Trabajadores y usuarios de Hondarribia exigen «hechos» que relancen el aeropuerto
La supresión desde abril de seis enlaces semanales con Madrid afectará a la cifra de viajeros (unos 1.500 menos al mes) y sobre los precios
Otra «pésima» noticia. Y ya van demasiadas. A los trabajadores y usuarios del aeropuerto de Hondarribia poco les sorprenden los jarros de agua fría que ... este año sigue recibiendo el aeródromo. Pero no se resignan a exigir a las instituciones y a los responsables políticos que «apuesten» de forma decidida, «con hechos que se plasmen en algo, no solo con un apoyo verbal», por una infraestructura que tiene mucha demanda, tal y como «demuestra la sostenibilidad de viajeros en 2018, pese a las incidencias y el descenso de operaciones». El último revés es la supresión a partir de abril de seis vuelos semanales, cuatro los viernes y dos los domingos, de la ruta entre Hondarribia y Madrid. Air Nostrum confirmó a este periódico la reducción de frecuencias, y avanzó cambios horarios en algunas de las conexiones diarias. Cambios, no obstante, que no afectarán al primer enlace de la mañana con la capital, el de las 7.30 horas que se mantendrá intacto, aseguraron fuentes de la aerolínea, pese a que en la web oficial aparezca como retrasado hasta las 8.00 horas.
«Menos mal, ese vuelo es importante porque lleva a muchas personas por negocios que tienen que coger enlaces en Madrid con otro vuelos, es uno de los que siempre va lleno», se expresa, con cierto alivio, María Dolores Alonso, presidenta del comité de empresa de los 53 trabajadores de Aena y Enaire que tiene el aeropuerto guipuzcoano. A ellos, se añaden otros tantos de servicios y empresas auxiliares. «En total, somos más de un centenar», añade Emilio García, secretario del comité.
Todos llevan años, recuerdan ambos, reclamando a las instituciones que «no abandonen» el aeropuerto, que «inviertan» en su continuidad. Pero esos esfuerzos que Ortzibia «nos dice que hace, no se plasman en nada concreto». «Es lo de siempre», lamenta Alonso, que incide en que cuando quieren, Gobierno Vasco o diputaciones, logran relanzar el aeropuerto vitoriano de Foronda, con el H24, ser operativo las 24 horas, o el de Bilbao, que sigue sumando destinos y pasajeros. «Cuando se apuesta se consiguen grandes logros», abunda, mientras observa, al igual que sus compañeros, cómo cada año aparece un nuevo obstáculo en la pista. «Es evidente que nos ponen palos en las ruedas, y cuando desaparezcamos será una muerte dulce consentida por todos», se rebela García, ante las reacciones que provocaron augurios catastrofistas como el que lanzó el presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao pero que luego, en la práctica, no tienen efecto sobre la operatividad del aeródromo.
Los trabajadores recuerdan que la supresión de conexiones a partir de abril tendrá impacto directo en el número de viajeros, unos 1.500 menos al mes, según una estimación aproximada de usuarios de esos seis vuelos con capacidad para 72 usuarios, y también se notará en los precios. Cuanta menos oferta, más cara. Y por eso, usuarios y trabajadores apuntan a que una opción para ganar competencia sería recuperar «las dos frecuencias diarias con Madrid que Iberia tenía con sus A319», indican desde Donostiair, en alusión a uno de los dos aparatos, junto con los ATR que pueden operar en Hondarribia.
Rutas estacionales
Yon San Martín, miembro de Afodesa, la sociedad de promoción del aeropuerto guipuzcoano que lleva tiempo sin alzar la voz, asume que desde el recorte de la pista en 2017 «se complica mucho» la operativa, pongan en verano un «Egnos», de ayuda a la aproximación, o no. «Una compañía sin ayudas o subvenciones, sin una estrategia pública que garantice su rentabilidad», no va a operar en Hondarribia, indica San Martín, que propone abrir rutas de abril a octubre, los meses de más tráfico. «Se podría, por ejemplo, convencer a una línea como Volotea para que haga una apuesta a largo plazo, pero hay que empezar por una ruta estacional e ir desarrollando los destinos como están haciendo Santander, Asturias, Zaragoza, Murcia...», plantea este usuario. «Al aeropuerto, cuando se le da un empujón responde», insiste, pese a ser consciente de que la limitación de la pista es un problema para que operen otros aviones que no sean turbohélice. Esa complicación se suma a la posibilidad, ya casi evaporada, de que se amplíe, una vez que el Ayuntamiento planifica la reurbanización de Mendelu.
«Cuando se apuesta por un aeropuerto se consiguen logros, solo hay que mirar el de Vitoria y su H24»
María Dolores Alonso, Comité de empresa aeropuerto
«Hay que empezar por una ruta estacional e ir desarrollando los destinos como en otras ciudades»
Yon San Martín, Afodesa
«Es una mala noticia. Hay que optimizar la infraestructura para aprovecharla al máximo»
Eneko Goia, Alcalde de San Sebastián
«Hondarribia cumple una función pública esencial en las maltrechas conexiones de Gipuzkoa»
Denis Itxaso, Diputado foral de Turismo
El futuro, por tanto, pasa por fidelizar a los pasajeros pese a los recortes y a incidencias que no cesan y que tienen también su explicación económica. «Antes Air Nostrum tenía dos mecánicos aquí, y ahora la base está en Madrid y Málaga y si un ATR se estropea, como la semana pasada, afecta a sus pasajeros y al resto de conexiones, que muchas se hacen con el mismo avión porque hay pocos», explica Emilio García. «Lo mismo pasa con Vueling, si falla uno de sus A319, prioriza sus vuelos a Florencia y a los usuarios de Hondarribia les manda a Bilbao», aclara.
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