Restaurante Enea, libertad en la cocina
Una gastronomía limpia, natural, divertida y de cercanía; si uno la prueba, repetirá
Cuando en octubre les contaba en esta misma página las bondades culinarias del tolosarra Ama Taberna, les anuncié que Javi Rivero y Gorka Rico estaban preparando su salto a la capital guipuzcoana, se iban a hacer cargo de los fogones del Hotel Zenit San Sebastián, ubicado en el barrio de Morlans, ese barrio que durante el mes de enero se ha visto inundado de juguetes solidarios, que irán destinados a las personas refugiadas que se encuentran en Lesbos, gracias a la recogida organizada por su asociación de vecinos en colaboración con Zaporeak
Enea es la casa de todos, un lugar donde quieren que uno se sienta cómodo, esté tranquilo y disfrute tomando un buen café o comiendo un buen pincho de tortilla o dándose un buen homenaje gastronómico. Un espacio que lleva el sello de Ama Taberna pero que dirige un grupo de jóvenes motivados y con una gran implicación, son los artífices del trabajo diario y quienes harán que la experiencia Enea sea de las de recordar y volver.
Javi y Gorka sienten admiración y están agradecidos de la gran labor que están realizando, ellos dos se sienten afortunados de ser parte de la familia. Todos y cada uno de ellos se sienten importantes y parte del éxito, es un joven equipo que componen: Tome, Adriano, Irati, Iratxe, Olatz, Amaia, Ale, Iker, Diogo, Acosta, Gloria y David.
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Lugar San Sebastián
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Dirección Antonio Maria Labaien Kalea, 1
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Teléfono 943563909
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Comedor 1 para 40 comensales / 1 terraza para 20 comensales
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Cierra Nunca
Culinariamente, Enea es un lugar dónde se come muy pero que muy bien, eso para empezar. Comparte con su hermana Ama Taberna la filosofía de trabajar con productores amigos, con productos de cercanía, pero a partir de ahí se aleja un poco de la filosofía tolosarra y cocinan con total libertad, una cocina libre y amplia que abre las ventanas a recetas de cocina internacional, de otros países, enriqueciendo su oferta. Una cocina limpia, ligera y natural, elaborada con mimo y gusto. Una cocina divertida, consiguen transmitir esa pasión y esa diversión de los fogones al plato y eso es un lujo. Una cocina pensada para compartir, platos al centro y probar cosas nuevas, hacer feliz a nuestros paladares y ser felices nosotros mismos.
Tras meses de rodaje, a finales de enero visité por primera vez Enea, con la buena compañía de Galder e Iban, otros dos buenos aficionados al buen comer. No os negaré que tenía ganas de probar su cocina, de conocer in situ el proyecto, pero estando Ama Taberna por detrás no dudaba de que sería una comida memorable y así fue.
Nos sentamos en la mesa y dejamos en manos del servicio que decidieran qué darnos de comer, que dieran rienda suelta a su imaginación. Fue un homenaje de esos que no se olvidan fácilmente, porque el festival de platos fue generoso, probando todos las recetas que aquel día ofrecían en su plato/menú del día y alguna cosita más. Una oferta entre semana que es un lujo, por 14,50€ ofrecen un plato principal acompañado de ensalada y crema del día, postre y bebida. Una oferta saludable y nutricional.
Comenzamos con la ensalada de garbanzos, su propia versión de un taboulé y con la crema del día, que aquel día tocaba de lombarda, una crema que nos supo a gloria. Antes de sumergirnos en probar los platos del día, un aperitivo indispensable de Enea: las croquetas. Nosotros probamos la de pulpo, que era la croqueta del día, un delicioso bocado que venía acompañada de un all i oli de pimentón.
A partir de ahí el carrusel de los platos principales del día: pasta con calabaza, albahaca y queso de cabra; crème fraîche con remolacha morada y amarilla de Hernani acompañada de almendra tostada; salmón con brócoli; garbanzos con carrilleras; y boeuf bourguignon. Platos bien cocinados, sabrosos y especiales; platos con juegos de sabores que vas descubriendo con cada bocado; platos que miran al mundo y que satisfacen nuestros paladares.
No podíamos de dejar de probar las albóndigas Enea, somos de los que piensan que si un plato lleva el sello del restaurante no hay que dejar de comerlo. Y sí, aún nos quedaba hueco para probar una albóndiga. Unas albóndigas elaboradas con una mezcla de carne de lujo y que las sirven con tomate, albahaca y queso gratinado. Apunten, indispensables las croquetas y las albóndigas.
Y qué decir del fin de fiesta. El trío de ases. Si la comida fue un festival para el paladar, un viaje a través de sabores y productos, los postres hicieron que la comida fuera aún más sublime si cabe. Tres postres cada cual mejor, para los cuales no encuentro palabras, sinceramente, lo mejor que vayan y los prueben. El brownie con naranja y cacahuete caramelizado, la tarta de queso y la tarta de chocolate. Tres postres, tres manjares, tres maravillas dulces. Enea, una gran casa de comidas. On egin!