Cuatro de los detenidos por la paliza ingresan en centros de menores y otro, en libertad con cargos
Forman parte de una banda juvenil llamada los Koalas, cinco de ellos son menores y la Ertzaintza prevé más arrestos porque en el ataque participaron una veintena de jóvenes
Los ocho detenidos por la brutal agresión de Amorebieta eran bien conocidos por la Policía. Según ha informado el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, todos ... tenían antecedentes policiales por organización violenta y agresiones. Además, algunos de ellos habían estado tutelados por la Diputación, aunque fuentes forales han asegurado que en estos momentos no les consta que ninguno estuviese bajo su guarda o tutela. El grupo del que forman parte los detenidos se llama los Koalas y residían en varias localidades, todas de Bizkaia. Cuatro de los menores arrestados han sido enviados a un centro de menores, mientras que el otro menor ha quedado en libertad vigilada con cargos. Los tres que son mayores de edad serán puestos a disposición judicial en las próximas horas. Sus edades oscilan entre los 15 y los 38 años y las detenciones han sido practicadas en Barakaldo, Erandio y Bilbao.
En concreto, el nombre de la banda es 'Los Hermanos Koala', (LHK) y han estado en muchas ocasiones involucrados en diversos delitos. Fuentes policiales apuntan que se mueven sobre todo por el barrio barakaldés de Cruces y también por el bilbaíno de Zorroza. «Han hecho de todo... Menudo historial tienen», dicen los mismos medios. En cualquier caso, Erkoreka ha advertido también que la investigación no ha llegado a su fin y que no se descartan nuevas detenciones.
De hecho, en una nota divulgada por la Ertzaintza se apunta que en la brutal agresión del domingo participaron «una veintena de personas». «Actuando de forma organizada, éstos habían acorralado a la víctima dejándole en una situación de total indefensión abusando de su superioridad numérica y le habían comenzado golpear, participando todos ellos de forma activa en la agresión», dice la nota de la Policía vasca. En el transcurso de la paliza habían llegado a utilizar objetos contundentes, como palos y botellas, «hasta hacer que el agredido quedara tendido en el suelo en estado inconsciente, donde siguieron golpeándole con ensañamiento, para finalmente arrebatarle sus pertenencias y huir del lugar».
Los delincuentes ya habían participado en otros ataques esa mismas noche en Amorebieta y al menos «otros cuatro jóvenes, fueron víctimas de asaltos y agresiones». Los Hermanos Koala «se reunía de forma habitual en diferentes municipios de Bizkaia con la intención de generar peleas y atemorizar al resto de jóvenes».
Los cinco menores arrestados ya han sido presentados en la Fiscalía, mientras que los otros tres pasarán al Juzgado en las próximas horas, una vez finalizados los trámites policiales.
El pasado mes de mayo, la Ertzaintza detuvo a ocho miembros de otra banda a raíz de una agresión, realizada en similares circunstancias, en la que un menor precisó de asistencia hospitalaria, hechos ocurridos en la zona del Pinar de Gorliz. Igualmente, actuaban en grupo provocando peleas y agrediendo a las víctimas con extrema violencia, grabando sus actuaciones para publicarlas en las redes sociales.
Por otra parte, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha revelado que el ataque terrible que ha dejado en estado muy grave a un joven de 23 años de Lemoa podría «haber indicios de que haya actitudes de odio hacia diferentes características de las personas que pueden estar implicadas». Zupiria lamentó que «estamos asistiendo a hechos que no son admisibles, contrarios a la convivencia, al respeto y a la dignidad de las personas».
La agresión al joven de Lemoa se produjo a las tres de la madrugada del domingo en un parque de Amorebieta donde tenía lugar un botellón y fue grabada y subida a las redes sociales por la propios atacantes. El chaval sigue en estado grave y con lesiones muy serias en el hospital de Cruces.
El caso ha sacudido a la sociedad vasca porque, además, llega en un momento especialmente complicado en el que las administraciones no son capaces de controlar las aglomeraciones de jóvenes que están disparando los contagios por covid. Preocupa sobre todo la violencia con la que los congregados en los parques han respondido a las policías cuando han tratado de impedir estas reuniones ilegales.
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Herido de gravedad un hombre en Irun tras una pelea multitudinaria
Horas antes de estas actuaciones policiales, el lehendakari, Iñigo Urkullu, se había comprometido a «detener cuanto antes a los autores» de un linchamiento salvaje que ha provocado una profunda conmoción social. «Hay comportamientos y actitudes inaceptables y esta, protagonizada por decenas de jóvenes, sobrepasa cualquier límite tolerable». Urkullu mostró este miércoles su «más absoluto rechazo» a la agresión que mantiene ingresado en la Unidad de Reanimación del Hospital de Cruces a un joven de 23 años vecino de Lemoa que fue apaleado en la madrugada del domingo por un grupo de chavales en una zona de botellón. Ha sido el colofón a una escalada de violencia vinculada al ocio nocturno que preocupa desde hace semanas. El jefe del Ejecutivo dejó claro que no habrá impunidad y también confirmó que está en marcha una investigación para arrestar a los agresores.
Urkullu emplazó a la ciudadanía en general a formar parte de la solución. «Necesitamos el máximo compromiso social para erradicar actos así, que nos avergüenzan como sociedad, y para que no vuelvan a repetirse. Tenemos que reflexionar en profundidad sobre el porqué de estos comportamientos individuales y colectivos».
Gipuzkoa no está exenta de este tipo de agresiones brutales. En Irun, en las pasadas fiestas de San Marcial, un persona resultó herida de gravedad un hombre tras una pelea multitudinaria. En los incidentes, ocurridos en la plaza Urdanibia, participaba un gran número de personas.
