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Niños jugando en el frontón Beotibar de Tolosa. Royo
La Diputación recurrirá ante el Supremo la decisión del TSJPV de tumbar la obligación del deporte escolar

La Diputación recurrirá ante el Supremo la decisión del TSJPV de tumbar la obligación del deporte escolar

El ente foral defiende que la sentencia «no es aún firme» y que la normativa que impone participar en Multikirola «sigue estando vigente»

Eneko P. Carrasco

San Sebastián

Jueves, 23 de enero 2025

La Diputación Foral de Gipuzkoa va a recurrir ante el Tribunal Supremo la sentencia judicial que anula la obligatoriedad de hacer deporte escolar para todos los niños que quieran estar en un club de las especialidades de fútbol, baloncesto, balonmano y rugby, entre otras. El fallo, emitido el miércoles por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) y conocido este jueves tras su publicación en este periódico, supuso un gran impacto a nivel social en el territorio, ya que esta normativa del deporte afecta a miles de familias.

En un comunicado oficial, el ente foral, en boca de la diputada de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes, Goizane Álvarez, aseguró que «vamos a seguir defendiendo la multideportividad como veníamos realizándola, porque seguimos teniendo muy claro que el modelo de iniciación deportiva en Gipuzkoa tiene grandes beneficios para el desarrollo de los menores y la formación de las personas». El futuro recurso de casación que van a elevar al Supremo implica, según la Diputación, que la obligatoriedad sigue vigente para los niños de 6 a 12 años que quieran inscribirse en algún club de fútbol, baloncesto, balonmano y rugby, entre otras disciplinas. «Eskola Kirola sigue siendo la actividad principal del programa de deporte escolar hasta que no se resuelva el recurso de casación por el tribunal competente», recalcó este jueves Álvarez.

La sentencia notificada el miércoles por el TSJPV declara «nulos de pleno derecho» algunos de los puntos de la Orden Foral KG-2023-0314 y de la Orden Foral 40/133/2021 por los que se aprueban el programa de actividades físicas y deportivas en edad escolar, así como el régimen general de autorizaciones de las unidades de iniciación deportiva para escolares. Es en estos apartados donde se percibe, según la Diputación, «como requisito indispensable» esa obligatoriedad de tomar parte en el programa escolar de deporte. Sin embargo, la sentencia alude a que la exigencia de alternar Multikirola con la inscripción en un club deportivo «es contraria a derecho y atenta contra el derecho individual de los menores, al condicionar sus actividades de enseñanza».

En otro de los puntos de la Orden Foral por la que se aprueba el programa de actividades físicas y deporte, queda escrito que la participación de escolares en clubes de fútbol, baloncesto, balonmano y rugby, entre otras disciplinas, «está supeditada a la participación de dichos escolares en Multikirola». Con todo, en La Ley vasca del Deporte se refleja que entre los 6 y los 12 años «se garantizará una actividad física lúdica y polideportiva», y este es un matiz importante, porque el TSJPV entiende que la norma «garantiza esa oferta polideportiva, pero en modo alguno la impone», que es la interpretación que ha hecho todo este tiempo la Diputación.

En el departamento de Deportes mantienen su idea de que Multikirola es la opción idónea para los niños guipuzcoanos. «Seguimos teniendo muy claro que el modelo de iniciación deportiva en Gipuzkoa tiene grandes beneficios para el desarrollo de los menores y la formación de las personas», apuntó este jueves la diputada, para agregar que «siempre procuraremos evitar la iniciación temprana tan nociva para las niñas y los niños, y que el modelo no expulse a nadie porque no tenga destrezas para ser bueno en algún deporte». Ahora, se abre un periodo de «análisis y reflexión» para el ente foral, en el que «toda consideración de vulneración de algún derecho de las familias o menores será atendido, pero siempre teniendo en cuenta las diferentes realidades que existen en Gipuzkoa».

«Previene la violencia»

Algunos de los deportes afectados por la obligatoriedad de esta normativa foral son el fútbol, el baloncesto, el hockey hielo, el fútbol sala, el balonmano y el rugby, algunas de las actividades que mayor número de matrículas deportivas aglutinan año a año entre las distintas federaciones del País Vasco. Es decir, que el imperativo no ha afectado a todas las disciplinas deportivas que tienen clubes en el territorio, pero sí a varias de las más populares.

En la causa judicial que enfrentó al demandante, representado por el bufete Arruti Abogados, y la Diputación, la parte recurrente aludió «a la extralimitación de la Diputación en sus competencias a la hora de regular la práctica deportiva», algo que el ente foral negó, indicando que «si el menor pudiera elegir, se estaría dando prevalencia al interés particular del menor y su familia a la hora de organizar su tiempo libre extraescolar sobre el interés general que persigue la Ley».

Las políticas que han guiado los caminos del deporte escolar en Gipuzkoa en los últimos 30 años «están respaldadas por una base científica», aseguró la diputada de Deportes. Estas mismas evidencias «avalan evitar la especialización temprana y también el beneficio motriz y social de mantenimiento de la práctica deportiva de manera más prolongada en el tiempo, y que previene la violencia como comportamiento aprendido en el deporte». La responsable foral hizo una defensa «férrea» del modelo, que «con mucho esfuerzo ha conseguido pasar de un modelo de iniciación deportiva diseñado por adultos, a un modelo pensado en el beneficio de los menores».

La decisión del Supremo puede tardar uno o más años

Ahora, la Diputación de Gipuzkoa tiene de plazo hasta el 22 de febrero para presentar el recurso de casación ante el Supremo. «Hasta que se resuelva ese recurso de casación la sentencia no va a ser firme», apuntaba este jueves a este medio Alicia Buendía, la abogada del demandante. Una vez se presente esa apelación, la misma deberá superar dos filtros si el Supremo estima considerarla. El primero, de admisión del propio recurso, «y el segundo, en el que el Supremo analizará el fondo de la cuestión para poder tomar una decisión», añadía la letrada. Este tipo de procesos no se resuelven de manera ágil y pueden prolongarse durante uno o más años hasta la deliberación final.

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