Elecciones generales Euskadi: El PNV frena el voto útil a Sánchez y vence con claridad

El posible auge de la derecha en España, con una nueva fuerza como Vox, espoleó la participación en Euskadi, que subió más de nueve punto, hasta un 74,50%. Una cifra muy alta solo superada por las autonómicas de 2001 en las que Juan José Ibarretxe pugnó frente a Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros. El PNV acaparó ese aumento de la participación. La euforia reinó en Sabin Etxea. El partido de Andoni Ortuzar abrochó 394.000 votos, cien mil más; seis escaños, uno más que la cifra mágica de cinco diputados que garantiza el grupo propio en el Congreso; y nueve senadores. Y apunta a ser decisivo en la gobernabilidad de Pedro Sánchez. Un triunfo, por lo tanto, incontestable. Y un empujón de cara a las forales y municipales de dentro de un mes, cita más favorable para el PNV y en la que partirá en 'pole position', tras ganar ayer por vez primera en generales en los tres territorios y sus capitales. Un buen preludio de cara a mantener todo el poder en diputaciones y ayuntamientos.

En el PSE-EE la noche también fue alegre, tanto por el triunfo global de Pedro Sánchez como por su mejora, aunque el carácter estatal de la cita les hacía albergar incluso alguna esperanza de haber ganado en Euskadi o en algún territorio, como Gipuzkoa o Araba, donde anduvo cerca. En todo caso, los socialistas vascos se colocan como segunda fuerza, con 85.000 votos más y cuatro escaños, uno más. No obstante, no parecen en condiciones de disputar la primacía al PNV, con el que se jugarán en menos de un mes numerosas alcaldías vascas.

Elkarrekin Podemos fue la fuerza que más bajó, 113.000 papeletas, aunque tenía imposible mantener el apabullante triunfo de hace tres años, cuando acapararon el voto contra el PP de Mariano Rajoy. Sabían que ese papel correspondía ahora a Pedro Sánchez pero los cuatro escaños, dos menos, consolidan a este partido en Euskadi. Se puede decir que hacen buena la máxima de que 'lo difícil no es llegar, sino mantenerse'.

Además de al PSOE, parte del voto de Podemos fue recuperado por EH Bildu, que duplicó sus dos escaños y más de 50.000 papeletas. La coalición abertzale corría el riesgo de ser devorada por la polarización estatal, pero logró que calara su apuesta por implicarse en la política en Madrid, con un Arnaldo Otegi que se ha volcado en la campaña. Segundos en Gipuzkoa, empatados a dos diputados con el PNV, sus sufragios aportan el granito de arena para el millón de votos que pedían junto a ERC.

Quien sigue una tendencia descendente en Euskadi, peligrosa para ellos, es el PP, sin escaños por Euskadi por vez primera en su historia y casi cien mil votos por el camino. Los ciudadanos vascos no han comprado el endurecimiento del discurso de Pablo Casado, que ni siquiera compartían los líderes de su partido en Euskadi. Además, al habitual mordisco de papeletas de Ciudadanos se sumó el de Vox. Esos 5.500 sufragios que le arañó el partido de Santiago Abascal en Araba, por ejemplo, dilapidaron las opciones de Javier Maroto, que puso rostro al fracaso de los populares vascos. La pugna por ese último escaño en Araba estuvo muy cerrada, por apenas 383 papeletas, pero la moneda salió, por sorpresa, cara para el candidato de EH Bildu, Iñaki Ruiz de Pinedo, contra el que el aspirante popular había arremetido duramente en la campaña. Por último, Ciudadanos sigue sin cuajar en Euskadi. Al menos superó a Vox, cuya primera participación en Euskadi confirmó que la derecha más extrema no tiene suficiente predicamento por estos lares, con casi 28.000 sufragios, un testimonial 2,21%.