Intercambio de obsequios en Zarautz

Después de varios años con resultados abultados, las finales sénior del Torneo Bankoa Abanca-DV se han abonado a los desenlaces en el filo de la navaja. Si en 2019, en la anterior edición, Zubizarreta y Mariezkurrena I superaron 22-21 a Elola y Uriondo también en el Aritzbatalde de Zarautz, ayer se repitió el mismo resultado, con victoria sobre la bocina de Exposito y Morgaetxebarria ante Murua e Irazustabarrena.

Un intercambio de regalos marcó el desenlace. Con 20 iguales se le quedó corta una pelota en el centro de la cancha a Ander Murua. En el 20-21, Hodei Exposito dispuso de una ocasión a placer para acabar el tanto y la parada al txoko se le cayó bajo chapa. Y con 21-21, Ander Murua buscó con determinación el gancho a la altura del cuadro dos, pero su remate se marchó directo al colchón de abajo para su disgusto y el de un sacrificado Aratz Irazustabarrena. Al contrario, Hodei Exposito y Aimar Morgaetxebarria respiraron hondo y sonrieron. Por fin su dominio del peloteo encontraba recompensa.

Abundaron el esfuerzo y la incertidumbre. Faltaron mayores dosis de habilidad y acierto en un partido convertido en el tramo final en una ruleta rusa en la que sus protagonistas se pegaron tiros en el pie. El cara y cruz salió azul cuando lo mismo el triunfo pudo ser colorado.

Tardaron Exposito y Morgaetxebarria en imponer su pegada en el peloteo. Les costó dominar. Después de la falta de saque de Murua con 6-3 a su favor -la pelota botó detrás de la raya del siete-, dio la impresión de que el delantero de Astigarraga y el zaguero de Amorebieta tomaban por fin las riendas del juego. Firmaron una tacada de seis tantos para irse al 6-9. Atacaron atrás y sufrió Irazustabarrena en esa fase. La pelota le apretaba.

Dos o tres errores de los azules, un par de aciertos de Murua y la recuperación de Irazustabarrena cambiaron la fisonomía del encuentro, que careció de control verdadero por parte de alguno de los protagonistas.

Exposito mostró sus dos caras en el mismo tanto. Sacó Murua, empalmó el de Astigarraga un soberbio sotamano de derecha, devolvió con apuros el zaguero de Alegia y el delantero que ha participado en numerosos entrenamientos con Aspe corrió con tanta precipitación a por el gancho que falló.

Esas dos caras de Exposito siguieron presentes hasta el final. Cruzó un par de ganchos, ejecutó una dejada-cortada preciosa al ancho en el 11-10, acabó de rápida botivolea el 16-16 y demostró sobre todo gas en su derecha. Al mismo tiempo, falló pelotas claras en el dos, se obsesionó con lanzarse a por la jugada en lugar de insistir atrás, se quedó descolocado en algún remate de Murua, le costó despejar desde la pared izquierda y desperdició el dominio creciente de Morgaetxebarria, al que algunos ya colocan el anagrama de Baiko en la camiseta.

Ander Murua lo vio claro. Ayudó al compañero e intentó enredar el juego en los cuadros alegres. Buscó las cosquillas a Exposito. No le importó verse perdedor en alguna de las ocasiones en las que se enredaron porque vio que a la larga podía darle resultado positivo. Le faltó la ayuda de la fortuna en ese remate final al todo o nada. Dentro de que dispuso de menos ventajas, tampoco le sobró acierto rematador al arrasatearra.

Buena labor de Irazustabarrena, antiguo goleador del equipo del fútbol Intxurre de su pueblo. Le llamaron para sustituir a Gaskue y ha respondido. Ya sucedió en la semifinal del Beotibar. Aunque la mayoría le mira como principal candidato a damnificado de los peloteos largos e intensos, sufre y aguanta. No perdió ningún tanto desde que mandó con la derecha por encima del fleje de la pared izquierda un pelotazo defensivo en el 6-9. Su contribución fue indispensable para mantener a flote la pareja. No se le puede pedir más.

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