Iñigo Mijangos: «Fue una lotería encontrarles en ese bote en el mar. Si no, habrían muerto»
Presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, a bordo del 'Aita Mari' ·
«Lo más complejo ha sido gestionar las emociones», reconoce tras despedirse de las 78 personas rescatadas en el MediterráneoIñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, atiende al teléfono desde Pozzallo (Sicilia), pocas horas antes de poner rumbo a Atenas, donde el ' ... Aita Mari' va a ser «puesto a punto». Él, como el resto de la tripulación, ya se ha despedido de los 78 migrantes que han rescatado en el Mediterráneo. «La euforia inicial ha pasado, ha sido todo muy emocionante», explica, y matiza que «encontrarlos ha sido una lotería. Si no lo hubiéramos hecho, se habrían perdido en el mar», afirma a bordo del 'Aita Mari'.
- Ha tardado en llegar, pero el primer rescate del 'Aita Mari' ha tenido final feliz. ¿Cómo se encuentran tras haber rescatado a 78 personas en el Mediterráneo?
- Estamos bien, ya ha pasado la euforia inicial. Esto es a lo que habíamos venido, así que tenemos la sensación del deber cumplido. Por un lado estamos felices, pero también sentimos amargura tras constatar la realidad que se vive aquí. Ha habido un montón de gente a la que no hemos podido ayudar y que está desaparecida en el mar.
- ¿Cuál fue la primera reacción cuando se encontraron con los migrantes en el mar?
- Es algo que sabíamos que iba a pasar. Ha sido el primer rescate del 'Aita Mari' y ha merecido la pena. Ya nos hemos hecho adultos (ríe).
- ¿Cómo se produjo el rescate?
- Estábamos en la zona donde podíamos estar en base a los acuerdos y las conversaciones que habíamos tenido con las autoridades. Detectamos un posible bote, nos acercamos avisando a las autoridades, y efectivamente, ahí estaban. Era un bote que había llegado a las ochenta millas en alta mar, donde estábamos nosotros con el 'Aita Mari'. Durante varios días no habíamos visto ningún barco. Fue una lotería encontrarlo. Si no lo hubiéramos hecho, se habría perdido en el mar.
- ¿Qué ha sido lo más complicado de todo el proceso?
- Siempre piensas que estás preparado para todo, pero no es así. Para mí, lo más complejo de gestionar han sido las emociones. Ver a estas personas en la cubierta, agotadas tras haber sufrido un dolor inmenso afecta. Todos sabemos que tarde o temprano van a desembarcar, pero hasta entonces sufren. Están desmontadas tanto física como psicológicamente. Esa espera es un sufrimiento añadido que no tiene calificativos.
- La jornada del lunes resultó complicada por el temporal. ¿Lo pasaron mal debido al movimiento de las olas al ser el 'Aita Mari' un pesquero?
«El comportamiento de los migrantes ha sido ejemplar, solo ha habido pequeñas peleas a la hora de dormir»
«Todas las historias que hemos conocido son terribles. En Libia no tienen derecho a nada»
- Todos los barcos se mueven. Es cierto que en los pesqueros se nota el balanceo, pero en el resto también. El movimiento, al fin y al cabo, forma parte de la anécdota y no implica más daño. El sufrimiento real de estas personas, una vez están a salvo en el barco, se puede reducir si los mecanismos de desembarco son predecibles e inmediatos. Que estén un par de días a bordo, el tiempo que tardamos en llegar a tierra.
- ¿Se han vivido situaciones de mucha tensión hasta la asignación de un puerto?
- No. Ha habido alguna pequeña discusión o pelea a la hora de dormir, pero nada importante. Cuando salpicaban las olas, por ejemplo, si había alguien que iba al baño corría el riesgo de que al volver otro le hubiera quitado el sitio. Son acontecimientos normales cuando se viven situaciones de mucha intensidad, pero el comportamiento de estas personas ha sido ejemplar.
