Badia Taberna, Hondarribia

Imaginaos un día soleado, buena temperatura, una terraza en una plaza con mucho encanto e historia, con sus soportales, sus casas antiguas, con mucha xarma, y una cocina con sello personal basada en un gran producto de temporada. Así podríamos definir en pocas palabras la experiencia de comer en Badia Taberna, en Hondarribia. Por lo menos, así fue mi experiencia cuando lo visité. De nuevo fue Galder quien me puso sobre la pista de este bar, últimamente convertido en mi asesor y compañero de aventuras gastronómicas. Fue recomendarme Badia Taberna, cuadrar agendas y poner fecha y hora para acercarnos a conocer la cocina de Amaia Urdangarin.

Porque este proyecto lleva su sello. Amaia ejemplifica a la perfección lo que tantas veces he destacado en esta página, la fuerza y la importancia que han tenido y tienen las mujeres a lo largo de nuestra historia culinaria. En su familia, todas las mujeres han sido cocineras y han ido transmitiendo su conocimiento y sabiduría de generación en generación, ejerciendo sobre todo en el caserío familiar de Lemoa que fue una gran casa de comidas, Pozueta Etxea.

Ahí empezó a salsear Amaia entre fogones, la pasión por la cocina lo llevaba en los genes, pero desde pequeña se sumergió entre cazuelas y sartenes a aprender los secretos culinarios de la familia. Con 7 años cocinó su primer arroz, en un acto de 'supervivencia' y ahí surgió la chispa definitiva. A partir de ahí, paso a paso, se ha convertido en una gran cocinera. Estudió en la Escuela de Cocina Aiala, recorrió mundo descubriendo nuevos sabores y técnicas culinarias, volvió a casa para echar una mano a sus padres en los 4 restaurantes y empresa de catering que tenían, cogiendo las riendas de este último. Todo ello, antes de aterrizar en Bidasoaldea, pasar por Hiruzta y ETH, y arrancar su proyecto personal, su rincón gastronómico: Badia Taberna.

La cocina de Amaia transmite pasión, cariño, diversión, experiencia, conocimiento y saber hacer. Tiene que tirar de ingenio para elaborar sus recetas, sus propuestas gastronómicas, porque su cocina no tiene salida de humo. Una cocina que parte de un gran producto de temporada, y a poder ser local, para a partir de ahí aportar su visión, su experiencia en los fogones y crear platos que hacen las delicias de nuestros paladares. La cocina de Badia Taberna, es la cocina de Amaia, nos cuenta su historia a través de los platos, es un homenaje a su tradición culinaria familiar, un homenaje a todas las mujeres cocineras de su familia, una oferta diaria que varía mucho, el mercado marca el tempo.

Una cocina que transmite y enamora, a mí personalmente así me hace sentir. Nosotros salimos encantados de nuestra visita a Badia Taberna, el enclave privilegiado ayuda y mucho a que desconectes, te sientas a gusto y centres todos tus sentidos en disfrutar de la cocina de Amaia Urdangarin. Nosotros le dimos rienda suelta para que eligiera los platos que compusieran el menú y acertó en cada uno de ellos. Como aperitivo una ensaladilla rusa que elabora siguiendo la receta de su abuela, ideal para abrir boca. Le siguieron unas alcachofas que estaban de rechupete, primero las cuece y luego les da un toque de fritura, que aporta el crujiente que es una maravilla, si luego ya los acompañas de láminas de papada ibérica cortadas finamente, que con el calor de las alcachofas empiezan a sudar, el plato en un festival.

Seguimos con la huerta con unos deliciosos espárragos de Navarra cocidos al vapor y que venían acompañados de una crema fina de patata y hongos y flores pensamientos. Un plato que nos sorprendió muy gratamente fueron los langostinos, sí, habéis leído bien. Hacía tiempo que nos disfrutaba tanto comiendo unos langostinos, que vienen gratinados en la salamandra y una salsa elaborada con mantequilla, aceite, brandy y ajo. Un plato para chuparse los dedos, nunca mejor dicho. Un lujo las anchoas frescas en temporada, con un muy fino rebozado y luego fritas, un vicio de plato, ejemplo de la apuesta por el producto de temporada y el conocimiento culinaria de la chef. Para terminar uno de los platos estrella de la casa el secreto ibérico de Guijuelo de Bernardino Rodilla, hombre de confianza de Amaia. Fríe la pieza entera ligeramente durante 3 minutos y luego la corta y le añade sal de Añana. Lo acompaña de mostaza, pimiento de Espelette y pimientos verdes. ¡Un manjar! Para terminar, una degustación de postres, el pastel vasco y la tarta de queso de la pastelería hondarribitarra Ondare, apuesta clara por el buen producto local, y el brownie que lo elabora la propia Amaia. Un lujo de punto final, como toda la comida, como el mismo bar, eso es Badia Taberna, un lujo de lugar. On egin!