Gebrselassie: «Igual corro media Behobia y el resto en taxi»
Gebrselassie aterrizó ayer en San Sebastián «expectante con la Behobia, porque 30.000 corredores es una locura»
El equipo que acompaña a Haile Gebrselassie (Etiopía, 1973) en San Sebastián está convenciéndole para que corra mañana la Behobia-San Sebastián. Todo iba bien ... hasta que vio por la ventanilla del avión mientras aterrizaba en Loiu el tiempo que hacía. Su participación en la carrera que celebra el centenario es duda hasta última hora, pero lo que sí está confirmado es que uno de los grandes de la historia del atletismo ha aterrizado en la ciudad.
-La gente está emocionada con su llegada.
-Volver aquí después de tantos años es maravilloso, yo también estoy emocionado de estar en San Sebastián.
-Ganó el cross de San Sebastián en 1994, ¿qué recuerdo tiene de aquella época?
-El barro del cross. Fue un muy buen tiempo. Aquí siempre hace frío, pero esta zona era muy conocida en el mundo del cross y muchos etíopes han corrido aquí, yo incluido. Tengo unas memorias gloriosas, sobre todo de cuando hablamos de cross.
-Su gran rival y amigo Paul Tergat estuvo aquí el martes.
-Sí, he visto en los medios que ha recibido un premio de un festival. Hubiera sido muy bonito poder vernos aquí, aunque lo solemos hacer en nuestros países. En competición luchábamos cada uno por nuestro país y obviamente si hablamos de cross, Paul Tergat siempre fue el mejor. En asfalto yo fui superior y en pista tuvimos luchas muy bonitas entre nosotros, especialmente la de los Juegos Olímpicos de 2000 en Sidney, fue una batalla preciosa. Fuera de competición siempre tuve buena amistad con él. Es de lo que trata el deporte, no puedes odiar a la gente. Siempre cuento a la gente que sin Kenia, Etiopía no sería la misma. Y viceversa.
«Si tengo que escoger una carrera, la final de Sidney 2000 entre Paul Tergat y yo fue especial»
«Mi récord de maratón fue fantástico. ¿A quién le importa ahora hacer dos horas cuatro?»
-¿Qué le han contado de la Behobia-San Sebastián?
-He escuchado que es una carrera muy antigua que reúne muchísimo público. ¡Estoy expectante por verlo! Tener a tantos participantes, más de 30.000... Imagínatelo, va a ser una locura.
-La gente está a la vez ilusionada y asustada por si finalmente va a participar.
-Ya veré, estoy pensando en hacer la mitad del recorrido y después negociar con un taxista para poder llegar a meta. Estoy un poco resfriado, ya lo estaba al salir de mi casa en Etiopía y la razón de no hacer los 20 kilómetros sería para que no empeorase, no quiero que después me encontréis en el hospital.
-¿Continúa entrenando?
-Sí, hago cada mañana 10-12 kilómetros para mantenerme en forma. No tengo ningún problema en hacerlo. Ojalá pudiera seguir compitiendo. ¿Por qué paré? Las lesiones en un atleta profesional siempre están ahí, la recuperación no era la misma que antes y no me daba tiempo a estar en forma entre carrera y carrera.
-Echando la vista atrás, ¿de qué logro de su carrera se siente más orgulloso?
-La final de Sidney 2000 entre Paul Tergat y yo. Fue realmente especial. Hay más, como el maratón de Berlín, el récord de Zúrich de 1995... También en España he tenido muchas competiciones. Tengo un muy buen recuerdo de los campeonatos del mundo de Sevilla en 1999.
-Se dedicó primero a las carreras de 3.000, 5.000 y 10.000 metros y después a los maratones. ¿Cómo experimentó el cambio?
-No era fácil. Los atletas de 5.000 y 10.000 metros pueden hacerlo, lo único que tienen que hacer es alargar los entrenamientos y hacerlo durante 3-4 horas. Pero no es solo la distancia y el tiempo, sino también la superficie. Los 42 kilómetros se corren sobre asfalto, y es una superficie muy dura comparando con la pista o el cross.
«No quiero ventajas por tener mejores zapatillas, todo debe ser natural, que los atletas suden»
«De San Sebastián recuerdo el barro del cross, tengo unas memorias gloriosas»
-Le arrebató la plusmarca de maratón a Paul Tergat con 2h03:58, y después superó su propio récord con 2h03:58. Y ahora Kipchoge corre por debajo de las dos horas. ¿Tiene el ser humano algún límite?
-Mis dos horas y tres-cuatro minutos en aquel momento era un tiempo fantástico. Y ahora, ¿a quién le importa que hagas un maratón en ese tiempo? (Risas). Ahora es completamente diferente, todo el mundo piensa en correr cada vez más rápido, por lo que no sé dónde está el límite. ¿Quizás una hora y treinta minutos en 30 años? No lo sé... Es espectacular.
-¿Qué piensa de las mejoras tecnológicas que está habiendo en el material deportivo, sobre todo en las zapatillas? ¿No se está convirtiendo en doping tecnológico?
-Debería haber alguien que verificara esta tecnología. Yo propongo que este deporte se desarrolle de una forma más natural para dar oportunidades a todo el mundo. No quiero ver a alguien que obtenga ventaja por tener mejores zapatillas. Llevo años siendo embajador de Adidas, y si ellos piensan en hacer algo de estas características, les aconsejaría no hacerlo para permitir que los deportistas sean naturales. Todos queremos ver el esfuerzo y el sudor de los atletas, así que dejémosles que suden.
-¿Y tiene alguna referencia de tiempo para la Behobia?
-He estado charlando con mi equipo a ver si sería capaz de hacer la Behobia en menos de dos horas.
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