El 'Aita Mari' regresará a finales de enero a alta mar para continuar con su ayuda humanitaria a migrantes
El próximo día 25 la tripulación se reagrupará una vez finalicen las tareas de revisión del buque que se están llevando a cabo en Atenas
el diario vasco
Sábado, 4 de enero 2020, 17:10
El barco de rescate 'Aita Mari', de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, zarpará a finales de enero a la mar para continuar con sus labores de ayuda humanitaria a migrantes.
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En declaraciones a RNE, el vicepresidente de la ONG, Iñigo Gutiérrez, ha afirmado que si todo va bien el 25 de enero la tripulación se reagrupará una vez finalicen las tareas de revisión del buque que se están llevando a cabo en Atenas.
Tras señalar que en los años 2016 y 2017 se hablaba de «la tregua del invierno», de tal forma que los migrantes «esperaban a primavera y verano y a que las condiciones del mar fueran óptimas», ha advertido de que «ahora, en cuanto hay una ventana de buen tiempo, se lanzan al mar porque la desesperación en absoluta».
«Libia es ahora un infierno, una locura, y ante eso se lanzan al mar», ha afirmado, para añadir que se salvan los botes «que tienen la fortuna de encontrarse con el grupo de alguna ONG». Asimismo, ha señalado que el barco 'Aita Mari' cuenta con los requisitos legales necesarios, de tal forma que «navegará de manera absolutamente legal».
«El derecho a la vida y la obligación de auxiliar a personas en peligro en el mar está por encima de cualquier cosa. Nosotros vamos a realizar ayuda humanitaria desde el apoyo a otras embarcaciones hasta, si es el caso, realizar rescates», ha finalizado el responsable del 'Aita Mari'.
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Después de su primer rescate en aguas del Mediterráneo, el 'Aita Mari' descansa desde el pasado 2 de diciembre en Atenas, donde será «puesto a punto» para poder retomar su actividad. Tras el desembarco de los 78 migrantes rescatados en Sicilia el martes pasado, el atunero guipuzcoano puso rumbo a un astillero del Pireo, Atenas, para ser aderezado de cara al año que viene.
El viaje desde Italia a Grecia fue el primer eslabón del camino de vuelta a casa. En cuanto la tripulación del 'Aita Mari' obtuvo los documentos que le exigía el Gobierno italiano para poder partir, el bote salió de Pozzallo (Sicilia). Era la última semana de noviembre. Cinco días después -el 2 de diciembre-, llegó al astillero griego. «No ha habido problemas mayores», explicaba entonces Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario que ha estado a bordo del 'Aita Mari' durante todo este tiempo.
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Al igual que el resto de la tripulación, Iñigo Mijangos ha pasado las vacaciones de Navidad en casa. El 2 de diciembre cogió el avión de vuelta. Mientras que el 'Aita Mari' recibe los retoques necesarios, se están realizando sobre todo trabajos de chapa y pintura, el equipo ha descansado para recuperar la energía suficiente antes de volver a las tareas de salvamento.
Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, afirmó a finales de noviembre en una entrevista a DV a bordo del 'Aita Mari' que «fue una lotería encontrarles en ese bote en el mar. Si no, habrían muerto» y que «oo más complejo ha sido gestionar las emociones».
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El atunero llevaba meses sorteando diferentes dificultades, hasta que en octubre consiguió poner rumbo a Lesbos con ocho toneladas de ayuda humanitaria para los campamentos de refugiados. A mediados de noviembre dio un paso más. De vuelta de la isla griega, se quedó en la zona SAR (búsqueda y rescate por sus siglas en inglés) maltesa para continuar realizando labores de ayuda humanitaria.
Fue ahí donde se encontraron con los 78 migrantes de Libia que rescataron hace dos semanas. Después de varios días sin apreciar movimiento alguno en los alrededores del barco, detectaron un posible bote, «nos acercamos avisando a las autoridades, y efectivamente, ahí estaban». Habían llegado a las ochenta millas en alta mar, donde se encontraba el 'Aita Mari'. La situación fue «gratificante», al igual que «triste por ver cómo viven en países como Libia».
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Las historias que conocieron durante esos días compartiendo barco fueron «increíblemente duras» y tanto Mijangos como sus compañeros del 'Aita Mari' esperan poder volver a salvar vidas pronto.
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