Científicos hallan una cuarta especie de carabela portuguesa: «Puede ser clave para mejorar la gestión de estos seres»
El estudio, basado en el análisis genético de 151 ejemplares y 4.000 imágenes de iNaturalist, demuestra que la variación genética está altamente dividida en el océano abierto, incluso en especies con gran capacidad de desplazamiento
J. F.
Miércoles, 6 de agosto 2025, 06:55
Un estudio internacional ha sacudido el conocimiento científico que existía hasta el momento sobre la ya de por sí misteriosa carabela portuguesa, ese organismo marino conocido por su característica vela y sus dolorosas picaduras. Lejos de ser una única especie global, una investigación publicada en la revista Science Direct ha revelado que este hidrozoo colonial es, en realidad, un conjunto de cuatro especies distintas, una más de lo que se pensaba, y que puede contribuir saber mejor cómo se desplazan.
El estudio, que ha contado con la participación del Centro Andaluz de Biología de Desarrollo y el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, se ha basado en la secuenciación del genoma de 151 ejemplares y el análisis de más de miles de fotografías recopiladas en iNaturalist, una plataforma global de ciencia ciudadana. Los resultados han permitido identificar cuatro tipos de Physalia con distribuciones geográficas diferenciadas: Physalia physalis (la que más visita la costa cantábrica), Physalia utriculus, Physalia megalista, y una cuarta especie, Physalia minuta, que ha sido descrita por primera vez en este trabajo.
Nuevo hallazgo
El reciente estudio no solo ha revelado la diversidad oculta de la carabela portuguesa, sino que también ha confirmado la existencia de esta cuarta y nueva especie, descrita por primera vez en este trabajo: Physalia minuta. Esta identificación ha sido posible gracias al análisis genético de 151 ejemplares y a la revisión de más de 4.000 imágenes de la plataforma iNaturalist. Aunque comparte la estructura general del género, incluyendo el flotador gelatinoso en forma de vela que permite el movimiento con el viento, Physalia minuta fue descrita por los autores como un nuevo linaje distinto.
Características de las carabelas portuguesas
Tradicionalmente confundida con una medusa, la carabela portuguesa es un organismo colonial compuesto por cientos de individuos especializados que cooperan como un único ser vivo. Su distintivo flotador gelatinoso con forma de vela le permite desplazarse con las corrientes y el viento, facilitando su dispersión a gran escala. Esta capacidad de viaje de larga distancia había llevado a la hipótesis de que se trataba de una población panmíctica, es decir, bien mezclada a escala global. Sin embargo, esta nueva investigación cambia la idea de que el medio marino, al carecer de barreras físicas evidentes, impide la diferenciación genética en organismos con alta capacidad de dispersión.
Océanos con fronteras
El estudio sugiere que, sorprendentemente, las poblaciones genéticamente uniformes son una anomalía y no la regla en los invertebrados marinos. «Al contrario de lo que se suele pensar, las poblaciones uniformes son una excepción y no una norma en los invertebrados marinos», se destaca en el informe. Esta fragmentación genética es común, incluso en el vasto océano abierto. De hecho, el propio estudio subraya que «la diversidad del océano abierto ha sido sistemáticamente subestimada».
Al contrario de la creencia popular, el estudio sugiere que las poblaciones genéticamente uniformes son, en realidad, una excepción. Esto se debe a que, incluso en estas especies con gran capacidad de dispersión, existen «barreras invisibles» formadas por los patrones predominantes de corrientes oceánicas y vientos que pueden alinear y mantener subpoblaciones regionales distintas. Este fenómeno demuestra que, incluso en un entorno aparentemente ilimitado, la variación genética está altamente dividida en el océano abierto, lo que lleva a la conclusión de que la diversidad del océano abierto ha sido sistemáticamente subestimada.
Colaboración de miles de ciudadanos
Un aspecto destacado de este descubrimiento es que tres de las especies propuestas coinciden con clasificaciones realizadas en los siglos XVIII y XIX, lo que confirma antiguas hipótesis que habían sido descartadas por falta de pruebas concluyentes. «Este hallazgo ha sido posible gracias a un inmenso esfuerzo de recolectar los especímenes por todo el mundo, lo que ha permitido revelar la existencia de distintas especies y características genéticas», afirma Ozren Bogdanovic, investigador del CABD y uno de los autores del estudio. La colaboración de miles de usuarios a través de iNaturalist también fue crucial, aportando información visual que complementó el análisis de ADN.
Este avance tiene implicaciones importantes para la conservación marina y la salud pública. Laura Prieto, investigadora del ICMAN y colaboradora en el estudio, señala que «este trabajo transforma la comprensión que teníamos de la conectividad marina y puede ser clave para mejorar la gestión y conservación de estas especies». Tratar a todas las carabelas portuguesas como una única población global podría llevar a ignorar dinámicas locales que requieren protección específica.
Riesgos para la salud
La presencia de estas criaturas en las costas representa un riesgo médico para los bañistas y puede provocar cierres de playas, afectando negativamente la actividad turística. La investigación refuerza la necesidad de entender mejor los factores que influyen en su dispersión. El estudio advierte que «su llegada a zonas costeras representa un riesgo para la salud de los humanos y puede afectar el turismo mediante cierres de playas. Estos impactos refuerzan la necesidad de comprender los factores que influyen en su dispersión y distribución».
Con la confirmación de la existencia de cuatro especies distintas, se abre una nueva etapa en el estudio de estos fascinantes organismos, obligando a repensar manuales, estrategias de conservación y cómo se aborda la biodiversidad marina en el futuro.