La Taberna de Blas: comiendo como en casa

Cuántas veces habré pasado por delante de La Taberna de Blas, muchas, ubicado en una de las arterias principales de nuestra ciudad, en plena calle San Martín, haciendo esquina con Blas de Lezo. Cada vez que pasaba, siempre se me iba la mirada al bar, pero, nunca había dado el paso de entrar a conocerlo, hasta que Juanjo Mendioroz, periodista gastronómica, me insistió en que fuera a comer, porque en su opinión se merecía su presencia en este rincón gastronómico por lo bien que se come.

Y al final, tras tanta insistencia, la semana pasada pude conocer de primera mano las bondades culinarias de La Taberna de Blas, y he de deciros que se ha ganado con creces su presencia en esta página, salí muy sorprendido por su nivel gastronómico. A veces en la sencillez se esconde el éxito y este bar es ejemplo de ello. Basa su oferta en una cocina tradicional, que conocen al dedillo, elaborada con mucho mimo y cariño. Sentarte en su comedor es como sentarte en tu casa, una cocina sin misterio, sin trampa ni cartón. Buen producto de temporada y nuestra tradición culinaria, esa es su del éxito.

Cristina Izaguirre es la artífice del éxito de este céntrico bar donostiarra. Una hostelera que se conoce todos los secretos del oficio. Lleva desde los 18 años trabajando y no pudo tener mejor profesora que su abuela Agustina Mujika, alma mater del Zepai de Idiazabal, donde Cristina comenzó su andadura, que le ha llevado a poner en marcha el Bar Iñausti de Errotaburu y luego Zuatzu, el Branka, que estuvo ubicado en el Peine de los Vientos, y desde el 2016 dirigir La Taberna de Blas.

¡Qué bien comimos! Mientras escribo estas líneas me viene el recuerdo de los platos que degustamos y me sale una sonrisa. Nos dieron a degustar varios de los platos del día, platos que varían dependiendo del producto de temporada que haya llegado a su cocina. Así, comenzamos con unas acelgas que venían acompañadas de patata cocida y crujiente de bacon, un plato sencillo, pero que me supo a gloria. Siempre cuentan con un plato de verdura de temporada entre los platos.

De las acelgas dimos el paso a un delicioso y generoso revuelto de ajos tiernos y langostinos. Eso antes del plato que más me cautivó, la merluza frita con mayonesa y lechuga, no sé si sería porque hacía tiempo que no comía merluza rebozada o por qué, pero la verdad que me pareció maravilloso, una merluza en su punto perfecto, con un suave rebozado que lo acompañaba a la perfección, un plato que tantas y tantas veces habré comido en mi vida y que en La Taberna de Blas lo bordan, fue una opinión unánime de los tres.

La merluza nos dejó un gran sabor de boca, pero no creáis que los chipirones a lo Pelayo se le quedaron atrás, para nada. Un plato tradicional de nuestra cocina, ejemplo del buen producto que utilizan en su cocina, unos buenos chipirones y esa cebollita pochada que es un vicio.

Si todo ello fuera poco, tocaba terminar la comida con los callos de la casa, una de las referencias de La Taberna de Blas, uno de los platos que Juanjo nos recomendó y la verdad que son de destacar. Un guiso tradicional, que cada vez cuesta más encontrar y que aquí lo bordan, sabrosos y con esa gelatina que hace que los labios se te peguen, señal de la calidad del plato.

Como colofón, un postre casero, un maravilloso flan que me pareció la excelencia de la sencillez, algo tan nuestro, tan tradicional, que habré comido miles de ellos, pero que me pareció sublime, un gran postre y punto final a una comida en la que fui feliz y de la que salí gratamente sorprendido.

Uno de los aspectos a destacar de La Taberna de Blas es su calidad-precio, platos elaborados, ricos, hechos con cariño, a precios más que asequibles, lugar ideal para parar, comer y disfrutar, sobre todo si apostamos por el plato del día, platos generosos, de buenas raciones, elaborados a partir de buen producto de temporada, a unos grandes precios. Platos que varían y donde podremos encontrar, dependiendo del día, un revuelto de hongos, unos pimientos asados a la leña o unas carrilleras en salsa.

Si decidís acercaros a conocer las bondades culinarias de La Taberna de Blas, de la carta destacar el pincho de sardina ahumada con tapenade, tomate concasse y morrones o el de foie mi-cuit hecho en casa con Armagnac; la chuleta premium de vaca; y como postre la tarta de manzana o el tiramisú. Tendré que volver para ser feliz de nuevo. On egin!