Noticia Relacionada
«Misión cumplida» del 'Aita Mari' tras poner a salvo a 78 migrantes
- ¿Cómo fue el desembarco?
- Muy emocionante. Después de tantos días a bordo surge una sensación de hermandad única. El desembarco fue muy emotivo, una auténtica despedida con todo lo que esto implica.
- Entre los rescatados hay una mujer embarazada. ¿Está bien?
- Tanto ella como sus compañeros están en el CIE (Centro de Identificación y Expulsión) en Sicilia. Está bien. Es una mujer joven y de constitución fuerte. Espero que su embarazo tenga un final feliz. Estaba preocupada por el feto porque no había tenido ningún seguimiento del embarazo en Libia. Tenía miedo de acercarse al hospital y que le arrestasen. Supongo que ahora las autoridades italianas le prestarán la asistencia debida.
- Hablaba de que las emociones han estado a flor de piel. Imagino que las diferentes historias que ha conocido le habrán impactado.
- Sí. Todas las historias son terribles. La situación que se vive en Libia es horrible. Hay un apartheid contra las personas de raza negra. No tienen derecho a nada. Les arrestan sin ninguna justificación, les meten en centros de detención ilegales y les extorsionan para obtener la libertad, les disparan para que vean que efectivamente su vida corre peligro si no pagan... e incluso les matan. Uno de los migrantes rescatados contaba cómo habían matado a su hermano delante de él. Le dispararon en las piernas y los brazos para obtener el dinero. Es una verdadera salvajada lo que está pasando.
- ¿Los migrantes eran conscientes de que si no hubieran aparecido, habrían muerto en el mar?
- Sí. Desde que deciden subirse a un bote para venir a Europa saben a lo que se exponen. Conocen a la perfección el riesgo que corren cuando se lanzan al mar con estas embarcaciones y sabían que si no les rescatábamos se hubieran muerto en el mar, bien porque se hubieran ido cayendo del bote o porque este se hubiera roto.
- ¿Era la primera vez que la tripulación se enfrentaba a atender a tantas personas al mismo tiempo?
- Parte de la tripulación ya teníamos experiencia de las misiones que hicimos en 2017. Algunos compañeros, además, habían estado en otros barcos o en Grecia. Allí la situación es distinta, pero muchas personas vienen con síntomas parecidos a los que nos hemos encontrado aquí, pese a no haber estado cinco días en el mar.
- ¿Cómo valora la implicación del Gobierno Vasco?
- Solo podemos agradecer al lehendakari y al Gobierno Vasco su apuesta por el proyecto y su compromiso con los movimientos migratorios. La respuesta ha sido más que buena.
- ¿Y la del Ejecutivo español?
- Ha mantenido una política un poco más dubitativa y difusa. Primero sí, luego no, luego no sabemos... Ha puesto condiciones al rescate en el mar. Ojalá lo que hemos presenciado estos días desencadene en unas determinaciones más potentes y más de acuerdo con una posición de responsabilidad social y de reconocer una realidad que es evidente: los movimientos migratorios han existido siempre y ahora hay una nueva etapa. Hay que responder con responsabilidad ética.
- ¿Mantenían una comunicación directa con las autoridades?
- Con el Gobierno Vasco siempre tenemos una comunicación directa. Hay que dar respuesta a las subvenciones que nos han otorgado. Tenemos unos responsables que se dedican a ello. Con las autoridades españolas también tenemos una buena relación.
- ¿Qué planes tienen ahora?
- Dejaremos el barco para ponerlo a punto en el astillero que teníamos reservado en el Pireo, en Atenas. Teníamos otro reservado en Licata, al sur de Sicilia, pero las autoridades italianas nos denegaron el permiso alegando que el puerto se encontraba saturado. Mientras el 'Aita Mari' esté en Atenas, nosotros volveremos a casa para pasar las navidades y descansar. En enero, después de Reyes, volveremos a retomar la actividad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión