Propuesta asequible y diferente

Cuando os hablé sobre ese maravilloso restaurante donostiarra que es Enea, ya os conté que me acompañaban Galder e Iban. En aquella ocasión a Iban le pedí un favor: que pensara y me recomendara un restaurante goierritarra, que hacía mucho que no me acercaba a esa zona de Gipuzkoa y me apetecía conocer algún nuevo proyecto que poder traeros a esta cita semanal que tengo con todos vosotros.

Así es como aterrizamos en el Olano Taberna ordiziarra. No era la primera vez que entraba en el Olano, difícil teniendo en cuenta que lleva vigilando la entrada a la parte vieja de la localidad desde el año 1919. Recuerdo que en septiembre del 2019, tras el concurso de queso Idiazabal, fuimos a echar un pote al bar y me sorprendió el cambio de cara donde se dan la mano la modernidad y la esencia de este histórico de la hostelería ordiziarra.

Un nuevo proyecto que viene de la mano de Ekain Mugika Irazu y Phil Huxford. Ekain, un ordiziarra que lleva desde los 18 años tras la barra, al que le gusta el oficio y que tenía muy claro que pondría en marcha su propio proyecto, y Phil, un neozelandés que llegó hace 11 años a Ordizia a jugar a rugby. Los dos unen fuerzas para dar un nuevo impulso al Olano Taberna. Un proyecto cuya reforma duró alrededor de 6-7 meses hasta que abrieron sus puertas en julio del 2019.

Tras aquella mi primera efímera visita, era hora de volver y de sentarnos en el comedor que ilumina esa gran cristalera tras la cual se encuentra ese patio que data del siglo XVI. Iban nos recomendó la chuleta, de la cual le habían hablado muy bien, yo leí en la carta 'Champiñones Olano' y comenté que un plato que lleva el sello de la casa siempre suele ser una buena opción. Partiendo de esos dos platos configuramos un señor menú para poder conocer bien la cocina de Olano Taberna.

Comenzamos con los mencionados champiñones. Ekain y Phil apostaron por mantener una de las señas de identidad de la historia del bar, por ello aprendieron la tradicional receta junto a Mari Carmen. Unos champiñones que son un auténtico vicio, con ese toque bixigarri que ayudan a que se coman como pipas y esa salsa que es de toma pan y no parar de mojar, obviamente no dejamos ni rastro en el plato.

Nos llamó la atención ver que ofrecían las alcachofas de dos maneras diferentes, una señal. Y no nos defraudó el plato de alcachofas con espárragos trigueros y guisantes que vienen cocidos al vapor y con un agradable y fresco toque de limón, un plato con las verduras en su punto perfecto de cocción y que es todo un buen homenaje a la huerta que tan buenos productos nos ofrece.

Tras las alcachofas, una de las referencias del Olano Taberna, el pulpo a la brasa. En este local apostaron por ofrecer el pulpo de una manera diferente, que el público no encontrara en los alrededores, y consiguen que así sea. Si vais al Olano, el pulpo es de casi obligada elección, con ese toque que le aporta la parrilla y la perfecta combinación con la crema de patata, el pimentón dulce y el all i oli negro. Todo un manjar.

Si me leéis habitualmente, ya os habréis dado cuenta, que soy de buen comer. Galder e Iban, no se quedan atrás, así que, tras no dejar ni migaja del pulpo, atacamos una ración del cochinillo, porque al leerlo en la carta pensamos que era una propuesta atractiva, y disfrutamos mucho con ese cochinillo que lo asan a baja temperatura durante 16 horas y lo terminan a la parrilla. Por si todo eso no fuera poco, faltaba la chuleta. Una señora chuleta que compran en Mujika Harategia, con gran presencia y sabor y que la puedes acompañar con pimientos o ensalada verde o con ambas como hicimos nosotros. El punto final lo pusimos con dos buenos postres, la torrija y la tarta de queso, dos postres caseros, entre los que personalmente me quedo con la torrija.

Fue una muy buena experiencia gastronómica, un lugar que mantiene la esencia de sus más de 100 años de historia, pero que tiene su frescura gastronómica, con una cocina que tiene sus raíces en nuestra tradición culinaria, pero al que aportan nuevo aire, su toque personal. Una cocina donde la parrilla es el epicentro, una parrilla asequible para todo el mundo. Una cocina cambiante, donde los productos de cercanía y de temporada son esenciales y que marcan el ir y venir de los platos de la carta.

En el tintero se quedó la hamburguesa Olano, su best-seller, que va acompañada de bacon, piperrada, queso Idiazabal, lechuga, tomate, pimiento del piquillo, salsa brava y patatas fritas, ahí es nada. Olano Taberna, una muy buena opción gastronómica en Ordizia. On egin!