«Las pantallas no te exigen nada, no te frustran y no favorecen la interacción»
«Los padres son conscientes de que es algo que hay que controlar, pero tal vez no tanto de su importancia», observa
El neuropediatra del Hospital Donostia Borja Laña admite cierta «preocupación» por el uso generalizado de pantallas entre los más pequeños y propone alternativas que ... fomenten la interacción con el entorno y el resto de personas.
– ¿Cómo influyen las pantallas en el desarrollo neurológico de los niños?
– Su uso inadecuado supone una influencia negativa, sobre todo en niños menores de 2 años. Esta edad es la más crítica sin duda y lo ideal es que no tengan ningún tipo de acceso a pantallas.
– No hace falta irse muy lejos para ver que en la mayoría de espacios esto no se cumple. ¿Hasta qué punto le preocupa?
– No hay que lanzar alarmas innecesarias pero estamos preocupados. Se ha visto que cuando expones a un niño a un uso excesivo hay riesgo de que el lenguaje esté más limitado. No son unos cambios brutales de que el niño vaya a dejar de hablar, pero sí pequeños empeoramientos. Además, influyen también en la capacidad de atención y la interacción.
– ¿Cómo explicar a los padres cómo funciona el cerebro de un niño?
– Es un proceso dinámico de interacción entre el cerebro y su entorno, que le conduce a la adquisición de funciones psíquicas, cognitivas y desarollo de la personalidad. Todo esto se traduce en mejorar la capacidad de entender el entorno, razonar, resolver problemas, planificar las respuestas, elegir la ejecución más adecuada... En definitiva, el aprendizaje y la adaptación, lo que es la inteligencia. Este proceso es evolutivo y está muy condicionado por supuesto por las aptitudes de cada persona, pero también de manera muy importante por cómo es la calidad de esa interacción con el entorno y los estímulos a los que se está sometido. Y este es un punto fundamental para entender por qué las pantallas pueden tener o no un efecto negativo en el neurodesarrollo.
«Cuando expones a un niño a un uso excesivo hay riesgo de que el lenguaje esté más limitado»
– Ofrecer un móvil es más fácil que bajar al parque o ponerse con un juego de mesa como propone.
– Claro, todo este proceso de entender el entorno, de jugar, aprender... es mucho más simple o menos rico con una pantalla, que no molesta como lo puede hacer un hermano y tampoco hace trampas ni exige nada, ni te frustra. Las pantallas son muy comprensivas con los niños y no favorecen esa interacción. Además, no permiten que entrenemos nuestra capacidad de atención. Cuando ves un vídeo de Youtube, TikTok o cualquier dibujo animado, te están dando estímulos constantemente para que la atención no decaiga.
– ¿Se percibe en las consultas niños afectados por uso excesivo de estos dispositivos?
– Sí, aunque hay que ser un poco prudentes porque está en el contexto de muchas cosas y las pantallas son algo más. Además, es una realidad relativamente nueva y un proceso que estamos estudiando y aprendiendo, porque a veces es difícil investigar sobre este aspecto. Es complicado ver hasta qué punto alguien ha usado pantallas o no, cuánto, en qué contexto... Pero ya hay suficientes datos como para poder hacer algunas recomendaciones, como cero pantallas por debajo de los dos años y entre 2 y 5 años, nunca más de 60 minutos.
– ¿Se cumple?
– Cada vez vemos más niños que esa recomendación de máximo de 60 minutos es lo mínimo que lo utilizan y es una fuente frecuente de peleas en casa. Los padres sí son conscientes de que hay que controlarlo, pero tal vez no tanto de su importancia. Hay que promover actividades alternativas, juegos con otros niños... A la postre está visto que mejoran las capacidades sociales, de atención y del lenguaje.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión