Doblete guipuzcoano, como en 1970 y 1974

Aranburu acabó con una sequía de diecinueve años, ya que ningún corredor guipuzcoano había sido vencedor de etapa en la Vuelta al País Vasco desde el triunfo de Aitor Osa en Altsasu, en la tercera etapa de la edición de 2002. Para encontrar un doblete como el firmado en compañía de Ion Izagirre hay que remontarse más todavía en el tiempo. En concreto, 47 años. Casi medio siglo.

La anterior edición en la que dos guipuzcoanos alzaron los brazos en señal de victoria en la carrera de casa fue en 1974. Obraron aquella gesta dos oiartzuarras, Txomin Perurena y Miguel Mari Lasa, ganador absoluto además aquel año.

Lo hicieron a lo grande y establecieron una marca que se antoja imposible de batir en el ciclismo actual, en una Itzulia que ha evolucionado una barbaridad en las últimas décadas. A todos los niveles, incluida la participación. Entre ambos se impusieron en seis de las victorias puestas en juego a lo largo de cinco jornadas. Dejaron a los demás solamente la contrarreloj -segundo sector de la cuarta-, que fue a parar a manos de Jesús Manzaneque.

Perurena venció en las cuatro primeras etapas gracias, entre otras virtudes, a su excelente punta de velocidad: la primera en Laudio, la segunda en Cenicero, la tercera en el complejo de Iratxe próximo a Estella y la cuarta, casualidad, en Hondarribia, como Ion Izagirre.

Miguel Mari Lasa, con la ayuda del propio Txomin, remató la faena en el velódromo de Donostia, tras un embarullado final con tapón incluido a la entrada del recinto, provocado por corredores de La Casera con el fin de beneficiar a Manzaneque, líder tras la crono. No bastó para impedir que llegara primero y lograra las bonificaciones que le ayudaron a llevarse la general, con su compañero del equipo Kas en cuarta posición.

Porque Miguel Mari Lasa es uno de los cuatro guipuzcoanos que figura en el palmarés de ganadores de la ronda vasca junto a Peio Ruiz Cabestany (1985), Aitor Osa (2002) y desde hace dos años Ion Izagirre (2019).

La Itzulia ha ganado relevancia desde aquel ya lejano 1974 al día de hoy. Sin embargo, cabe recordar que también en aquella edición, como en la actual, participó el ciclista vencedor unos meses antes en el Tour de Francia. El de hoy se llama Tadej Pogacar y el de entonces, Luis Ocaña.

En la historia de la Vuelta al País Vasco hay otro precedente de dos vencedores de etapa guipuzcoanos en la misma edición. Corresponde a 1970, cuatro años antes de la hazaña compartida por Perurena y Miguel Mari Lasa. También Txomin participó de la anterior junto al bergararra Jesús Aranzabal.

Fueron consecutivas aquella vez. El oiartzuarra, todavía en las filas del Fagor-Mercier antes de que su marcha a Kas, venció en la cuarta etapa, con final en San Sebastián, también en el velódromo. Una arrancada final le permitió cruzar la línea de meta con cinco segundos de ventaja sobre Andrés Gandarias. Los perseguidores llegaron a 20. La jornada había empezado en Pamplona y constó de 170 kilómetros.

Al día siguiente, en la quinta y última etapa, Jesús Aranzabal, bergararra del barrio de Angiozar, protagonizó una cabalgada monumental entre Donostia y Eibar, sobre un recorrido de 182 kilómetros, para llegar a meta con casi once minutos de renta sobre el grupo principal, encabezado por Agustín Tamames.

Aitor Osa en 2002 acabó con una sequía guipuzcoana de 23 años sin victorias de etapa. Transcurrió ese tiempo entre que Miguel Mari Lasa celebró la sexta suya en la tercera etapa de 1979. Por cierto, también en Hondarribia, talismán para los ciclistas de nuestro territorio.

Nada menos que 19 años duró la espera hasta la exitosa aparición de Alex Aranburu. Dos días han bastado para que llegara la siguiente.