Esteban se abre a pactar con Bildu un estatus que sea «un salto real» de reconocimiento nacional
El presidente del PNV anuncia en el Alderdi Eguna una Asamblea General el 13 de diciembre en Vitoria para «fortalecer y activar» a la militancia
Aitor Esteban arrancó este domingo su estreno como presidente jeltzale en el Alderdi Eguna con un aviso a navegantes: «Si el nuevo estatus no supone ... un salto real en reconocimiento nacional, arbitraje y presencia exterior, el PNV no estará». Se preguntó si se podrán poner de acuerdo «en algo» con EH Bildu y no descartó que quizás sea posible «en un salto estatutario hacia un nuevo estatus político». «Vamos a verlo. El PNV no va a escatimar esfuerzos para ello a pesar del inestable panorama español», remarcó sin citar en ningún momento a Pedro Sánchez.
En la «gran» fiesta jeltzale en las campas alavesas de Foronda, un día después de que el líder del PSE, Eneko Andueza, diera por «muerto» el debate sobre la independencia en Euskadi, Esteban aseguró que el PNV quiere «acuerdos, pero no decorados vacíos». Eso sí, pase lo que pase, «que no haya ninguna duda, seguiremos transformando Euskadi, reforzando el autogobierno como siempre ha hecho el PNV», remarcó. Esteban, que fue perdiendo la voz según avanzaba su discurso, proclamó que «este país mayoritariamente quiere más autogobierno y vamos a intentar conseguirlo siempre, sea completando el Estatuto de Gernika o a través de un nuevo estatus». Criticó a quienes «llegan a decir» que autogobierno no significa más bienestar y proclamó que «si este pueblo nos respalda, le llevaremos poco a poco al autogobierno pleno».
Insistió con EH Bildu y lanzó, según citó, una 'primicia': «En el momento en que convoquen elecciones en Madrid, empezará su paripé, diciendo que vamos en una lista conjunta al Congreso». «¿Para qué?», preguntó a los de Arnaldo Otegi, «si acaba de decir que hay que darle un giro de 180 grados a las políticas del país». Y les dijo que «a pesar de que la mona se vista de seda, mona se queda».
Una fiesta «redonda»
La 49 edición del Alderdi Eguna, bajo el lema 'Batzen gaituzten hariak' ('Los hilos que nos unen'), se presentó ante la militancia con un formato innovador. Después de décadas el PNV conformó un escenario circular situado en el centro de la campa «porque como partido representamos el centro y porque hemos sido centrales en la construcción de nuestro país», se explicó Esteban. Con esas credenciales, la cita en Foronda fue la de una fiesta «redonda» en palabras del líder jeltzale que reivindicó los 130 años de tradición política «intachable» del PNV y anunció que los estatutos nacionales se renovarán en una Asamblea General que tendrá lugar el próximo 13 de diciembre en Vitoria para «fortalecer y activar a la militancia» y dar así continuidad a la IX Asamblea General que se celebró en el frontón Atano III de Donostia el pasado mes de marzo, en la que fue elegido líder del PNV.
Pidió por ello a la militancia que participe, que aporte ideas e incluso que sean «disruptivos». «Que no os dé miedo proponer cosas que cambien los modelos que hemos seguido hasta ahora», expresó para indicar que, desde luego, el PNV va a seguir siendo «reconocible en lo esencial», pero también se mostró convencido de que tiene que adaptarse al siglo XXI.
Esteban expresó a la militancia que los jeltzales no son «equidistantes», sino «el centro de gravedad que mantiene Euskadi en marcha. Construimos, no incendiamos. Cumplimos, no prometemos». El presidente del PNV, que innovó con el empleo del francés para dirigirse a la afiliación de Iparralde y el inglés para decirle a Europa que «Euskadi exige su lugar como nación», destacó que el legado de su tradición política es que han construido «un país confiable» como resultado de décadas «de compromiso, de decisiones valientes, de cuidar lo que funciona y corregir lo que no». «Nuestro país no es perfecto, lo sabemos, pero sí podemos decir que hemos construido sin gritar, con rumbo fijo, buscando soluciones y respondiendo siempre con coraje, serenidad y compromiso».
Aprovechó su discurso para reclamar «implicación» a los vascos, empezando por los alderdikides y por las personas más jóvenes porque «todos y cada uno tenemos una tarea para tejer los hilos que unan los distintos puntos del país. Euskadi no necesita salvadores, necesita compromiso colectivo que empieza por cada uno».
Contra la política «del insulto»
Reconoció que la gente está cansada, «y con razón», de ver cómo desde la política se insulta, se critica, se pelea sin ninguna voluntad de construir. Describió que desde hace tiempo «tenemos en política un fuerte viento sur que hace que esos malos olores que llegan desde Madrid impregnen también a nuestra sociedad» y añadió que «a expandir ese aroma se dedica Miguel Tellado en sus excursiones a Euskadi». «Cree el PP que insultando y menospreciando al PNV va a conseguir votos. Lo que no sabe es que cuando insulta y menosprecia lo que hace es faltarle al respeto a miles y miles de vascos que confían en este partido y eso no lo vamos a permitir. ¡Os vamos a defender con uñas y dientes!», se comprometió.
No faltaron en su intervención las menciones a la ofensiva de Israel en Palestina y no tuvo ningún reparo en repetir, como ya hizo en hace año y medio en el Congreso, que lo que está cometiendo Israel «es un genocidio». Y le dijo a Aznar que «igual que no valía todo para combatir contra Franco, tampoco vale todo para combatir a un enemigo cruel y asesino como Hamás. Usar el hambre y la sed como arma de guerra, abatir a niños, atacar hospitales, arrasar con una política de tierra quemada, matar a más de 60.000 personas, no es defender la causa del mundo. Es una indecencia y un genocidio».
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