La renovación de Jon Guridi, en punto muerto
La intención de la Real Sociedad es mantener las condiciones de su actual contrato hasta que venza en 2022 para estirarlo después durante dos temporadas más hasta 2024
Algo pasa con Jon Guridi. El azpeitiarra, que el domingo cumplió 26 años, ha desaparecido del mapa en febrero cuando venía siendo una de ... las revelaciones de la temporada. El lunes en la visita al Real Madrid ni tan siquiera llegó a saltar al terreno de juego en un partido en el que eran bajas Illarramendi y Merino y en el que la Real Sociedad defendía un gol de renta. Hasta Aihen, un defensa, entró de refresco para jugar en el centro del campo antes que él y la afición está con la mosca detrás de la oreja.
Su pérdida de protagonismo en el equipo ha coincidido en el tiempo con las negociaciones para su renovación, que se encuentran estancadas. Hace dos meses este periódico ya informó de que la Real Sociedad estaba en conversaciones con el entorno de Jon Guridi para ampliar su contrato, algo que confirmó el propio Roberto Olabe en la comparecencia que tuvo ante la Prensa en el Reale Arena antes de viajar a Turín para el enfrentamiento contra el Manchester United. Pero en este tiempo no ha habido avances y la situación se encuentra como al principio. No obstante, el futbolista tiene firmado hasta 2022, por lo que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo.
La intención del club es estirar su vínculo dos años más, hasta 2024, tal y como ha hecho en los últimos meses con Le Normand, Gorosabel y Aritz, y como pretende con Aihen, que también termina en 2022. En el caso del azpeitiarra desde Anoeta se le mantendría el contrato actual hasta el 30 de junio de 2022, para revisárselo en las dos temporadas posteriores hasta 2024.
La cuestión es que Guridi arrastra ahora mismo el contrato más viejo de la plantilla, el que firmó hace cuatro años en marzo de 2017 nada más debutar en Primera en Vitoria, y tiene unas condiciones muy bajas, ya que es el habitual que se hace a los chavales del Sanse que se estrenan con la Real o están a punto de hacerlo. La suya es una de las tres fichas más bajas de la plantilla, algo que no se corresponde al rendimiento que ha ofrecido.
Esta temporada ha participado en 15 partidos y ha totalizado 692 minutos entre Liga, Copa, Europa League y Supercopa. Y eso que estuvo un mes de baja por una lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna izquierda que le tuvo un mes de baja. Pero por encima de sus números, lo que más ha impactado es su influencia en el equipo, ya que cada vez que ha jugado su presencia ha repercutido muy positivamente en el colectivo.
Ha sido titular en siete encuentros: en Balaídos (1-4), ante el Huesca en Anoeta (4-1), en San Mamés (0-1), el Pizjuán (3-2), en la Supercopa (1-1), contra el Betis en casa (2-2) y en la Copa en el Villamarín (3-1). También jugó la segunda parte entera frente al Granada (2-0) y en Córdoba (0-2) en la Copa, así como minutos sueltos en Anoeta ante Nápoles, Osasuna y Alavés, y fuera en el triunfo de Cádiz y los empates en Villarreal y Manchester.
Con él sobre el campo la Real presenta un bagaje goleador de 16 tantos a favor y 6 en contra en los 692 minutos que ha jugado. Solo ha habido un partido con parcial adverso, el del Pizjuán, ya que se retiró con 3-2 perdiendo. En los catorce restantes, su balance es de empate o victoria.
Un camino difícil
La trayectoria de Guridi no ha resultado nada sencilla, ya que una grave lesión nada más debutar en Primera con la Real Sociedad en Mendizorrotza en marzo de 2017 estuvo a punto de acabar con su carrera. Todo empezó con unas molestias en la rodilla en un entrenamiento y al someterse a las pruebas médicas le detectaron una compleja lesión de cartílago: una osteocondritis disecante en el cóndilo interno que le obligó a pasar por el quirófano.
El curso 17/18 se lo pasó prácticamente en blanco, salvo 49 minutos repartidos en cinco encuentros. Aunque la operación salió bien, las molestias le acompañaron durante más de un año, lo que le impidió entrenarse en condiciones. La campaña 18/19, la que empezó Garitano, el club le mantuvo con el primer equipo pero le hizo dorsal del Sanse para que fuera teniendo minutos. Problemas musculares le mantuvieron inactivo hasta noviembre. De ahí a enero fue titular en seis partidos y marcó dos goles, y en el mercado de invierno fue cedido al Mirandés, que peleaba por subir a Segunda División.
Tras el ascenso, desde Miranda no tardaron en pedir la prolongación de su cesión, algo que se vio favorecido por la llegada de Iraola, quien apostó personalmente por él. La temporada pasada se fue hasta los 41 partidos, 36 en Liga y 5 en Copa, en los que marcó tres goles y dio cuatro asistencias. Fue uno de los tres mejores centrocampistas de la liga y la semifinal de Copa terminó por consagrarle.
Un jugador muy válido
En los seis meses de esta temporada se ha revelado como un jugador polivalente, que lo mismo ha actuado en la segunda altura del centro del campo, dando descanso a Merino como interior, que en la tercera como enganche para pisar área y llegar al remate cuando Silva estuvo ausente. Se le ve más cómodo jugando de cara en zonas retrasadas, aunque arriba se va acostumbrando a manejarse de espaldas, una ubicación en la que jugó alguna vez en el Sanse. Aunque no ha marcado ningún gol, hasta el momento ha dado una asistencia, a Isak en el 1-0 contra el Betis en Anoeta, y ha provocado dos penaltis, ante el Huesca y el Granada.
Guridi tiene el contrato más viejo de la plantilla, ya que lo firmó en marzo de 2017 tras su debut, y uno de los tres más bajos
Situación
Su situación contractual no se corresponde con el rendimiento ofrecido por una de las revelaciones de la presente temporada
Desequilibrio
Esa versatilidad, unida a un tremendo potencial físico, una buena visión de juego y calidad en el pase, le han convertido en una pieza importante en varios momentos de la temporada. Su mejor partido fue en la victoria en San Mamés y también cuajó una destacada actuación en la Supercopa ante el Barcelona.
A pesar de que la renovación está estancada, es de esperar que haya margen de maniobra para llegar a un acuerdo. Tiempo hay por delante, aunque hay que recordar que seis meses antes de que concluya un contrato –en este caso el próximo 1 de enero– cualquier jugador es libre para negociar y firmar con otro club.
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