Los hoteles se plantean retrasar su reapertura hasta verano tras el fiasco de Semana Santa
El sector se mantiene a la expectativa de lo que determine hoy el consejo asesor del LABI y de las reservas que haya este último mes
Qué lejos queda aquella época en la que las campañas para atraer turistas fuera de los meses de verano empezaban a surtir efecto y la ... Semana Santa daba el pistoletazo de salida a una temporada turística que, con sus altibajos, se prolongaba casi hasta octubre. Pero van a hacer dos años de aquella realidad y la Semana Santa que está por venir tendrá más tintes pandémicos de lo que se esperaba a comienzos de año, lo que está obligando a muchos de los 140 hoteles de Gipuzkoa que están cerrados desde octubre, a replantearse el calendario de este 2021 y barajar la opción de no abrir hasta verano, o al menos, hasta que decaiga el estado de alarma el próximo 9 de mayo, a menos que se vuelva a prorrogar.
Tanto es así, que con todas las cartas sobre la mesa, el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, ha dejado claro que aboga por pasar de largo la Semana Santa, si eso permite salvar la temporada estival. «El sector no aguantaría otro verano como el anterior», alerta. Y con la vista puesta en llegar a junio en buenas condiciones, piden al Gobierno de Pedro Sánchez cuatro medidas: acelerar todo lo posible la vacunación y multiplicar por cuatro el ritmo para conseguir la inmunidad de rebaño necesaria; aprobar a nivel europeo un 'travel pass' o certificado sanitario que agilice los tránsitos; extender los ERTE hasta final de año, así como aprobar más ayudas directas e indirectas.
El sector del alojamiento que permanece cerrado en Gipuzkoa se debate entre esas dos posturas –si se debe apostar por Semana Santa o por el contrario es preferible poner todas las cartas en salvar el verano– y por eso mantendrá la posibilidad de hacer reservas hasta el final, y será a una semana vista aproximadamente cuando cada establecimiento tome la decisión de abrir en Semana Santa o no. Porque si algo ha demostrado la pandemia es que plantearse ciertas cuestiones –sobre todo si tienen que ver con la movilidad– a medio y largo plazo, sirve de poco. Las restricciones obligan prácticamente a jugar a la espontaneidad y ese factor hace polvo a un sector como el del alojamiento turístico, que si ya antes del Covid trataba de acostumbrarse a las famosas reservas de última hora, ahora está condenado a bailar en la cuerda floja. «El hotel tiene que tener al mismo personal trabajando haya un cliente alojado, que veinte», coincidían varios directores de hotel cuando se produjeron los cierres temporales de octubre, para ejemplificar que las cuentas no salen.
Escapadas frustradas
Los cierres perimetrales no solo afectan a los turistas que no podrán venir, también a los guipuzcoanos que no podremos visitar otros lugares. «Hay muchas ganas de viajar y lo estamos notando, pero los que preguntan lo hacen pensando en verano», subraya Elena Aguirre, miembro de la asociación guipuzcoana de agencias de viaje, quien apunta que «al haber mucha flexibilidad en las cancelaciones, sí se están produciendo algunas reservas» de cara a temporada alta.
No obstante, Aguirre lamenta el ritmo de vacunación, que no va a permitir llegar a verano con un porcentaje suficiente de la población inmunizada. «Nos están ahogando lentamente a las empresas turísticas», critica.
Entre tanto, la decisión que adoptará hoy el consejo asesor del LABI puede alterar los planes de muchos vascos para esta Semana Santa, si bien muchos ya han asumido que no se podrá salir de Euskadi. Es el caso de Héctor Delgado y Elena Gabilondo, que tenían pensado desplazarse a la casa que tienen en Alicante o ir a Sevilla a ver a la Real, «pero no se va a poder», asume esta pareja madrileño-donostiarra, que ha optado por esperar «a ver qué nos dejan hacer, porque hacer planes en pandemia sirve de poco».
Algo similar opinan Iñigo Pastrana e Itsaso Mendoza. Hace poco recibieron el anuncio de que les cancelaban el concierto al que iban a ir a París. El siguiente plan en la lista que era ir a Madrid, asumen que tampoco va a poder ser, por lo que se plantean una Semana Santa por el entorno, «pero en escapadas de día».
Al catalán Javier Delayos, que lleva un lustro viviendo en Donostia, se lo han puesto fácil. «Esta Semana Santa me toca trabajar, aunque no es una época en la que me guste viajar, porque hay demasiada gente y todo se encarece muchísimo», reconoce.
Mikaela Iturralde y Carmen Aramburu, por su parte, tienen muchas ganas de salir de Donostia. «Vale que no nos dejen hacer algo para que nos apetezca el doble», dicen estas dos amigas. «Hace un año estábamos en Benidorm, pero ahora con que nos dejen ir a Bilbao ya es un lujo».
En el caso de Víctor Ibáñez y Rosa Celayeta su plan por excelencia es «pasar temporadas entre San Sebastián y Fuengirola, pero no nos van a dejar ir», comenta este matrimonio, que asume que se quedará en la capital guipuzcoana dando paseos.
Un plan que tampoco desagrada a Isabel Peña, que está en ERTE desde marzo. «Por estas fechas solíamos ir a esquiar, pero disfrutaremos de la ciudad que tenemos, y si sale el sol, mejor todavía», dice sin mayor dramatismo.
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