El polémico letrero turístico de Donostia se retira para su reforma

Desde el 15 de febrero, día en que se anunció su colocación, el letrero con grandes letras azules no ha dejado indiferente a nadie. Los responsables turísticos de la ciudad, de Gipuzkoa y del Gobierno Vasco explicaron la iniciativa como un reclamo más para los visitantes que contribuirá a que estos se acerquen al Palacio de Miramar. El diputado foral Denis Itxaso calificó de «acierto» el letrero y su ubicación si se tiene en cuenta que La Concha es «el lugar más fotografiado de Euskadi» y que el auge de las redes sociales permitirá «situar» y «asociar» esta emblemática imagen al nombre y «la marca de la ciudad». En el acto de presentación participaron, además del responsable foral; el director de Basquetour, Harkaitz Millan; el alcalde, Eneko Goia; y el concejal Ernesto Gasco.

Las palabras «Donostia San Sebastián» están apoyadas en una base metálica y realizadas en material epoxy con unas dimensiones de 4,30 metros de largo por 2,30 metros de alto y medio metro de grosor. Su llamativo color azul contrasta con el verde de los jardines y se proyecta sobre el paisaje de la bahía. Desde el primer día el letrero suscitó división de opiniones entre los donostiarras y atracción entre los turistas, que no dudaron en llevarse como souvenir una fotografía junto a las letras con La Concha de fondo.

Hubo quienes criticaron que la ciudad tenga que seguir tendencias que ya se están cuestionando en otras ciudades y también afearon el lugar elegido. Otras voces cuestionaron el gran tamaño de las letras, incluso que el letrero estuviera emplazado en pendiente. Pocos días después de su colocación, el alcalde, Eneko Goia, quitó hierro a la polémica y recordó que el elemento no era inamovible, de manera que si fuera necesario «cambiarlo de sitio, se cambia con toda naturalidad».

Fuentes municipales explicaron este miércoles que el polémico letrero turístico fue retirado el lunes para ser sometido a «un cambio de material». No será la única modificación porque una vez retirado de su ubicación inicial parece que el elemento volverá a los jardines de Miramar para ocupar una nueva posición dentro de ese mismo entorno. Veremos si esta vez su aspecto y lugar suscitan más consenso entre donostiarras y visitantes.