La cumbre del turismo afianza a Gipuzkoa como destino internacional
La llegada de extranjeros se duplica en 10 años con especial presencia de franceses y estadounidenses
Prueba a pie de calle: esperar un día soleado -quizás este primer punto sea el más costoso-. Pero de esos en los que turistas y ciudadanos se echan a pasear ansiosos de luz hasta el punto de que parece que Donostia triplica su población. Una vez logrado el primer paso, el siguiente consiste en sentarse en un banco del paseo de La Concha y escuchar, simplemente escuchar. Además de servir de prueba audiométrica, en ese ir y venir de paseantes, se apreciará que los idiomas con los que se comunican quienes llevan la cámara colgando del cuello para sacarse una foto aquí o para ir a tomar un pintxo allá es el francés, claro, pero también el alemán o incluso el italiano, además de, cómo no, el inglés en todas sus variantes: británico, americano, australiano... Las publicaciones en revistas, las campañas de promoción, los reconocimientos y los comentarios favorables de viajeros en páginas web no han sido en vano, y prueba de ello es que en diez años se ha llegado a duplicar la llegada de turistas extranjeros.
Lo exquisito y singular de una cultura tan arraigada como la vasca, representada además a través de la gastronomía, es el principal atractivo para esos viajeros que se denominan de largo recorrido. El año pasado más de 50.000 personas llegaron desde Estados Unidos, cerca de 20.000 de Argentina, casi 16.000 de Australia y alrededor de 13.000 de Japón.
Pero son los franceses los que lideran la clasificación con un margen más que holgado respecto a los norteamericanos, que ocupan un segundo puesto. El francés es sin duda el idioma que más se repite en ese ejercicio de escucha a pie de calle, pero conviene aclarar que los 135.626 ciudadanos galos registrados en 2017 corresponden únicamente a aquellos que se alojaron en establecimientos hoteleros de Gipuzkoa, la mayoría de ellos procedentes del norte del país. Quedan fuera por tanto, los otros tantos miles considerados excursionistas de día, muchos venidos de la zona de Iparralde.
En la última década, los visitantes extranjeros han pasado de representar el 32% al 46% en Gipuzkoa
Dicho lo cual, el ciudadano francés responde a un turismo de proximidad, como es lógico. Nada que ver con el motivo del 'repentino' descubrimiento de la geografía guipuzcoana para los alemanes. Previo al año de la Capitalidad, desde San Sebastián Turismo reforzaron las campañas de promoción en el país germano y esa apuesta ha traído como consecuencia que solo en 2017, casi 34.000 ciudadanos alemanes incluyeran Gipuzkoa en su ruta vacacional. Países Bajos, Italia, Suecia, México... completan la lista de países en los que Gipuzkoa despierta interés entre sus habitantes.
Una ventana al exterior
Pero a partir de este miércoles, se sumarán además Emiratos Árabes, Zambia o India, entre otros, que si bien no suelen ser emisores de turistas que escojan el territorio guipuzcoano para pasar sus vacaciones, la cumbre mundial del turismo que se celebrará a partir del miércoles abrirá una ventana a sus miembros con la bahía de La Concha de fondo. Representantes políticos, técnicos y asesores de los 45 países más influyentes del mundo en materia de turismo se desplegarán a partir del miércoles en Donostia para asistir a las 108 reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que desde el Departamento de Turismo del Gobierno Vasco y la agencia Basquetour llevan meses organizando. Así, durante tres días San Sebastián será el escenario en el que se abordará el futuro del turismo mundial, las metas, desafíos, riesgos y direcciones que se deberán tomar para lograr una sosteniblidad en el destino pero también en la actitud de quien lo consume.
La cumbre mundial del turismo, por la que Euskadi ha peleado, llega a Donostia en un momento en el que los turistas extranjeros no solo acortan distancias con el visitante que proviene del Estado, sino que ya suponen el doble que los que vinieron hace una década. Si en 2007 se registró la llegada de 811.858 turistas a Gipuzkoa, 559.814 llegaron de distintas comunidades del Estado y 252.044 extranjeros. Esa proporción 68%-32% nada tiene que ver con los resultados de 2017. Una década después el peso del visitante internacional ha alcanzado hasta el 46% del total en Gipuzkoa, frente al 54%. La evolución del interés que despierta el territorio, y fundamentalmente San Sebastián, en el resto del mundo se aprecia aún más si se observa que en la última década el turismo ha incrementado un 35% -en 2017 se superó el millón de entradas de viajeros- pero mientras que el turismo estatal ha crecido en este tiempo únicamente un 6%, el internacional lo ha hecho en un 98%, es decir, casi duplicando el volumen de extranjeros que hace diez años.
El Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo llegará a San Sebastián el miércoles
Los ciudadanos franceses siguen siendo los que lideran la tabla de países emisores. El año pasado supusieron 135.626 personas. Con notable distancia, aunque cada vez más presentes, les siguen los estadounidenses (51.373) que, a modo de ejemplo, en septiembre en Donostia tuvieron más presencia incluso que los propios franceses. Desde Reino Unido llegaron 44.120, de Alemania 33.920; los italianos supusieron 19.976 entradas, de Argentina 198.123 y desde Australia se contabilizaron hasta 15.998 personas.
Shivaya y Eviko, París (Francia)
«Hemos venidos varias veces por la gastronomía»
Shivaya y Eviko son el claro ejemplo de un perfil de turista que llega a Donostia encandilado por su fama gastronómica. Él es chef en su París natal y ella se dedica al periodismo gastronómico. Y ambos van a estar en la capital guipuzcoana durante cinco días, degustando los productos y saltando de un restaurante a otro. «Hemos estado en La Cepa, en La Viña probando la tarta de queso, en el Gandarias, en el Casa Julián...», enumeran antes de desvelar que «por la noche iremos al Martín Berasategui», dicen con una amplia sonrisa. Es la tercera vez que el cocinero parisino visita San Sebastián en los últimos tres años. La segunda ocasión en el caso de su pareja. Y aseguran que no será la última.
Jagoda, Rafaz, Tobiasz y Kasia, (Polonia)
«Estamos visitando desde Hondarribia hasta Zumaia»
El caso de estos jóvenes polacos es el ejemplo de lo que el territorio quiere conseguir con los turistas que llegan a Donostia: que no se queden solo en la capital y se desplacen a otros puntos de Gipuzkoa. Jagoda trabaja en un restaurante donostiarra y Rafaz estudia arquitectura en San Sebastián. Tobiasz y Kasi son sus amigos recién llegados de Polonia, que han aprovechado las estancia de sus colegas para conocer un nuevo destino. Llegaron el domingo pasado y hoy regresan a su país, así que han tenido tiempo para visitar «Pasaia, Hondarribia, Biarritz, Igeldo, Urgull, el flysch de Zumaia...», cuenta ella. «Bueno, y también les hemos enseñado el pintxopote de Gros, claro», añade él.
Brock y su familia, Boise, Idaho (EE UU)
«Mi abuelo era vasco y hemos venido a conocer Euskadi»
Brock y su familia son estadounidenses. Más concretamente de Boise, capital del estado de Idaho. Casualidades de la vida, el abuelo de este norteamericano nació en Elorrio y, como muchos vascos, emigró al otro lado del charco. Ahora sus descendientes han querido visitar la localidad vizcaína, además de otros municipios como Donostia, Biarritz o Gernika. Pasarán una semana en el País Vasco y lo que han visto hasta la fecha les «entusiasma». La primera palabra que sale de su boca al enumerar lo que más le está gustando es un clásico: «Los pintxos», pero también incluye el ambiente que se respira en la Parte Vieja y la Bahía de La Concha: «Es una ciudad muy agradable».
Chula y Vassa, Melbourne (Australia)
«Les diremos a nuestros amigos que tienen que venir»
Chula y Vassa son de Melbourne (Australia) y llegaron a la capital guipuzcoana el martes. Es la primera vez que pisan Euskadi pero la calidad de la gastronomía guipuzcoana les ha «encandilado». «Oímos que aquí había una comida fabulosa y no nos lo pensamos dos veces», explica la australiana. Su marido, al igual que ella, pronuncia pocas palabras en castellano, lo suficiente como para saber que su nombre, Chula, tiene una traducción que no le convence mucho. Por orden de mención, les han «encantado» la playa, la comida y los pintxos en los bares. Vassa asegura que cuando regresen a casa «les diremos a nuestros amigos que tienen que venir a conocer Donostia. Sin duda».