Gastronomía | Pintxos

La excelencia no entiende de tamaños

Los hermanos Zabaleta son auténticos maestros en la elaboración de platos de la cocina tradicional vasca. Esa excelencia también la han llevado a la cocina en miniatura, como demuestra su reciente triunfo en el Campeonato de Pintxos de Bacalao de Gipuzkoa con un falso txangurro a la donostiarra que explica muy bien la esencia de su cocina.

Por un lado, su pasión por un producto tan nuestro como el bacalao y, por otro, su capacidad para reinterpretar y evolucionar platos clásicos. Todo ello sin olvidar la importancia de una gran materia prima.

80 años dan para mucho en la hostelería, especialmente si a lo largo de tu trayectoria has creado un pintxo tan mítico como la Gilda. En este establecimiento nació uno de esos bocados que se han convertido en imprescindibles y que sigue manteniendo la esencia desde su origen.

Es una unión de tres productos que ya es historia de nuestra cocina. Esa tradición se mantiene a la hora de elaborar unos pintxos que guardan una gran materia prima y un proceso artesanal como grandes aliados. Y todo ello en un céntrico local recién renovado para que te sientas como en casa.

Trabajar cada pintxo como si fuera el último, dándole el cariño que merecen el buen producto con el que trabajan y cada uno de sus clientes. Esa es la idea de un bar que elabora cada día, al momento, los pintxos que van solicitando en la barra.

Imprescindibles sus fritos, con las croquetas como una de sus propuestas estrella, lo mismo que una bola de huevo con bechamel y una gamba a la gabardina para chuparse los dedos. Tampoco hay que dejar pasar el momento de probar el txipiron a la plancha, el pimiento relleno de carne o la brocheta de gambas, propuestas que tienen una gran aceptación.

La Parte Vieja de la capital guipuzcoana es reconocida como el epicentro del mundo del pintxo. Y entre sus calles, hay establecimientos como Itxaropena que siguen trabajando estas propuestas de manera artesanal, cuidada y comprometida.

El producto de gran calidad es el gran aliado de una cocina que conjuga algunas propuestas tradicionales con otras más novedosas. Ese equilibrio hace de este bar una garantía de éxito para todos aquellos que quieran comprobar cómo esta singular forma de cocinar se sigue implementando en San Sebastián. Pintxos elaborados al momento que gozan de muy buena reputación entre los clientes.

Una premiada versión del 'pintxo Arzak' En el donostiarra barrio de El Antiguo se encuentra este restaurante que tiene un pintxo de campeonato. La Rebotika puede presumir de haber logrado el triunfo al mejor 'pintxo Arzak' en la categoría de cocina tradicional, una reinvención de los huevos fritos con pimientos del piquillo que bien merece la pena probar.

Una elaboración que se realiza al momento y que seduce por la vista y por la explosión de sabores que se produce en la boca. Es la punta de lanza de una cocina que defiende el producto, la brasa y que cuenta con opciones celiacas y veganas.

La especialización del pintxo. Este bar tiene en la antxoa marinada su producto indispensable. Manu Marañón (tercera generación) y su madre guardan a buen recaudo una receta única que les ha llevado a convertirse en un icono allende nuestras fronteras y a ser galardonados con diferentes premios.

Pasión, tradición y excelencia son valores que acompañan la trayectoria de un establecimiento que garantiza el buen hacer, una experiencia gastronómica digna de ser repetida y que cuenta con un proyecto nuevo de carácter internacional a punto de despegar.

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