Uno de los casos más graves que se recuerda en el territorio es el de Santi Coca, un joven de 17 años que recibió una paliza junto al Náutico que le provocó graves heridas cerebrales por las que acabó muriendo en el hospital a los dos días de la agresión. La Fiscalía de Gipuzkoa pide 20 años de prisión por asesinato para los seis acusados de causar la muerte del menor durante una pelea en Donostia en abril de 2019.
La víctima, entre la vida y la muerte
La víctima de la brutal paliza de Amorebieta, A. I., seguía este miércoles debatiéndose entre la vida y la muerte por un ataque grabado y difundido en las redes sociales por los propios autores, en el que se escucha a unos jalear a los violentos al grito de «¡matadle!», mientras otros advierten, «¡le vais a matar!». Según los allegados del joven, la agresión se produjo cuando trató de ayudar a unas amigas que estaban siendo hostigadas.
En Amorebieta la ciudadanía oscilaba este miércoles entre la conmoción y la rabia un día después de la protesta multitudinaria de repulsa. La agresión se produjo en las campas de Jauregibarria, junto al embarcadero. Un lugar encantador con mesas y bancos de madera, árboles, rutas para hacer ejercicio... Joserra paseaba este miércoles a su perro por allí y vaticinaba que «se va a liar gorda». Se refería a que ante la «pasividad» de las policías barruntaba la posibilidad de que la propia ciudadanía hiciese «algo», porque «esto no se puede permitir». Es una idea que se repite bastante en el pueblo: cada fin de semana hay un espectáculo parecido en estas campas y en las calles del núcleo urbano, con botellón y peleas, sin que parezca haber manera de ponerle fin. «No es un problema de la juventud, sino de ciertos jóvenes» que, mayoritariamente, llegan desde otros municipios (sobre todo, de Barakaldo). Y prevé que si regresan «se va a liar gorda», repite, «porque se sabe quienes son».
Una noche conflictiva
Desde el mundo hostelero admiten que el problema es recurrente pero que en la noche trágica las cosas se torcieron más de lo habitual. Profesionales que tienen sus negocios en Luis Urengoetxea, la zona de bares, recuerdan que tuvieron que cerrar a las 0.10 ante las peleas en la calle y la posterior llegada de la Ertzaintza y la Policía Municipal. «Ha sido un finde muy fuerte. Hubo golpes, botellazos... Luego siguieron con el lío hacia las campas».
Lo agresores ya habían montado bronca allí, en la calle, e iban armados por palos y botellas. ¿Y si vuelven el próximo fin de semana, como temen algunos vecinos? Los hosteleros lo ven como una posibilidad remota. Sobre todo, porque consideran que no será muy difícil arrestarlos. De hecho, en las redes sociales y los grupos de wasap de los vecinos circulaban este miércoles fotografías de alguno de los presuntos delincuentes, que identificaban con un residente en el pueblo. También se sabe quién subió lo vídeos de la terrible agresión a 'Tik tok'. «¿Cómo es posible que no los hayan detenido ya a todos?».
Tanto desde el Gobierno Vasco como desde el Ayuntamiento de Amorebieta no avanzan nada y señalan que la Ertzaintza y la Policía Municipal están investigando. Fuentes policiales apuntan que las riendas las ha tomado la Policía Científica y la de lo Criminal, integradas por agentes mejor formados y con más recursos para el esclarecimiento de delitos graves. Los mismos medios apuntan a que una cosa es tener identificados a los agresores y otra muy distinta dar con ellos ya que muy posiblemente, conocido el resultado de su ataque, se habrán ocultado. «Hace falta un gran despliegue de personal, hacer 'plantones' en sus domicilios, buscarlos...».
Este crimen es la culminación dramática a un aumento de tensión a cuenta de los botellones en plena escalada de contagios por covid. Ocurre en varios municipios del País Vasco, pero especialmente en Amorebieta, donde el Ayuntamiento ya había reforzado a la Policía Municipal y había pedido «especial atención» a la Ertzaintza. Lo había hecho sin mencionar expresamente el problema del botellón para evitar criminalizar a los jóvenes.
Un debate que está en el ambiente desde que muchos reaccionan con violencia e incluso con agresiones a los agentes cuando tratan de disolver estas reuniones descontroladas en la vía pública (el Gobierno vasco pide limitar la movilidad de 1.00 a 6.00 de la mañana para frenar la quinta ola pandémica). Ha ocurrido el pasado fin de semana en lugares como Plentzia, Arrigorriaga, San Sebastián o Villabona. En el último mes también ha habido dos ataques homófobos en Amorebieta.
Criminalización
Con este panorama, agentes de los distintos cuerpos policiales llevan tiempo alertando del incremento de la agresividad de ciertos individuos que, parapetados en las aglomeraciones de los botellones, han provocado lesiones en varios uniformados. Frente a las acusaciones de criminalización de la juventud, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, replicó esta semana que quienes ejercen la violencia «se criminalizan a sí mismos».
El presidente de Eudel y alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, también mostró este miércoles su preocupación por los «actos incívicos y violentos» que sufren los municipios vascos en las últimas semanas y que, además, agravan la situación de la pandemia. Urtaran condenó con rotundidad la agresión de Amorebieta y, en cuanto a la falta de control de los botellones, alegó que «no se puede poner un policía detrás de cada vecino y vecina». También apuntó que el toque de queda sería un mecanismo efectivo contener la situación.
El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, también se mostró escandalizado: «¿Pero cómo se puede llegar a hacer algo así? ¿Qué les pasa a los autores para llegar a hacer algo así? Tenemos que erradicar totalmente este tipo de comportamientos».
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