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Vicco también ilumina San Sebastián en una noche de precisión y energía pop
La artista catalana combinó espectáculo visual, melodías pegajosas y experimentación sonora en la segunda jornada de la Semana Grande donostiarra
Pablo de León
Lunes, 11 de agosto 2025, 06:46
San Sebastián se vistió anoche de luces, mar y música para recibir a Vicco en la segunda jornada musical de la Semana Grande. Bajo ... un cielo despejado y con una brisa marina que suavizaba el calor de agosto, una multitud de personas —familias, grupos de amigos y curiosos que se acercaron tras los fuegos artificiales— se congregaron para ver a una de las artistas pop más en forma del panorama nacional. Lo que Vicco ofreció no fue solo un desfile de éxitos, sino una declaración de intenciones sobre qué significa ser artista pop en 2025.
La apertura, con «Engatusao» y «Volver a Nacer», funcionó como una advertencia: aquí había producción cuidada, bases electrónicas sólidas y una cantante que entiende la importancia del espectáculo visual. Vicco convirtió el escenario en un escaparate de energía coreografiada y controlada al milímetro. La espontaneidad, por tanto, no fue el motor de la noche, sino la precisión.
Ese control no restó cercanía. «Como Britney» y «Te Quiero» sirvieron para medir la complicidad con el público joven, que respondió cantando cada palabra. Hay en Vicco un manejo instintivo de los picos emocionales: sabe cuándo entregar una canción ascendente para el salto colectivo y cuándo bajar la intensidad para dar un respiro. El ejemplo más claro llegó con «Me Muero x Ti», interpretada bajo un mar de luces púrpuras que crearon un momento íntimo en mitad del bullicio.
En la sección central, la cantante se permitió experimentar. Temas como «Estic Paprika», «Rampipampi» o «Misiles» se alejaron de la fórmula fácil, con estructuras menos previsibles y texturas electrónicas más densas. Vicco mostró que su ambición va más allá del single radiofónico: hay voluntad de ampliar su paleta sonora, aunque todavía con un pie bien plantado en el terreno seguro del pop bailable.
El punto más emotivo llegó con «Universo en contra», pieza que hasta la fecha sólo se puede escuchar en directo. Una canción exclusiva que premió al espectador con el timbre cálido y el fraseo preciso de la artista catalana, recordando que detrás del brillo escénico hay una intérprete que puede sostener una canción sin necesidad de capas de producción. Fue un momento breve, revelador y con el Vicco pudo compartir un momento de intimidad con el público.
El tramo final volvió al terreno conocido con «Bailar y llorar», «Viento» y «Lila», una elección de temas que elevaron la temperatura antes del inevitable cierre con «Nochentera». Aquí se desató la euforia colectiva: el estribillo convertido en grito común, cuerpos moviéndose sin espacio y la sensación de que, aunque la canción ya es omnipresente, sigue funcionando como himno generacional.
La actuación de Vicco fue un ejercicio sólido de pop contemporáneo: pulido, efectivo y perfectamente engrasado. Quien busque riesgo artístico extremo quizá no lo encuentre aquí; pero quien quiera experimentar melodías pegajosas, producción impecable y un espectáculo visual coherente, saldrá satisfecho. Vicco no pretende reinventar el género, pero lo domina con una seguridad que, en directo, se traduce en un pulso firme entre el artificio y la emoción.
El testigo de Vicco lo recogerá OBK, referentes indiscutibles del pop electrónico en español. Sagüés acogerá una noche de sintetizadores y recuerdos capaz de atraer tanto a nostálgicos noventeros como a nuevas generaciones curiosas.
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