El cobro de las bolsas de plástico de un solo uso reduce un 80% su consumo en Gipuzkoa
La norma, que cumple un año, ha evitado la utilización de 80 millones de unidades | Proveedores y grandes distribuidores constatan el descenso del producto tan contaminante y su sustitución por otras bolsas recicladas, de rafia o de material compostable
¿Saben que si utilizan a la semana dos botellas de plástico, tres cafés de máquina, compran tres productos envasados, una botella de detergente, ... cuatro bastoncillos y solo una bolsa de plástico, están consumiendo 364 objetos de plástico al año? El cálculo, que se puede realizar en la web de Greenpeace, es bastante comedido, ya que seguramente cualquier familia en la actualidad supere en más del doble esas estimaciones, pero puede dar buena muestra de la huella de plástico que genera de forma imperceptible una persona. Con ese consumo, en España se estarían usando y desechando cada día casi 100 millones de piezas de plástico. El reto de reducir la huella del consumo de plásticos de un solo uso es gigante, pero en los últimos años, gracias al impulso y la concienciación ciudadana se están tomando medidas y se han aprobado normativas que se dirigen a tratar de introducir restricciones al consumo e impulsar costumbres sostenibles entre la población.
Una de las medidas que se comenzó a aplicar más recientemente fue la obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico por parte de los comercios. La normativa entró en vigor el 1 de julio de 2018, con lo que se ha cumplido el primer año de recorrido de las medidas más restrictivas de esta directiva europea que tiene como objetivo reducir el uso de bolsas de plástico ligeras. La normativa incluye otra serie de limitaciones de cara a 2020 y 2021, pero lo primero pasa por medir o tratar de comprobar si la primera de ellas ha tenido el efecto deseado en el cambio de hábito de consumidores y comerciantes, sobre todo, en Gipuzkoa. Y la respuesta, por suerte, es que sí.
Según las fuentes consultadas, que van desde los grandes distribuidores con mayor presencia en el territorio, a las empresas suministradoras de bolsas y embalaje, los pequeños comerciantes, consumidores y hasta la propia Diputación Foral de Gipuzkoa, el consumo de bolsas de un solo uso se ha reducido de forma importante en los últimos doce meses. Algunos apuntan a que la bajada ronda el 60% y otros la sitúan en el 80%. En definitiva, un descenso pronunciado que puede servir como primer paso en el cambio de costumbres de los guipuzcoanos hasta reducir al máximo el uso de plástico.
Las estadísticas mostraban que en España, antes de la entrada en vigor de la normativa, cada ciudadano consumía de media al año 180 bolsas de usar y tirar. En Gipuzkoa, esa media supondría que al año se consumían la friolera de 130 millones de bolsas de plástico. Si atendemos a las reducciones calculadas por las fuentes consultadas, los guipuzcoanos han dejado de consumir en el último año unos 80 millones de bolsas de plástico, la horquilla oscila entre 78 y 104, sustituyéndolas por otras fabricadas en material reciclado u otros compuestos o, directamente, dejando de usar ninguna.
Labor de los distribuidores
Por encima del 95% de las bolsas de plástico que se consumen son adquiridas por los consumidores en supermercados o comercios dedicados a la alimentación. Estos centros tienen buena parte de la responsabilidad de los cambios de hábitos de los consumidores. «La simple pregunta de si quiere o no una bolsa le hace al cliente pensar en todos los mensajes sobre el medioambiente que le llegan», señala Josu Calvo, director gerente de Zubelzu, empresa guipuzcoana dedicada a surtir de soluciones de embalaje y packaging para alimentación. Esta firma trabaja para 740 establecimientos en el territorio, pequeños y medianos, y reconoce la evolución que ha sufrido la demanda de estas tiendas en lo que a bolsas se refiere. «Según nuestros datos, la entrega de bolsas se ha reducido en torno a un 25% en las anónimas (sin ningún tipo de impresión), y alrededor de un 60% en las impresas (con logotipo)», explica.
La causa es que la mayoría de bolsas con logo ha pasado a ser de cobro, mientras que con la actual ley y hasta 2021 todavía se pueden entregar ciertos envases finos por razón de higiene. Algunos establecimientos, apunta Calvo, han cambiado las bolsas de plástico por otras compostables (el 8%). Otras, el 16%, han pedido envases de papel para complementar su oferta y otro porcentaje importante también las está solicitando recicladas.
