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«Vamos al albergue, con este calor no se puede andar»
El golpe de calor obligó a muchos guipuzcoanos a refugiarse en la sombra
sara echevarria
Miércoles, 26 de junio 2019, 21:37
«Hemos salido para ir al médico, pero nos volvemos a casa por la sombra para no achicharrarnos con este calor», comentaban Mari Carmen y ... Juana en las puertas del ambulatorio de Gros. Ellas lo tenían claro, no querían estar en la calle con las altas temperaturas de este miércoles. «Hace demasiado calor», se quejaban. Estas dos mujeres, como muchos otros guipuzcoanos, se vieron obligados a buscar la sombra para esquivar las altas temperaturas que dejó la ola de calor africano que se coló por todos los rincones del territorio.
El paseo de la Zurriola de Donostia, uno de los más transitados de la ciudad, se convirtió en un escenario inhóspito durante la jornada de ayer, donde las terrazas de los restaurantes estaban vacías, los termómetros superaban los 40 grados y los paseantes buscaban un remedio ante tal bochorno refrescándose en el mar. Así lo hicieron Dikra y Sara, dos hermanas que no dudaron en acudir a la playa para darse «un chapuzón». Dikra, de 16 años, mostraba su preocupación por su hermana pequeña de 7 años. «Hemos estado dos horas en la playa por la mañana, pero vamos a salir un poco de la arena para beber un refresco en la sombra», comentaba.
Por su parte, Sara, la menor de las hermanas, decía, mientras cubría su cuerpo con la toalla y buscaba un espacio de sombra en el paseo, que no se podía hacer «ningún otro plan con este calor». Por suerte pudieron disfrutar de un día de playa en familia en el que no faltaron «las botellas de agua y varios baños en el mar».
Los que se llevaron la peor parte fueron los que tuvieron que trabajar bajo el sol. El parrillero oriotarra José Ignacio Atorrasagasti, 'Pana', padeció entre gotas de sudor la ola de calor que azota media Europa. En la jornada de este miércoles asó un millar de pintxos de pollo Eusko Label en el tercer y último día de sanjuanes de Arrasate bajo el implacable sol del mediodía, que en la villa cerrajera escalaba por encima de los 32 grados, informa Kepa Oliden. «Los pintxos se asan con las brasas por debajo y con el sol por encima», decía con sorna 'Pana'.
Este acto benéfico en favor del coro Goikobalu Abesbatza es «otro trabajo más» para 'Pana', que sobrellevó con estoicismo el «infierno» en la Herriko plaza arrasatearra. «Como dicen los toreros, más cornadas da el hambre», dijo el parrillero.
Aunque no fue el único que padeció las altas temperaturas. Que se lo pregunten a Laura y a Elías, dos mochileros de Barcelona que intentaban parar un taxi de forma desesperada en la gasolinera Larramendi de la Avenida de Navarra de Donostia. Querían llegar al albergue que acababan de reservar, porque «no podemos andar más con este calor».
«Hemos salido porque teníamos médico, pero volvemos a casa porque no se puede estar en la calle»
Los establecimientos cercanos a la playa agradecen el buen tiempo porque facturan «el doble»
La aventura de estos jóvenes comenzó el lunes y su intención es realizar una ruta por el norte del país. Aunque la ola de calor les obligó ayer a parar su trayecto y buscar un lugar donde refugiarse del calor. «Cuando íbamos por la montaña, al ir por la sombra, no lo hemos sufrido tanto, pero cuando hemos llegado a la ciudad no hemos podido seguir», suspiraba Laura. Cargados con grandes mochilas, botas de monte y gorras en sus cabezas, esta pareja de barceloneses decidió «descansar» antes de emprender rumbo a Asturias.
Mientras muchos guipuzcoanos se quejaban del calor, otros agradecían la llegada del tiempo veraniego, como en los negocios cercanos a la playa. Jasmina y Celia, dos trabajadoras de 'Uh Mami', un local de frutas, batidos y ensaladas de la calle Zabaleta de Donostia, confesaron que estaban trabajando más que cualquier día. «En cuanto hace calor este sitio se llena de gente que se lleva la comida a la playa». Jordan, un joven que cumplía su tercer día en un establecimiento de refrescos y helados del paseo de Zurriola, aseguró que ayer vendió el doble que los días anteriores.
En el interior
En Tolosaldea, la ola de calor no llegó hasta bien entrada la tarde. De hecho, la mañana resultó agradable y muchos se preguntaban dónde estaban las anunciadas altas temperaturas. Pero estas llegaron, y provocaron un doble efecto. Por un lado, el vaciado de las calles y, por otro, la búsqueda de agua donde refrescarse: en las aguas del río Oria, en la presa de Txarama, en la piscina municipal… Pero, en general, la ola de calor fue muy bien tolerada, informa Elene Arandia. «A mí me gusta que haya sol y calor, que ya tenemos lluvia y nubes durante buena parte del año», confesaban los vecinos.
Los azpeitiarras aguantaron mejor el calor, no tan sofocante, por la mañana. «Hemos venido con los críos a Izarraizko parkea porque aquí se está bien y los 'txikis' disfrutan con los chorros de agua», decía una de las monitoras de los udalekus que se pasaba la mañana con su grupo. Sin embargo, la situación cambió a partir del mediodía, cuando los termómetros llegaron a alcanzar los 39 grados. «Varios amigos se han ido a la piscina, pero también está hasta los topes, así que hemos optado por ir a Zumaia», aseguraba una vecina que junto a sus hijos pasó la tarde en la playa de Itzurun, informa Eli Aizpuru.
Los eibartarras también mostraron su desesperación ante la ola de calor. Según informa Alberto Echaluce, unos jóvenes habituales a las instalaciones deportivas de Eibar, tras superar la Selectividad, decían que «no sabes si ir a la piscina, a la playa o quedarte en casa».
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