La esperanza siempre es de color verde

Evidentemente, el desenlace de la regata dependerá únicamente de lo que suceda el domingo en el agua. En esos 20 minutos se decidirá la victoria. El pasado no cuenta. Pero da pistas. Además del botín de 7.92 segundos reunido el domingo respecto a Zierbena, que se ha quedado como único obstáculo hacia la bandera para los hondarribiarras, está la trayectoria al alza que ha dibujado este verano la tripulación patroneada por Ioseba Amunarriz. «Si hacemos nuestro trabajo, vamos a tener la opción de ganar», aseguraba el patrón hondarribiarra el sábado en la rampa del muelle. Hoy esas opciones han crecido tras el resultado de la primera jornada, que ha descartado a Santurtzi y Orio, salvo que el domingo se dé un maremoto como el que en 2017 permitió a la San Nikolas su remontada de película.

Siempre quedará la duda de cuál habría sido el rendimiento de la Sotera en la misma tanda que Hondarribia, Zierbena y Orio. Bogó en la primera y la ganó pese a ir por la calle 1 que luego le correspondió a Cabo. Con los santurtziarras a 19 segundos y los oriotarras a 23, en circunstancias normales la bandera está entre Hondarribia y Zierbena.

Hondarribiarras y galipos son dos equipos que han ido a más de forma notoria a lo largo del verano. Sus traspiés de julio desaparecieron en agosto, mes en el que especialmente emergió la Ama Guadalupekoa hasta reengancharse a la lucha por una Liga Eusko Label que parecía haber perdido tras las primeras cuatro semanas. Su último puesto en la segunda jornada en A Coruña tras haberse impuesto la víspera, y el noveno seis días después en la bahía donostiarra penalizaron a un bote que ya ha recuperado la fiabilidad en cuanto a sensaciones y resultados.

Algo similar se puede afirmar de los entrenados por Juan Zunzunegui. Sus peores resultados llegaron en julio, mientras que en agosto solo una vez bajó del cuarto puesto, el día 29 en Ares, cuando fueron séptimos a 41 segundos de los hondarribiarras, que lograron su sexta victoria liguera de la temporada. El triple que la siguiente trainera en este ranking, Santurtzi. Dos tienen Zierbena, Orio y Urdaibai, por una Donostiarra.

A lo largo del verano, sin contar las regatas de febrero y marzo previas a la pandemia que lo ha condicionado todo, Hondarribia y Zierbena se han enfrentado en 17 ocasiones al margen de en la Bandera de La Concha. El bagaje de los duelos directos favorece a los guipuzcoanos por un estrecho nueve a ocho que mantiene a la Ama Guadalupekoa con las orejas tiesas.

Sin embargo, hay un dato que alimenta la llama en Hondarribia. De las ocho ocasiones en las que Zierbena acabó por delante, solo en cinco lo hizo por un margen que les permitiría remontar el domingo. La primera, que sucedió por demérito de los bidasotarras, fue en su aciaga segunda jornada en A Coruña. Ese día defendían una renta de casi dos segundos con Santurtzi y 16 con Orio y Urdaibai. Lejos de hacerla buena, protagonizaron la peor actuación en popare que se les recuerda. Fueron últimos a 39 segundos de Orio, que ganó, y a 30 de Zierbena, quinta.

Los galipos salieron airosos en otras cuatro regatas por más de ocho segundos. Solo en dos lo hicieron en un mano a mano en la misma tanda. Ambas, en julio: en la segunda de las tres tandas en la Ikurriña de Getxo que se anotó Orio, y en el Campeonato de Euskadi en Lekeitio, donde Zunzunegui alineó a su tripulación sin cupos que dos días después batió a la San Nikolas en el Campeonato de Euskadi en Pedreña, donde no remó Hondarribia.

Desde esa derrota en el entorchado autonómico, Hondarribia ha superado a Zierbena las cuatro veces que han coincidido en la misma tanda. Cinco si se le añade la regata del domingo en La Concha. En todas ellas, Orbañanos alineó esa alineación con sus once supervivientes de la victoria de hace un año en La Concha. Las tres caras nuevas tanto en Zarautz como en Donostia fueron Ander Legazkue, Alain Osanbela y Gaizka Gorostiaga. En la regata de Hondarribia, Battit Ondicola suplió a Legazkue y en Sestao Julen Fernández remplazó a Gorostiaga. Un equipo con ocho canteranos.

Zierbena suele montar a tres jóvenes remeros de casa en la ACT, aunque fuera de ella no tiene a ningún canterano. Curiosamente, el único vasco es el aiarra Mikel Portularrume, canterano aguilucho. Los galipos son duros de roer, nunca bajan la guardia. Pero Hondarribia va de mano, y la esperanza es verde.