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Las diez noticias clave de la jornada
El equipo del Arroka Berri, preparado para seguir mimandoa su clientela. FERNANDO DE LA HERA

Arroka Berri, uno de los grandes

Materia prima de primera calidad llevada a su máxima expresión

Lunes, 24 de agosto 2020, 07:28

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La verdad que hablar del Arroka Berri da cierto respeto. Es uno de esos restaurantes que, con el paso de los años, que con su buen hacer se han convertido en icono, en institución, en referencia de nuestro panorama gastronómico. Desde su atalaia hondarribitarra lleva 49 años cuidando, mimando y recibiendo con los brazos abiertos y una sonrisa a todo aquel que decide embarcarse en su aventura culinaria, aventura que el próximo 2021 celebrará su medio siglo de vida.

Cuando todo el mundo habla bien de un lugar es por algo, han sido varios los que me han hablado a lo largo de los años de las bondades de este restaurante, de lo bien que se come y de que nunca falla, que siempre es un acierto visitarlo, pero nunca me había fijado en mi calendario gastronómico el escaparme a Hondarribia a conocer de cerca el Arroka Berri.

No podía elegir mejor acompañante para mi primera visita, acudí con Galder Izagirre, gran fotógrafo y músico y compañero de aventuras en el proyecto Kikarakada, y como no, gran conocedor y aficionado a la buena gastronomía, cosa que nos ha unido. Cuando le propuse visitar el Arroka Berri no lo dudó, es uno de sus restaurantes de cabecera, visitado varias veces y conoce muy bien su cocina.

Arroka Berri

  • Dirección: Higer bidea 6. Teléfono: 943642712. Comedor: 2 para 60. Cierra: agosto - martes /septiembre - de lunes a miércoles. Precio: 65€

Así llegamos al restaurante, nos acomodaron y nos atendió con gran maestría y experiencia el director de orquesta del Arroka Berri, la persona que lleva las riendas, el maitre que te cuida y te guía, Jesús Ancisar. Lleva 20 años dirigiendo el restaurante tras coger el testigo de sus padres Paquita y Jose Antonio, que fueron quienes abrieron las puertas del restaurante allá por el año 1961. Jesús nos aconsejó en la confección del menú, con la confianza que dan los años y el conocimiento del oficio, y la verdad que debemos agradecerle y felicitarle por el trato.

Tras la elección de los platos, fue el momento de lucimiento de Gorka Cepeda el chef que gobierna con maestría los fogones del restaurante. Mientras me sumergía en la lectura de la carta, ya me iba dando cuenta de que la cocina del Arroka Berri no esconde secretos, no tiene misterio, parte de nuestra tradición culinaria, esa que tan arraigada está en nuestra cultura y para ello se nutre de los mejores productos que dan nuestra tierra y mar, incluso de su propia huerta, productos de máxima calidad que manipulan lo mínimo posible para que la propia materia prima sea la total y absoluta protagonista del plato. Y vaya si lo consiguen, os puedo asegurar que el nivel culinario del Arroka Berri es de los mejores de nuestro territorio, una gran cocina, un gran restaurante donde disfrutar y ser feliz.

En nuestra visita nos sumergimos entre las propuestas fuera de carta donde juegan con los productos de temporada, productos que van recolectando de su huerta o de los pescados de temporada, y referencias de la carta de toda la vida. Para abrir boca unas deliciosas guindillas fritas, un aperitivo de temporada, que se convierte en uno de mis bocados favoritos.

De los mejores de nuestro territorio, una gran cocina, un gran restaurante donde disfrutar y ser feliz

Cuidan y miman al cliente y todo el equipo funciona como un reloj suizo para un magnífico resultado

Tras las guindillas, un plato fuera de carta, un plato que refleja a la perfección la filosofía culinaria del Arroka Berri, un buen y maravilloso taco de panceta, con carabinero y patata, producto, producto y más producto, una mezcla entre el mar y la montaña que es un festival en el paladar.

Tras estos dos aperitivos decidimos apostar por un plato de pescado y otro de carne. Del mar llegó un LENGUADO, en mayúsculas sí, porque hacía tiempo, mucho tiempo, que no comía un lenguado de tal calidad, puro espectáculo, por sabor, por textura y por su ejecución, un lenguado cocinado y servido en su máxima expresión.

Y si con el lenguado fuimos muy felices, qué decir del cochinillo del valle del Baztán de raza pío navarro confitado a baja temperatura, otro manjar, otro plato que es referencia del Arroka Berri, un producto de máxima calidad, elaborado a la perfección, sin misterio, sin vestiduras, sin trampa ni cartón.

Para terminar tan sublime homenaje gastronómico, optamos por compartir el tiramisú y la torrija caramelizada, un punto final dulce que estuvo a la altura de toda la cena.

El Arroka Berri no defraudó, para nada, fui feliz y siempre os digo que no hay mejor sensación y señal que ese para poder afirmar que es uno de los grandes restaurantes de nuestro territorio. Un lugar donde cuidan y miman al cliente, donde todo el equipo funciona como un reloj suizo, cada uno tiene muy claro sus funciones y los ejecuta a la perfección, con Jesús Ancisar como director de orquesta y donde Gorka Cepeda mima, cuida y elabora a la perfección todos aquellos maravillosos productos que llegan a su cocina. Un gran restaurante, sí señor, ese es el Arroka Berri. On egin!

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