Una oportunidad histórica

Esa es la sensación que se aprecia en la previa de un partido en el que Anoeta volverá a estallar cuando el balón eche a rodar. La Real recibe en la ida de los octavos de final de la Europa League al Manchester United sin sentirse inferior, con la confianza de que puede eliminar a un gigante venido a menos que además aterriza en Donostia con una docena de bajas, solo dieciocho futbolistas convocados siendo dos de ellos los porteros. Tan solo trece pertenecen a la primera plantilla de Rúben Amorim, que decida lo que decida solo tendrá cinco futbolistas de campo con los que cambiar el plan de partido.

La Real está mejor, al menos de efectivos, aunque ayer Imanol reconoció que varios de ellos están seriamente tocados y que incluso deberán probarse en el calentamiento. Las miradas apuntan a Zubimendi y Oyarzabal. El primero tuvo que ser sustituido en Barcelona por problemas en el isquio y se ejercitó en el entrenamiento a puerta abierta en Zubieta. En los primeros quince minutos abiertos a la prensa se entrenó como uno más, aunque no es la primera vez en la que Imanol enseña a sus tocados y luego los mete para dentro. Más de lo mismo con Oyarzabal, que el domingo no estaba ni para entrenarse y por eso no jugó ni un solo minuto y un día después se vistió de corto en Zubieta. La presencia de Mariezkurrena en la convocatoria invita a pensar que alguno de los futbolistas de ataque no está en plenitud de condiciones.

Imanol ha cuidado a sus pupilos hasta tal punto de que tendrá disponible a su once de gala si Zubimendi no dice lo contrario. El fin de semana no disputaron minutos Aguerd, Zubimendi, Brais, Sucic, Kubo y Oyarzabal, por lo que deberían estar frescos y con una marcha más para poder competir ante el Manchester United. Remiro, Aramburu, Zubeldia, Aihen y Barrenetxea deberían completar el once de gala para tratar de conseguir un resultado favorable con el que poder soñar en el Teatro de los Sueños.

La Real no pudo competir ante el Barcelona como sí hizo ante el Madrid y ahora se le presenta una nueva oportunidad ante un equipo en construcción con un entrenador nuevo al que la prensa inglesa le está dando hasta en el carnet de identidad. Rúben Amorim tiene la complicadísima tarea de devolver al United al prestigio futbolístico que tiró por la borda, sin olvidar que los 'red devils' tienen calidad suficiente como para en dos zarpazos asestar golpes a una escuadra txuri-urdin que si los recibe primero suele dudar.

Amorim tiene trece futbolistas del primer equipo y un once de primerísimo nivel por mucho que estén cuajando la peor Premier League de la historia del club. El United es el United. Si el Manchester quiere jugar en Europa la temporada que viene deberá ganar la Europa League dejando por el camino a la Real. El portugués solo debería tener dos dudas, quién sustituirá a Maguire, que se quedó en Inglaterra por lesión, y quién será el acompañante de Bruno Fernandes, si Casemiro y un perfil mucho más defensivo o Eriksen, con mucho más pie y más calidad.

Los ingleses se deben a Bruno, su estrella, que pese a que juega ahora como mediocentro y mucho más cerca de la base, sigue siendo el futbolista que más peligro está generando. Pese a ello, Amorím tiene a tres bichos arrima como Garnacho, Zirkzee y Hojlund, delantero danés que se hinchó a meter goles en el Atalanta pero que ahora mismo no está teniendo demasiada fortuna. Onana, que brilló con el Ajax, tampoco genera mucha confianza. Si la Real le aprieta en la salida de balón puede encontrarse con el gol sin pestañear.