Joseba Ezkurdia: «Toca disfrutarlo, no se ganan finales todos los días»

«Ha sido un partido muy duro, físicamente y mentalmente. Hasta el 11-12 hemos jugando a un ritmo muy alto. He cometido un par de regalos por la tensión, pero pienso que le he dado altura a la pelota y le he anulado a Altuna. Le he obligado a correr y la final ha sido muy exigente. Estoy muy contento por ganar la txapela», declaraba Ezkurdia, que compareció en la sala de prensa con la preciada prenda en la cabeza.

En su análisis señaló que «el partido se ha desarrollado a tacadas. En el tramo final he recuperado el saque, tenía miedo al resto, y eso me ha dado confianza. Ha habido momentos en los que Jokin me lo ha puesto complicado, pero tenía que seguir jugando porque no tenía el partido ganado. Sabía que no iba a ganarle fácil».

«He sufrido, pero también he disfrutado -añadió-. Me he agarrado al partido en cada tanto y he sabido tomar buenas decisiones. Estoy contento por ganar la txapela, sabía lo que quería hacer en cada momento». Fue una final de desgaste. «Ambos íbamos a llegar bien físicamente hasta el final e íbamos a aguantar. Calentando me he visto con nervio, con chispa. Había que pelear, no que daba otra. En los últimos tantos Jokin ha bajado un poco. Pero antes, en el 16-15 ha podido pasar cualquier cosa. Debía seguir sufriendo y jugar agresivo y con decisión hasta el 22».

Ezkurdia alabó a su rival. «Es algo grande estar en lo más alto tras conseguirlo ante un pelotari como Jokin Altuna, un especialista en el saque y en el saque-remate. Era su cuarta final consecutiva y es un ejemplo para todos nosotros. Y le doy más valor a este triunfo tras no haber hecho buenos partidos en la liguilla. Los gané y eso me ha fortalecido».

Es consciente de que «vendrán momentos duros. Unas veces se gana y otras se pierde, pero he aprendido mucho a base de golpes. He jugado tres finales y he ganado tres txapelas. Este es el camino. Que dure esta racha lo máximo posible».

El voleísta de Arbizu, que agradeció el apoyo de sus incondicionales, la mayoría situados en el segundo piso del rebote luciendo camisetas rojas, incidió en que «he estado concentrado en todo momento, con mucha confianza en mí mismo y buenas sensaciones. He trabajado mucho para estar hoy aquí».

Reconoció que «estaba nervioso antes de empezar a jugar, pero la familia y la cuadrilla me han ayudado mucho todos estos días. Es la mejor manera de agradecérselo. Y a ellos se la dedico porque también han sufrido mucho. Me siento muy querido, noto que la gente está conmigo y ahora toca disfrutarlo. No se ganan finales todos los días. Es algo muy grande. Quizás ahora no lo valore, pero ojalá que no sea la última que consiga». En el polideportivo de Arbizu le esperaban anoche sus familiares y amigos con los brazos abiertos... «La juerga estaba garantizada ganase o perdiese», bromeó.

Y mañana se presenta el Parejas. «Mi objetivo es hacer un buen campeonato con el compañero que me ponga la empresa. Antes de retirarme también me gustaría ganar la del Manomanista, pero eso está difícil».