Contando los días para tumbarse en la arena

Elisa Toledo respira «aliviada» desde que ayer se enteró de que a partir del lunes, con la entrada en la fase 2, podrá volver a tomar el sol o darse un baño en las playas de Gipuzkoa. Surfista apasionada, estas últimas semanas ha aprovechado las franjas horarias permitidas para coger olas en el arenal donostiarra de la Zurriola, «pero se echa de menos no poder acercarse a cualquier hora para darse un chapuzón o tomar un poco el sol», reconoce mientras limpia la tabla después de haber surfeado.

Cuando el sol pega, acercarse a la arena es uno de los mejores planes para aquellos que viven cerca de la costa. Y Elisa es una de ellas. Adora meterse al agua no solo para practicar el que es uno de sus deportes favoritos, también para refrescarse «y desconectar. Disfrutar de un rato sola, sin niños, porque hasta ahora la mayoría de veces que he pisado la arena ha sido con mi hijo pequeño», admite. Por el momento, no ha visto ninguna escena preocupante. «Mientras que hagamos uso del sentido común no tiene por qué haber ningún problema. Ha llegado el momento de que las autoridades confíen en nosotros».

Por lo general, la opinión de los guipuzcoanos coincide. La mayoría se llevó una «gran sorpresa» con el anuncio de la apertura de las playas para su uso recreativo en poco menos de cinco días. Para Juan Bautista ya era «necesario», aunque espera que «ahora la gente no vaya como loca a bañarse o tomar el sol. Tenemos que disfrutar de los días claros, pero sin ser exagerados. Todavía es mayo y en esta época las playas no suelen estar muy llenas», dice.

Quienes también celebraron la noticia fueron la familia formada por Jenifer y Ryan Garlough. Ella francesa y él canadiense, residen desde hace un tiempo en San Sebastián. A Ryan le gusta surfear y ya lleva días cogiendo olas, pero lo que más desean ambos es poder pasar unas horas «tranquilos» en la playa con su hija. Además, señalan, «aquí mantener la distancia no es complicado. En el agua es bastante sencillo y en la arena, habitualmente, nos colocamos a un par de metros de los de al lado».

Mientras que no haya aglomeraciones, Jenifer y Ryan ven en los arenales guipuzcoanos un lugar seguro. «Son amplios y este año que no va a haber mucho turismo no creo que se llenen», apunta él, a lo que ella asiente, y añade que «en el supermercado e incluso paseando puedes cruzarte con más personas de las que se concentran en las playas un día normal. Y si se va a controlar el aforo, mucho mejor».

Precisamente, esa es una de las intenciones del Ayuntamiento de San Sebastián para cuando comience la temporada a finales de junio. Pese a que estas primeras semanas bastará con mantener la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias, la intención es habilitar controles de aforo y limitar varios servicios, lo que transmite «cierta tranquilidad» a Borja Carriquiri y Jana Moaso.

La playa se ha convertido en uno de sus lugares preferidos para pasear a su perro 'Leo' o dar una vuelta al atardecer. Tienen «ganas» de poder tumbarse un rato bajo el sol acompañados de un libro o escuchando música, pero «sin descontrol. Por eso se agradece que, poco a poco, vuelva la normalidad, aunque esperemos que la gente sea prudente. Para los pocos días de verano que tenemos en Donostia al menos podremos aprovecharlos».

La incertidumbre ha sido uno de los mayores enemigos de la ciudadanía durante la pandemia. ¿Qué va a pasar en la fase 2? ¿Y en la 3? Silvia Villanueva ya no sabe qué se puede hacer y qué no. Lo que sí ha entendido a la perfección es el horario con el que puede salir con sus hijos Vega y Oliver. «Cuando hace bueno, nos acercamos a la playa. Es un privilegio porque estamos solos». Ante esta situación, no tiene reparos para admitir que a ella, «desde un punto de vista egoísta», no le afecta «mucho» la nueva medida. «Es más, cuanto más vacío esté esto, mejor».

En cualquier caso, las ganas de playa no han desaparecido con el coronavirus. Ni siquiera para aquellos que como Iñaki Castillo pasean por ella casi a diario: «Es el mejor plan para los días soleados, pero con control».