributos a los turistas para que en 2026 entraran en funcionamiento. De lo contrario, pasarían al último año de la legislatura, con los condicionantes que implica tener unas elecciones a la vuelta de la esquina.
El departamento de Turismo avanza que se encuentra trabajando en coordinación con Hacienda, gestionada por el PNV, para acordar la mejor fórmula posible. De su deliberación depende el resto de la tramitación de este gravamen. Mientras tanto, en la Diputación de Gipuzkoa, cuyo departamento de Turismo dirige la socialista Azahara Domínguez, aguardan a la oficialidad de una decisión para hacer una valoración.
Apoyo de grupos municipales
Por su parte, los ayuntamientos con una mayor afección en materia de turismo, concitan un amplio consenso entre sus grupos municipales. Es el caso de Zarautz con el Plan Estratégico que someterá a votación pasado mañana. También el de Donostia. Salvo el Partido Socialista, que espera a que haya una propuesta sobre la mesa para pronunciarse, el resto de grupos comparte –con algún matiz que otro– la postura del alcalde Eneko Goia y el concejal de Turismo Jon Insausti, ambos del PNV.
Para el grupo de EH Bildu, «plantear que lo recaudado se destine a mejorar la competitividad del conjunto del sector en Euskadi y apoyar localidades o comarcas alternativas, no es más que seguir ahondando en los problemas que ya son del todo evidentes. La tasa tiene que tener un carácter finalista y progresivo. No se puede pagar lo mismo en un camping que en un hotel de cinco estrellas. Y lo recaudado tiene que emplearse para atenuar o aligerar el impacto y el desgaste que está generando el turismo en los servicios públicos del destino. Por tanto, tiene que ser de gestión local».
En la misma línea, desde Elkarrekin Podemos, el portavoz Víctor Lasa señala que «el dinero recaudado debería ir destinado a que los donostiarras vivamos mejor por ser destino turístico, a cubrir las necesidades de los ciudadanos, no a acometer mejoras como destino turístico. Debería repercutir en cuestiones como el transporte público, la sanidad o la cultura».
Desde el PP, Borja Corominas también aboga por «una tasa municipal, que suponga un alivio fiscal para los donostiarras, que ayude a mejorar las infraestructuras y la vida de aquellos que sufren los aspectos positivos del turismo, pero también los negativos. Lo que no puede ser es que se destine ese dinero a chiringuitos que ponga en marcha el Gobierno Vasco».
Marzo se planteaba como fecha para proponer una medida consensuada. Con el plazo encima, la pelota está en el tejado del Gobierno Vasco. Donostia y Zarautz, con varios municipios más a su estela, aguardan con interés la resolución final: o impuesto autonómico, o tasa municipal.
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