Hasta tres peritos aseguran que la niña presenta «síntomas que pueden confirmar una alteración vascular»
La bebé tiene una «veintena de patologías» de las que «sólo tres son compatibles con el síndrome del niño zarandeado»
Tres peritos que han comparecido este miércoles en la tercera sesión del juicio a los padres que presuntamente zarandearon a su hija de tan solo dos meses aseguran que la niña «presenta síntomas que pueden confirmar una alteración vascular». Es decir, que «las lesiones previas y posteriores al presunto zarandeo son compatibles con una patología genética». Sin embargo, el cuarto médico forense que ha intervenido en la sesión, perteneciente al Instituto Vasco de Medicina Legal ha mantenido que «no existen informes de los diagnósticos presentados» y que «el estudio del Hospital Donostia ya descartó una anomalía genética». Concretamente, los peritos señalan «una afectación en el cromosoma 22» de la pequeña.
Los diferentes expertos que han estudiado el caso del bebé apuntan hacia una serie de dolencias que ha desarrollado la niña en los meses posteriores a su ingreso en la UCI pediátrica del Hospital Donostia. «Sigue presentando una tendencia a las hemorragias de la cual se desconoce la causa», ha concretado uno de los peritos. Todos ellos han recalcado la importancia de «la contextualización del caso», es decir, del análisis de la situación de la pequeña. «Tiene una evidente alteración genética en el cromosoma 22. Nació con artería umbilical única, un hecho poco frecuente que puede tener efectos vasculares, renales o cerebrales. También ha tenido infecciones urinarias. Son muchas patologías objetivadas que nada tienen que ver con un zarandeo».
En este sentido, uno de los peritos ha aclarado en su intervención que «las lesiones encontradas en el hospital son compatibles con el síndrome del niño zarandeado, pero también con un trastorno genético». Dolencias «propias de un síndrome» como «alteraciones vasculares, predisposición a hemorragias o trastorno de la coagulación antes del presunto zarandeo. Por todo ello, el experto no afirma que la niña haya podido ser zarandeada. «Aunque se haya sospechado de ello, hay que estudiar todas las patologías. No se puede afirmar ni descartar que se trate del síndrome del niño zarandeado, pero se le han detectado una veintena de patologías de las que sólo tres son compatibles con dicho síndrome».
«Malformación arteriovenosa»
Otro de los médicos forenses que ha participado en la prueba pericial se ha mostrado partidario de que la etiología de las lesiones de la niña es genética. «Las hemorragias suturales y retinianas pueden ser causadas por otras patologías. Por ejemplo, se le han encontrado alteraciones compatibles con el citomegalovirus. De hecho, también nos consta una equimosis que se manifestó 8 meses después de su ingreso en el hospital, cuando ya no estaba con sus padres. Esto puede relacionarse con una malformación arteriovenosa, factor que podría ser decisivo para considerar que no hubo zarandeo».
No obstante, el médico forense al que se le asignó el informe de evaluación urgente de la niña ha subrayado que «no existen datos objetivos que confirmen un síndrome genético de la niña». También ha recordado que la prueba genética que se le realizó en el Hospital Donostia arrojó «resultado negativo». Esto es, «no se le detectaron patologías genéticas».
La vista oral finalizará mañana con la cuarta sesión del juicio en el que los progenitores se enfrentan a una pena de 7 años y 7 meses de cárcel por asesinato en grado de tentativa, petición de condena que la Fiscalía mantiene.