Dos psicólogas aseguran que las menores «no exageraron» en la exposición de los hechos denunciados
El juicio al masajista de Altza llega este jueves a su cuarta sesión, en la que comparecerá el acusado
Estaban «afectadas», con «malestar», «nerviosas», «preocupadas». Así encontraron las dos psicólogas del equipo psicosocial judicial a las tres presuntas víctimas del masajista donostiarra acusado de ... agresión sexual. En la exposición del informe que realizaron dos meses después de las denuncias presentadas en mayo de 2021, las dos peritos han concluido que una de ellas presentaba «síntomas de afectación psicológica» relacionados con «estrés postraumático y depresión». Sin embargo, ninguna de las menores sufría un malestar clínicamente significativo, es decir, no era «incapacitante» para poder llevar a cabo una vida normal. Pero, dada la edad de las chicas, entre 13 y 15 años, sus personalidades estaban «en formación» y no descartan que esa afectación pueda aflorar a lo largo de sus vidas.
También han apuntado que se trataba de tres chicas con unos entornos familiares «con dificultades» y sobre todo una había desarrollado una gran capacidad de resiliencia. En cualquier caso, han subrayado que durante su dilatada experiencia profesional, 36 años en un caso y «veintimuchos» en el otro, «no» han conocido ninguna terapia para combatir el estrés o la ansiedad que implicara la introducción de unos dedos en una vagina, tal como sostienen la Fiscalía de Gipuzkoa y las acusaciones particulares, que reclaman hasta 45 años de cárcel para el terapeuta.
Las dos psicólogas han comparecido este jueves en la cuarta sesión del juicio, que, a las 10.50 horas ha sido suspendido hasta las 12.00 del mediodía para tratar de localizar a un testigo que tampoco se personó en la sala cuando estaba citado este martes. Se trata de un joven que supuestamente amenazó al masajista y al hijo mayor de este cuando una de las menores, poco antes de que los hechos fueran denunciados, le contó lo que le habría sucedido en la camilla del masajista. A continuación, está prevista la declaración del procesado y la presentación de informes y conclusiones finales por cada una de las partes.
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Las dos expertas han subrayado que de sus entrevistas y las pruebas que llevaron a cabo con las denunciantes entendieron que sus relatos no eran «exagerados» «ni buscaban un beneficio» acusando al masajista. Según dedujeron, las adolescentes vivían en entornos familiares «con dificultades» y el masajista desarrolló «una relación de chantaje» con ellas al hacerles ver que sus masajes les iban a venir bien para aliviar su estrés o ansiedad. El hombre, además, habría impuesto una «ley del silencio» para que las menores no contaran lo que sucedía en la consulta.
También han matizado que una de las menores no fue capaz de verbalizar lo que presuntamente vivía con el masajista, aunque sí lo hizo el lunes en su declaración a puerta cerrada. Es la chica que era la amiga más cercana de la hijastra del encausado, con la que a menudo iba a su casa y tenía relación también con la pareja de él. «La niña se sentía recogida y escuchada en esa casa». «Era tal el vínculo que tenía con el investigado y la familia, con el hijo, con la hija, recibía halagos, recibía regalos» como ropa o un juguete sexual (ellas han citado la marca) , que «se sentía aspirada, manipulada», y «no era capaz de verbalizar lo que había vivido». Según las psicólogas, en su caso «había perdido el sentimiento del rol de víctima».
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