Normativa
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Desde julio de 2018: Obligación de cobrar las bolsas de plástico que los comercios den a los clientes -entre 5 y 15 céntimos-, salvo las muy ligeras (espesor inferior a 15 micras) y las de 70% o más de material reciclado.
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Desde 2020: Prohibidas todas las bolsas de plástico fragmentables, y las que tienen un espesor superior a 50 micras deberán contar con un 50% de plástico reciclado.
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Desde 2021: Prohibida la entrega de bolsas ligeras y muy ligeras, salvo las que sean compostables.
Productos que desaparecerán
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A partir de 2021: La UE ha aprobado que desde enero no se podrán comercializar cubiertos de plástico de un solo uso, platos de plástico, pajitas, bastoncillos de algodón para los oídos fabricados en plástico, plásticos oxodegradables y contenedores alimenticios y tazas de poli estireno.
Objetivos de reciclaje
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En 2025: Cada país deberá reciclar al menos el 25% de las botellas de plástico.
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En 2030: El porcentaje de reciclaje de botellas deberá alcanzar el 30%.
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En 2039: Los Estados miembros deberán recuperar el 90% de las botellas de plástico.
Conviene no llevarse a engaño y no fiar a la concienciación de los consumidores el grueso de la reducción del consumo de las bolsas de plástico de un solo uso. El hecho de tener que pagar entre 5 y 15 céntimos por cada una ha sido el principal detonante que ha llevado a muchos clientes a renunciar a esas soluciones. Si no que se lo pregunten a un gran distribuidor como Eroski. La firma de Elorrio ya comenzó a introducir algunas bolsas reutilizables en 2008 y empezó a cobrar por las de plástico en caja desde 2010. Ese ejercicio, la reducción en el consumo de bolsas de plástico en sus centros se redujo un 62%, esto es, 293 millones de bolsas de plástico menos.
Esa medida la tuvieron que ampliar desde julio del pasado año también a las ventas de su supermercado online y al servicio a domicilio. El resultado: más de 70 quejas por parte de sus clientes en cuatro meses por comenzar a cobrar las bolsas de plástico también en este servicio. «Por suerte, después de ese periodo se ha reducido la cifra de comentarios recibidos», apuntan desde la distribuidora vasca. Y a medida que las quejas por el inicio del cobro se han ido reduciendo, han aumentado las sugerencias de clientes en relación a nuevos formatos de empaquetado, otras opciones de reutilización o nuevas gamas de bolsas.
Buena parte de los grandes supermercados y del pequeño comercio han introducido de forma decidida bolsas fabricadas en distintos compuestos para que los clientes puedan disponer de los mismos servicios. Así, podemos encontrar, como narra Miguel Ángel Zamorano, director de Gestión de Tiendas y Marketing de BM Supermercados, bolsas de varios usos, bolsas de rafia y otras producidas con un 70% de plástico reciclado, que según los parámetros de la legislación están exentas de cobro. Éstas se utilizan, principalmente, para el embolsado en las secciones de fresco y la venta online. «Pero además tenemos un servicio exclusivo de carros de cortesía y cada inicio de año regalamos 120.000 bolsas reutilizables a nuestros clientes», señala Zamorano.
Así, en el último ejercicio han registrado «una reducción muy importante, superior al 80% en el consumo de bolsas de un solo uso», un descenso que ha venido acompañado de un crecimiento del 60% en el uso de bolsas de rafia. Este material está compuesto de fibras naturales obtenidas de una especie concreta de palmera.
Prohibición desde 2021
La normativa que regula el uso de las bolsas de plástico se marca distintos objetivos a cumplir con el fin de reducir la contaminación medioambiental y el impacto de los plásticos en el medio acuático, ya que una bolsa de plástico puede tardar en degradarse alrededor de 150 años. Así, actualmente estamos inmersos en la primera fase, la que se basa en el cobro de las bolsas según su espesor y su composición -se debe pagar por cualquiera que tenga menos de un 70% de material reciclado-.
La segunda fase se pondrá en marcha el 1 de enero de 2020. A partir de entonces estará prohibida la entrega de bolsas de plásticos fragmentables, que son aquellas que, debido a su composición, permiten la generación de microfragmentos. Y además, las bolsas con un espesor superior a 50 micras deberán incluir un mínimo del 50% de plástico reciclado.
El final del camino de las bolsas de plástico de un solo uso está programado en Europa para el 1 de enero de 2021. Desde ese día, quedará prohibida la entrega de todo tipo de bolsa salvo si son de plástico compostable.
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