Dos o tres horas de estancia máxima para no saturar la playa
La finalidad es facilitar la elaboración de planes de contingencia que minimicen el riesgo de transmisión del SARS CoV-2
Mantener el distanciamiento social de dos metros, no compartir toalla, reducir el tiempo de estancia a dos o tres horas para no saturar los arenales, estrechar la vigilancia a los menores y lavar toallas y trajes de baño tras su uso. Son cinco de las recomendaciones incluidas en la guía elaborada por el Departamento de Salud en previsión del incremento de usuarios que se espera registrarán las playas guipuzcoanas a partir del próximo lunes, dado que el previsible paso de Euskadi a la fase dos conllevará, entre otros, la posibilidad de darse un chapuzón en playas y pantanos y tumbarse el sol. En Gipuzkoa, algunos ayuntamientos como Donostia o Hondarribia ya han decidido que lo permitirán, otros, como Deba, esperan a la decisión mancomunada con otros municipios para «la gestión del uso de la playa» en la fase dos. Pero algunos ciudadanos se adelantaron ayer y sin el permiso aún pertinente se tumbaron en la toalla y se bañaron en alguna playa, lo que obligó a actuar a la Ertzaintza y Policía Local.
Solo desde el lunes, por tanto, y en las localidades que así lo anuncien, se podrá realizar un uso recreativo de los arenales, pero con distancia, en un horario aún por determinar -es posible que se eliminen las franjas pero se reserve un espacio para los mayores-, aunque la temporada oficial no comenzará hasta finales de junio o 1 de julio. Entonces se habilitarán servicios de baños o socorrismo, porque otros como toldos desaparecen.
Ante esta temporada insólita, en su manual de prevención del SARS CoV-2, Salud recuerda que la principal vía de transmisión en playas, ríos, lagos y piscinas son las secreciones respiratorias por la tos, los estornudos y el contacto de persona a persona, por lo que mantener una distancia de dos metros sigue siendo la mejor manera de minimizar el riesgo de infección. Por el contrario, resulta «muy poco probable» el contagio al contacto con el agua, sobre todo si es salada. Sin embargo, advierte de que durante el baño se tiende a reducir la distancia social. Asimismo, la acción conjunta de la sal marina, los rayos solares y la alta temperatura de la arena favorecen la inactivación de los agentes patógenos.
A estas alturas de la pandemia, varias recomendaciones sanitarias resultan obvias. Como la de acudir a un centro de salud y no a la playa en caso de tener «síntomas compatibles» (fiebre, tos, dificultad respiratoria…), lavarse las manos «frecuentemente», cubrirse la boca al toser y respetar los dos metros de distancia con las personas con las que no se conviva.
Antes de acudir a una zona de baño, se sugiere consultar «las condiciones de uso, de acceso y aforos», dado que estará regulado. De hecho, Donostia ya ha avisado de que La Concha permanecerá cerrada durante la pleamar.
De forma solidaria, invita a planificar «estancias más cortas» de un «máximo de 2-3 horas» a fin de «reducir aglomeraciones» y posibilitar que más personas puedan «compartir» la arena. También incide en la vigilancia a los menores para que cumplan las medidas preventivas, en no compartir toallas y lavarlas siempre tras su uso al igual que el traje de baño. Y desaconseja las hamacas, o desinfectarlas. Por último, apela al sentido común para respetar «las normas de uso» y «recomendaciones de los servicios de socorrismo».