Una ertzaina destaca la «total dependencia» que una de las menores tenía del masajista de Altza acusado de agresión sexual
La agente instructora del atestado asegura que la joven consideraba «como un padre» al terapeuta, que este jueves declara en la última sesión del juicio en la Audiencia
Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Miércoles, 17 de septiembre 2025, 15:13
Una de las presuntas víctimas del masajista donostiarra acusado de agresión sexual a tres menores en 2021 sentía una «dependencia emocional total» hacia el procesado, ... a quien consideraba como a «un padre sustituto» hasta el punto de que «pensaba que era su vida, su mundo, y que todo se iba a caer si él desaparecía». Tal debía de ser el grado de confianza entre ambos, que el hombre le había llegado a regalar un juguete sexual y ella inicialmente se mostró reacia a denunciarle y fueron sus padres los que lo hicieron. Así lo ha asegurado este miércoles la agente de la Ertzaintza que instruyó el atestado policial y también interrogó a las tres denunciantes.
En la tercera sesión del juicio que se viene celebrando desde el lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, han declarado otros dos testigos ertzainas, así como la hijastra del procesado, que en la actualidad tiene 18 años. Esta testigo, hija de la pareja del masajista y amiga cercana de la menor que sentía «dependencia» hacia él, quien era «casi como de la familia» porque «no tenía buena relación con sus padres», ha afirmado que ella misma recibió hasta en «cinco» ocasiones masaje de su padrastro en presencia de una de las víctimas, y también presenció algún amasamiento a esta. Según ha afirmado, eran «normales» y se limitaban «a la espalda, un poco por delante sin tocar nada, y ya está».
Las acusaciones particulares han preguntado a esta joven por un grupo de WhatsApp con el nombre de 'masaje ansiedad' en el que estaban incluidas las tres supuestas víctimas y ella. En este grupo, compartían mensajes sobre los masajes y llegaron a realizar apreciaciones sobre el hecho de introducir los dedos dentro de la vagina. La hijastra, sin embargo, se ha limitado a responder que «no lo leía ni nada», así que se terminó saliendo del grupo a raíz de las denuncias interpuestas.
Desde entonces y a su pesar, según ha declarado, no ha vuelto a tener contacto con su padrastro, ya que su padre biológico solicitó una orden de alejamiento con respecto al masajista.
Una cuarta víctima»
Respecto a la hija de la pareja del acusado, que era amiga de una de las denunciantes y conocida de las otras dos a través de amigos comunes y de su hermanastro, la instructora de la Ertzaintza ha apuntado que «nos quedó la sensación» de que «también» era víctima del masajista pero «ella tenía normalizado» aquel modo de proceder reflejado en las denuncias. Un compañero del cuerpo policial que participó en la detención del procesado en su consulta también ha deslizado la probable existencia de «una cuarta víctima».
La instructora se ha centrado en su declaración sobre todo en la que está considerada como la víctima más afectada por este proceso. Así, ha recordado que cuando se entrevistó con ella y sus padres en comisaría, la vio «muy coaccionada» por la presencia paterna y se limitó a confesar que el encausado «le había tocado los pechos hasta el ombligo» y también le había hecho regalos. Por ello, la ertzaina sugirió quedarse a solas con la chavala, quien entonces le reveló que también «le había tocado dentro de la zona vaginal», que le había regalado un juguete sexual y que se mensajeaban «a diario». La joven, eso sí, le pidió «que no dijera nada a sus padres» de esto «porque tenía miedo a las consecuencias». Es decir, a que ella «iba a perderle (al masajista), no iba a poder conversar con él ni ir a su domicilio», donde mantenía una estrecha relación con la familia, ya que se sentía «como una hija adoptiva». Además, «ella pensaba que los masajes le hacían bien y se sentía mejor».
La ertzaina ha precisado que durante la investigación constataron que el acusado había sorteado a través de Facebook masajes que «siempre tocaban a mujeres». La Ertzaintza se puso en contacto con varias de las agraciadas sin que detectaran «nada raro» en aquellas sesiones.
Por la comisaría de la Policía vasca también desfilaron las otras dos denunciantes, que también contaron «lo mismo», que fueron objeto de los masajes denunciados porque eran buenos para prevenir el estrés o la ansiedad y «les iba a ayudar a no caer en una depresión». El tercer ertzaina en declarar ha explicado que su actuación se limitó a diligencias secundarias.
Testigos denegados
En la sesión de este miércoles, el abogado de la defensa ha solicitado que se citara a declarar hoy como testigos a dos psicólogas que asistieron a dos de las menores tras las denuncias, a lo que se han opuesto tanto la fiscal como las acusaciones particulares. El tribunal, por su parte, ha denegado la petición al estimar que se debería haber solicitado «en el momento procesal oportuno», al inicio de la vista el lunes, y ha razonado que sus declaraciones, «en todo caso podrían beneficiar a las acusaciones, no a la defensa».
El juicio acaba este jueves en una sesión en la que está prevista la declaración, entre otros, de un joven que presuntamente vertió amenazas contra el masajista tras los hechos y que no se personó en la Audiencia de Gipuzkoa el martes. También lo propio procesado, antes de la exposición de las conclusiones finales por cada una de las partes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión